Los narcotraficantes mexicanos instalaron sus laboratorios en Estados Unidos para producir metanfetaminas. Ante las restricciones que existen para importar precursores químicos en México, durante los dos últimos años los cárteles de la droga optaron por mudarse y ubicar sus centros clandestinos en territorio estadounidense, según revela un informe del Departamento de Justicia.
Para abastecerse de efedrina y seudoefedrina, estas organizaciones crearon redes de compradores en Estados Unidos, quienes adquieren medicamentos que contienen estos precursores para obtener la materia prima de las metanfetaminas, aunque también emplean otras sustancias para su elaboración reduciendo la calidad de la droga.
Por ello, los capos mexicanos no sólo controlan el mercado de la cocaína en Estados Unidos, también el de las llamadas “drogas de diseño”, convirtiéndose en una amenaza a la seguridad de ese país, detalla el último reporte elaborado por el Centro de Inteligencia Nacional de Drogas (NDIC).
El gobierno federal en México impuso una serie de restricciones para la importación de efedrina y seudoefedrina para evitar su desvío a usos ilegales.
Mientras que en 2004 ingresaron legalmente a México 230 toneladas de precursores químicos, para 2007 sólo se permitió la importación de 11.8 toneladas, mientras que para este año se redujo a cero, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud.
Estas medidas han impactado en Estados Unidos. El informe detalla que “los distribuidores se han visto obligados a comenzar la producción de la droga a nivel nacional ante la disminución del flujo de metanfetaminas de México”, al punto que se ha reducido su disponibilidad en el mercado, generando un incremento en su precio de 149 dólares a 284 por gramo, y una disminución en la calidad de la droga.
Sin embargo, el Departamento de Justicia estadounidense prevé que “la producción de metanfetaminas aumente moderadamente en 2009 en ese país, ya que los productores mexicanos de esta droga se han desplazado a la Unión Americana, para instalar sus laboratorios.
“Algunos cárteles mexicanos han cambiado sus operaciones de producción de México a Estados Unidos, en particular a California”, un estado donde tan sólo en el primer semestre de 2008 se incautaron 19 laboratorios donde cárteles mexicanos procesaban la metanfetamina.
El informe de la NDIC detalla que tan sólo entre enero y junio de este año localizó mil 605 centros de producción clandestina en Alabama, Arizona, Kansas, Michigan, Missouri, Carolina del Norte, Dakota del Norte, Oklahoma, Carolina del Sur y Wisconsin.
Los narcotraficantes mexicanos han creado extensas redes de compradores, que adquieren pequeñas cantidades de medicamentos que contienen precursores, para obtener así la materia prima para las metanfetaminas, lo que hace difícil a las autoridades detectar a quienes colaboran con estos grupos pues a veces 30 dólares son suficientes para adquirir dosis mínimas.
Aunque también han encontrado “métodos alternativos de producción para mantener los suministros de la droga”, ya que utilizan fenil-2-propanona (P2P) para elaborar la droga, lo que representa también un riesgo para los consumidores pues se reduce su calidad.
Para abastecerse de efedrina y seudoefedrina, estas organizaciones crearon redes de compradores en Estados Unidos, quienes adquieren medicamentos que contienen estos precursores para obtener la materia prima de las metanfetaminas, aunque también emplean otras sustancias para su elaboración reduciendo la calidad de la droga.
Por ello, los capos mexicanos no sólo controlan el mercado de la cocaína en Estados Unidos, también el de las llamadas “drogas de diseño”, convirtiéndose en una amenaza a la seguridad de ese país, detalla el último reporte elaborado por el Centro de Inteligencia Nacional de Drogas (NDIC).
El gobierno federal en México impuso una serie de restricciones para la importación de efedrina y seudoefedrina para evitar su desvío a usos ilegales.
Mientras que en 2004 ingresaron legalmente a México 230 toneladas de precursores químicos, para 2007 sólo se permitió la importación de 11.8 toneladas, mientras que para este año se redujo a cero, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud.
Estas medidas han impactado en Estados Unidos. El informe detalla que “los distribuidores se han visto obligados a comenzar la producción de la droga a nivel nacional ante la disminución del flujo de metanfetaminas de México”, al punto que se ha reducido su disponibilidad en el mercado, generando un incremento en su precio de 149 dólares a 284 por gramo, y una disminución en la calidad de la droga.
Sin embargo, el Departamento de Justicia estadounidense prevé que “la producción de metanfetaminas aumente moderadamente en 2009 en ese país, ya que los productores mexicanos de esta droga se han desplazado a la Unión Americana, para instalar sus laboratorios.
“Algunos cárteles mexicanos han cambiado sus operaciones de producción de México a Estados Unidos, en particular a California”, un estado donde tan sólo en el primer semestre de 2008 se incautaron 19 laboratorios donde cárteles mexicanos procesaban la metanfetamina.
El informe de la NDIC detalla que tan sólo entre enero y junio de este año localizó mil 605 centros de producción clandestina en Alabama, Arizona, Kansas, Michigan, Missouri, Carolina del Norte, Dakota del Norte, Oklahoma, Carolina del Sur y Wisconsin.
Los narcotraficantes mexicanos han creado extensas redes de compradores, que adquieren pequeñas cantidades de medicamentos que contienen precursores, para obtener así la materia prima para las metanfetaminas, lo que hace difícil a las autoridades detectar a quienes colaboran con estos grupos pues a veces 30 dólares son suficientes para adquirir dosis mínimas.
Aunque también han encontrado “métodos alternativos de producción para mantener los suministros de la droga”, ya que utilizan fenil-2-propanona (P2P) para elaborar la droga, lo que representa también un riesgo para los consumidores pues se reduce su calidad.
Silvia Otero, El Universal, 25 de diciembre.
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