Un desplome de la actividad económica como el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipó que ocurrirá en 2009 no se ha experimentado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. “La magnitud y el alcance de la actual crisis financiera han conducido a la economía mundial hacia un terreno desconocido”, aseguró este miércoles el organismo. También confirmó que el producto interno bruto (PIB) de México tendrá un decrecimiento en el año, con un desempeño de la actividad productiva inferior al de Brasil y al promedio latinoamericano.
La economía mundial crecerá en 2009 a una tasa de 0.5 por ciento, “la más baja desde la Segunda Guerra Mundial” (1939 a 1945) y menor en 1.5 puntos porcentuales a la estimación hecha en noviembre pasado, anticipó el FMI. “Pese a que se han adoptado medidas de amplio alcance, subsisten agudas tensiones financieras que constituyen un lastre para la economía real”, indicó el organismo al publicar ayer una actualización de las Perspectivas de la economía mundial, documento que usualmente se publica en la primavera y el otoño.
América Latina y el Caribe, la región con mayor desigualdad en el mundo y en la que, según el Banco Mundial, viven 45 millones de personas en extrema pobreza, tendrá un crecimiento económico de 1.1 por ciento en 2009, menos de la mitad del 2.5 por ciento previsto en noviembre, añadió el FMI. Se trata de un desplome significativo en la actividad, dado que el PIB regional había avanzado 6.1 por ciento en 2006; 5.7 por ciento en 2007, y 4.6 por ciento en 2008, como destacó ayer Charles Collins, subdirector de investigación del Fondo.
México, de acuerdo con los cálculos revisados del FMI, sufrirá en 2009 un decrecimiento de la economía de 0.3 por ciento, de mayor impacto en realidad si se toma en cuenta que la población crecerá a una tasa de 1.4 por ciento. El desempeño mexicano, inferior al promedio de América Latina, estará también por debajo de Brasil, según la proyección del organismo. El país amazónico tendrá un crecimiento de su economía de 1.8 por ciento en 2009, también menor al 3 por ciento calculado en noviembre.
El Banco de México estimó que en 2009 el PIB tendrá un decrecimiento de entre 0.8 y 1.8 por ciento. La Secretaría de Hacienda mantiene un pronóstico de “crecimiento cero” para el año.
“Las perspectivas económicas son muy inciertas, y el momento y el ritmo de la recuperación dependerán de manera crucial de la aplicación de medidas de política enérgicas”, indicó el reporte. “Los mercados financieros han seguido en una situación sumamente difícil por un periodo más prolongado que el previsto, pese a que se adoptaron medidas de política de amplio alcance para suministrar capital adicional y reducir los riesgos de crédito”, agregó. El FMI planteó que para “destrabar” los mercados de crédito es indispensable que se reconozcan de manera creíble los préstamos incobrables.
“El proceso de reconocimiento de pérdidas (en los grupos financieros mundiales) y la restructuración de los préstamos incobrables no ha finalizado”, indicó. Por lo tanto, abundó, las políticas públicas deben forzar al reconocimiento de esas pérdidas, y “proporcionar respaldo público” a las instituciones financieras que resulten viables, a la vez que “medidas de resolución de los bancos insolventes y de establecimiento de entidades públicas para absorber los préstamos incobrables” a través de “bancos administradores de créditos incobrables”.
Por lo pronto, la falta de claridad sobre la verdadera magnitud de la crisis en el sistema financiero ha llevado a la paralización de la actividad productiva y el comercio, en lo que el FMI llamó “un pernicioso círculo vicioso entre los sectores real (como se refiere a la producción, consumo y el empleo) y financiero, que está causando estragos”.
Abundó al señalar que la producción y el comercio mundiales se desplomaron en los últimos meses de 2008. La continuación de la crisis financiera, ha generado una abrupta caída de los precios de los activos en las economías avanzadas y emergentes, lo cual ha reducido el patrimonio de los hogares y por consiguiente ha ejercido presión a la baja sobre la demanda de consumo.
