Narco iguala poder de élite militar

Tienen disciplina y tácticas militares. Están equipados para choques armados no sólo con sus enemigos y policías, sino hasta con soldados de fuerzas especiales. Tienen sus propios cuadros de inteligencia e infiltración. Se mueven y tienen células por todo el país.

Diseñan sus propios uniformes, tienen rangos, jerarquías y algunos hasta formación ideológica. Manejan sistemas de comunicación y códigos para sus operativos. Son temidos y actúan con crueldad inusitada. Son los ejércitos del narcotráfico.



Las filas de estos grupos se nutren del reclutamiento de ex militares, ex policías y ex convictos, pero también de oficiales en activo y grupos de adictos o pandilleros, lo mismo que de personas cada vez más jóvenes. Droga, mujeres, vehículos, violencia, dinero y casi siempre la muerte o la cárcel, son sus principales pagos, de acuerdo con informes de la Procuraduría General de la República (PGR), especialistas e investigadores, así como testimonios de testigos protegidos a los que tuvo acceso EL UNIVERSAL.



Los cárteles de las drogas del Golfo, de Sinaloa, Tijuana, el de los hermanos Beltrán Leyva, los Carrillo Fuentes y La Familia Michoacana, constituyeron verdaderos ejércitos de sicarios a su servicio.



En grupos como el de Los Zetas sus miembros son capacitados y entrenados militarmente en centros clandestinos de adiestramiento, en otros como el de La Familia Michoacana sus integrantes son adoctrinados ideológicamente sobre su supremacía o tarea “divina”, o inclusive se nutren de desertores de la milicia de otros países, como los kaibiles procedentes de Guatemala.



Poder de fuego



El poder de fuego de cada grupo habla de su peligrosidad. En su más reciente informe sobre aseguramientos y tráfico de armas, la PGR detalló que de diciembre de 2006 a agosto del 2008 —21 meses en total— se aseguraron en México un total de 20 mil 82 armas, de las cuales: 10 mil 763 son largas, en su mayoría fusiles de asalto. Se decomisaron un millón 958 mil 947 cartuchos y municiones, además de mil 402 granadas. Es decir, todo un arsenal como para enfrentar a un ejército regular.



Pero lo más grave es que dentro de todo este arsenal asegurado hay armas de guerra utilizadas regularmente en zonas de conflicto como en Irak, Afganistán y otras partes del mundo. El análisis de la PGR sobre aseguramientos de armas de fuego y municiones, y de la detención de personas permiten establecer que al cártel del Golfo y a Los Zetas, se les ha asegurado el mayor número de armas de fuego, de características especiales por su versatilidad, potencialidad lesiva, alcance, penetración y volumen de fuego.



Entre esas armas hay cohetes antitanque de los tipos M-72 y AT-4, lanzacohetes RPG-7, lanzagranadas MGL calibre 37mm, aditamentos lanzagranadas calibres 37 y 40 milímetros, granadas de 37 y 40 milímetros, granadas de fragmentación, fusiles barret calibre .50 mm, así como armas de fuego de nueva generación como la subametralladora FN Herstal, de fabricación belga, importada por Estados Unidos, calibre 5.7x28 mm, y la pistola conocida como Five-Seven, que por sus características técnicas, así como por las cualidades de su munición, subsónica, trazadora y de penetración, es capaz de traspasar los blindajes de Keblar y Crisat, llamada también matapolicías.



En segundo lugar, en cuanto al aseguramiento de armas de fuego, convencionales y de características especiales, está el llamado cártel de los hermanos Arellano Félix, a cuyas células operativas, cada vez de menor presencia a causa de la detención de sus principales dirigentes, se les han asegurado, en menor proporción, algunos fusiles Barret, lanzacohetes y subametralladoras FN Herstal, calibre 5.7x28.



En un tercer sitio está el denominado cártel del Pacífico y grupos afines —entre ellos El Chapo Guzmán, El Mayo Zambada y los Carrillo Fuentes—, con presencia significativa, ya que es un grupo numeroso a cuyos integrantes se les han asegurado armas cortas y fusiles de asalto de características convencionales y, excepcionalmente, con lanzagranadas y granadas de calibre .37 mm.



Los Beltrán Leyva y La Familia Michoacana, divisiones del cártel del Pacífico y de Los Zetas, respectivamente, se han colocado como grupos emergentes de gran peligrosidad por su capacidad de fuego y su poder de reclutamiento. A ambas organizaciones se les han asegurado arsenales, lo mismo que uniformes confeccionados por ellos con sus propios logotipos. Los Beltrán Leyva usan las siglas de Fuerzas Especiales de Arturo Beltrán, y los otros los de Fuerzas de la Familia Michoacana.

Francisco Gómez, El Universal, 30 de diciembre.


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