La infiltración en círculos familiares o amistosos, el contacto vía negocios de compra-venta de autos y casas, así como la oferta de servicios espirituales son las tácticas más comunes utilizadas por bandas de secuestradores para ubicar y obtener información de sus víctimas.
Los modos de operación son parte del archivo de la Secretaría de Seguridad Pública federal sobre la industria del secuestro en nuestro país.
El catálogo de la dependencia ofrece ejemplos sobre características específicas de los grupos criminales…
Una de las bandas es denominada Los Santeros, detenida a finales del año pasado. Se especializaba en secuestrar comerciantes, a quienes atraía por medio de un esquema de amarres, protecciones y consultas espirituales en el cual participaban pitonisas y videntes.
En las citas de magia, lectura de cartas, tarot y predicción de futuro los integrantes de esta organización obtenían datos sobre la vida de sus “clientes”, como número de integrantes de la familia, trabajo, seguros, sueldo, etcétera, los cuales utilizaba después para planear los plagios.
Un modus operandi que se ha repetido en el caso de otros grupos.
Los Simpson, desintegrada en el mes de julio, infiltraba a uno de sus cómplices en el círculo de amistades de las posibles víctimas, con el fin de obtener información sobre recorridos, teléfonos, itinerarios y dinero.
En uno más de los casos, revelado el 29 de febrero de este año, uno de los plagiados que después fue liberado relató el accionar de Los Cocheros, que operaban en Baja California:
“El día que me secuestraron llegaron a mi casa cuatro sujetos a bordo de un vehículo Nissan Sentra, color azul, con interés de adquirir un vehículo Jeep Grand Cherokee de color gris, modelo 98, que yo tenía a la venta… Me pidieron la prueba de manejo, acepté y le pedí a uno de mis primos que me acompañara, dimos algunas vueltas y de pronto ellos comenzaron a golpearnos y planearon cambiarnos de vehículo; fue en ese movimiento cuando mi primo escapó y dio aviso a las autoridades de lo sucedido”.
Luego de varias horas, la familia recibió una llamada telefónica de una persona del sexo masculino que exigía la cantidad de un millón de dólares por la liberación. Con los datos ofrecidos por el primo se logró ubicar a la banda, la cual, según la SSP, utilizaba este mismo método al ejecutar el delito.
La Secretaría ha detectado casos en los cuales las organizaciones delincuenciales usan vehículos de alquiler para las intercepciones o taxis robados minutos antes, como Los Agustines, que plagiaban en el Estado de México y que fueron capturados el 18 de julio.
Los Gaseros, por ejemplo, al privar de la libertad a una persona utilizaba varios automóviles, entre éstos taxis y camiones repartidores de gas, para obstruir las calles y lograr su objetivo. Se les detuvo en la ciudad de México el 16 de julio.
Las bandas tienen perfiles preferidos, de acuerdo a los reportes policiales…
Los Limones, arrestados el 9 de junio de 2007, se caracterizaban por secuestrar a mujeres microempresarias con sus hijos menores de edad, en las inmediaciones de los municipios de Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, Estado de México.
Los Tablajeros, que cayeron el 15 de julio de este año, secuestraban a carniceros o personas relacionadas con la venta de carne. Empleaban armas largas para intimidar.
Los Chiquitines, detenidos a finales de julio, tenían una forma singular de presionar a las familias: les enviaban cartílago de trompa de cerdo, haciéndoles creer que habían mutilado las orejas del secuestrado.
Los modos de operación son parte del archivo de la Secretaría de Seguridad Pública federal sobre la industria del secuestro en nuestro país.
El catálogo de la dependencia ofrece ejemplos sobre características específicas de los grupos criminales…
Una de las bandas es denominada Los Santeros, detenida a finales del año pasado. Se especializaba en secuestrar comerciantes, a quienes atraía por medio de un esquema de amarres, protecciones y consultas espirituales en el cual participaban pitonisas y videntes.
En las citas de magia, lectura de cartas, tarot y predicción de futuro los integrantes de esta organización obtenían datos sobre la vida de sus “clientes”, como número de integrantes de la familia, trabajo, seguros, sueldo, etcétera, los cuales utilizaba después para planear los plagios.
Un modus operandi que se ha repetido en el caso de otros grupos.
Los Simpson, desintegrada en el mes de julio, infiltraba a uno de sus cómplices en el círculo de amistades de las posibles víctimas, con el fin de obtener información sobre recorridos, teléfonos, itinerarios y dinero.
En uno más de los casos, revelado el 29 de febrero de este año, uno de los plagiados que después fue liberado relató el accionar de Los Cocheros, que operaban en Baja California:
“El día que me secuestraron llegaron a mi casa cuatro sujetos a bordo de un vehículo Nissan Sentra, color azul, con interés de adquirir un vehículo Jeep Grand Cherokee de color gris, modelo 98, que yo tenía a la venta… Me pidieron la prueba de manejo, acepté y le pedí a uno de mis primos que me acompañara, dimos algunas vueltas y de pronto ellos comenzaron a golpearnos y planearon cambiarnos de vehículo; fue en ese movimiento cuando mi primo escapó y dio aviso a las autoridades de lo sucedido”.
Luego de varias horas, la familia recibió una llamada telefónica de una persona del sexo masculino que exigía la cantidad de un millón de dólares por la liberación. Con los datos ofrecidos por el primo se logró ubicar a la banda, la cual, según la SSP, utilizaba este mismo método al ejecutar el delito.
La Secretaría ha detectado casos en los cuales las organizaciones delincuenciales usan vehículos de alquiler para las intercepciones o taxis robados minutos antes, como Los Agustines, que plagiaban en el Estado de México y que fueron capturados el 18 de julio.
Los Gaseros, por ejemplo, al privar de la libertad a una persona utilizaba varios automóviles, entre éstos taxis y camiones repartidores de gas, para obstruir las calles y lograr su objetivo. Se les detuvo en la ciudad de México el 16 de julio.
Las bandas tienen perfiles preferidos, de acuerdo a los reportes policiales…
Los Limones, arrestados el 9 de junio de 2007, se caracterizaban por secuestrar a mujeres microempresarias con sus hijos menores de edad, en las inmediaciones de los municipios de Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, Estado de México.
Los Tablajeros, que cayeron el 15 de julio de este año, secuestraban a carniceros o personas relacionadas con la venta de carne. Empleaban armas largas para intimidar.
Los Chiquitines, detenidos a finales de julio, tenían una forma singular de presionar a las familias: les enviaban cartílago de trompa de cerdo, haciéndoles creer que habían mutilado las orejas del secuestrado.
Daniel Blancas Madrigal, Crónica, 27 de diciembre.
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