“Además, el alto nivel de incertidumbre ha llevado a los hogares y a las empresas a aplazar gastos, lo cual ha reducido la demanda de bienes de consumo y de capital. Al mismo tiempo, las generalizadas perturbaciones del crédito están restringiendo el gasto de los hogares y contrayendo la producción y el comercio”.
La economía mundial crecerá en 2009 a una tasa de 0.5 por ciento, “la más baja desde la Segunda Guerra Mundial” (1939 a 1945) y menor en 1.5 puntos porcentuales a la estimación hecha en noviembre pasado, anticipó el FMI. “Pese a que se han adoptado medidas de amplio alcance, subsisten agudas tensiones financieras que constituyen un lastre para la economía real”, indicó el organismo al publicar ayer una actualización de las Perspectivas de la economía mundial, documento que usualmente se publica en la primavera y el otoño.
América Latina y el Caribe, la región con mayor desigualdad en el mundo y en la que, según el Banco Mundial, viven 45 millones de personas en extrema pobreza, tendrá un crecimiento económico de 1.1 por ciento en 2009, menos de la mitad del 2.5 por ciento previsto en noviembre, añadió el FMI. Se trata de un desplome significativo en la actividad, dado que el PIB regional había avanzado 6.1 por ciento en 2006; 5.7 por ciento en 2007, y 4.6 por ciento en 2008, como destacó ayer Charles Collins, subdirector de investigación del Fondo.
México, de acuerdo con los cálculos revisados del FMI, sufrirá en 2009 un decrecimiento de la economía de 0.3 por ciento, de mayor impacto en realidad si se toma en cuenta que la población crecerá a una tasa de 1.4 por ciento. El desempeño mexicano, inferior al promedio de América Latina, estará también por debajo de Brasil, según la proyección del organismo. El país amazónico tendrá un crecimiento de su economía de 1.8 por ciento en 2009, también menor al 3 por ciento calculado en noviembre.
El Banco de México estimó que en 2009 el PIB tendrá un decrecimiento de entre 0.8 y 1.8 por ciento. La Secretaría de Hacienda mantiene un pronóstico de “crecimiento cero” para el año.
“Las perspectivas económicas son muy inciertas, y el momento y el ritmo de la recuperación dependerán de manera crucial de la aplicación de medidas de política enérgicas”, indicó el reporte. “Los mercados financieros han seguido en una situación sumamente difícil por un periodo más prolongado que el previsto, pese a que se adoptaron medidas de política de amplio alcance para suministrar capital adicional y reducir los riesgos de crédito”, agregó. El FMI planteó que para “destrabar” los mercados de crédito es indispensable que se reconozcan de manera creíble los préstamos incobrables.
“El proceso de reconocimiento de pérdidas (en los grupos financieros mundiales) y la restructuración de los préstamos incobrables no ha finalizado”, indicó. Por lo tanto, abundó, las políticas públicas deben forzar al reconocimiento de esas pérdidas, y “proporcionar respaldo público” a las instituciones financieras que resulten viables, a la vez que “medidas de resolución de los bancos insolventes y de establecimiento de entidades públicas para absorber los préstamos incobrables” a través de “bancos administradores de créditos incobrables”.
Por lo pronto, la falta de claridad sobre la verdadera magnitud de la crisis en el sistema financiero ha llevado a la paralización de la actividad productiva y el comercio, en lo que el FMI llamó “un pernicioso círculo vicioso entre los sectores real (como se refiere a la producción, consumo y el empleo) y financiero, que está causando estragos”.
Abundó al señalar que la producción y el comercio mundiales se desplomaron en los últimos meses de 2008. La continuación de la crisis financiera, ha generado una abrupta caída de los precios de los activos en las economías avanzadas y emergentes, lo cual ha reducido el patrimonio de los hogares y por consiguiente ha ejercido presión a la baja sobre la demanda de consumo.
“Además, el alto nivel de incertidumbre ha llevado a los hogares y a las empresas a aplazar gastos, lo cual ha reducido la demanda de bienes de consumo y de capital. Al mismo tiempo, las generalizadas perturbaciones del crédito están restringiendo el gasto de los hogares y contrayendo la producción y el comercio”.
Roberto González Amador, La Jornada, 29 de enero.
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