El Gobierno federal planteó un nuevo plan anticrisis el miércoles de la semana pasada, aunque los anteriores, presentados desde marzo de 2008, muestran carencias e incumplimientos.
En dichas estrategias, por ejemplo, el Ejecutivo prometió aligerar los trámites aduanales, reducir tarifas eléctricas a las empresas y fortalecer el empleo, pero los resultados han sido limitados o, de plano, contrarios a lo proyectado.
El 3 de marzo del año pasado, el Presidente Felipe Calderón anunció una reducción de 10 por ciento en las tarifas eléctricas comerciales. Sin embargo, según datos del Banco de México, estas aumentaron 17.49 por ciento justo a partir del aviso y hasta diciembre.
También prometió que las tarifas eléctricas en horarios de punta, altamente demandadas por los industriales, bajarían 20 por ciento. Sin embargo, subieron 21 por ciento en el mismo periodo.
"El problema es que la fórmula que maneja la CFE para ajustar la tarifa mes con mes provocó que a los tres o cuatro meses prácticamente quedara superado ese ajuste. Prácticamente, no sirvió para nada la baja", afirmó Miguel Marón, presidente de la Canacintra.
Tampoco se avanzó en la reducción de trámites aduanales pese a la promesa presidencial, la cual fue ratificada en el segundo plan anticrisis, anunciado por Calderón el 8 de octubre.
Según la Confederación de Agentes y Apoderados Aduanales de la República Mexicana, sólo se han hecho pequeñas modificaciones a la Ley de Comercio Exterior y arreglos previamente pactados, como los requisitos de importación para vehículos usados previstos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
En marzo de 2008, el Gobierno asignó 650 millones de pesos adicionales al Servicio Nacional de Empleo. No obstante, sólo 20 por ciento de los solicitantes fue colocado, un nivel similar al que tuvo en otros años.
El miércoles pasado, en el nuevo Acuerdo Nacional a Favor de la Economía Familiar y el Empleo, el Gobierno dijo que le invertiría otros mil 250 millones de pesos a este rubro.
Además, en el nuevo plan se pretende impulsar el consumo de productos nacionales con una marca que los identifique como hechos en México.
Sin embargo, parte del sector agroalimentario aplica por lo menos dos sellos diferentes que aluden a que el producto es mexicano y no quieren migrar al "Hecho en México".
En dichas estrategias, por ejemplo, el Ejecutivo prometió aligerar los trámites aduanales, reducir tarifas eléctricas a las empresas y fortalecer el empleo, pero los resultados han sido limitados o, de plano, contrarios a lo proyectado.
El 3 de marzo del año pasado, el Presidente Felipe Calderón anunció una reducción de 10 por ciento en las tarifas eléctricas comerciales. Sin embargo, según datos del Banco de México, estas aumentaron 17.49 por ciento justo a partir del aviso y hasta diciembre.
También prometió que las tarifas eléctricas en horarios de punta, altamente demandadas por los industriales, bajarían 20 por ciento. Sin embargo, subieron 21 por ciento en el mismo periodo.
"El problema es que la fórmula que maneja la CFE para ajustar la tarifa mes con mes provocó que a los tres o cuatro meses prácticamente quedara superado ese ajuste. Prácticamente, no sirvió para nada la baja", afirmó Miguel Marón, presidente de la Canacintra.
Tampoco se avanzó en la reducción de trámites aduanales pese a la promesa presidencial, la cual fue ratificada en el segundo plan anticrisis, anunciado por Calderón el 8 de octubre.
Según la Confederación de Agentes y Apoderados Aduanales de la República Mexicana, sólo se han hecho pequeñas modificaciones a la Ley de Comercio Exterior y arreglos previamente pactados, como los requisitos de importación para vehículos usados previstos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
En marzo de 2008, el Gobierno asignó 650 millones de pesos adicionales al Servicio Nacional de Empleo. No obstante, sólo 20 por ciento de los solicitantes fue colocado, un nivel similar al que tuvo en otros años.
El miércoles pasado, en el nuevo Acuerdo Nacional a Favor de la Economía Familiar y el Empleo, el Gobierno dijo que le invertiría otros mil 250 millones de pesos a este rubro.
Además, en el nuevo plan se pretende impulsar el consumo de productos nacionales con una marca que los identifique como hechos en México.
Sin embargo, parte del sector agroalimentario aplica por lo menos dos sellos diferentes que aluden a que el producto es mexicano y no quieren migrar al "Hecho en México".
Ulises Díaz, Karla Rodríguez, Verónica Martínez y Laura Carrillo, Reforma, 13 de enero.
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