Un día después del hallazgo de ocho militares decapitados en Chilpancingo, Guerrero, el Presidente Felipe Calderón afirmó que el Estado llevará "hasta sus últimas consecuencias" la guerra que despliega contra el crimen organizado.
Durante la ceremonia conmemorativa del 193 aniversario luctuoso de José María Morelos y Pavón, Calderón afirmó que, desesperada por los golpes que ha recibido, la criminalidad recurre a actos de barbarie para intentar preservar sus intereses.
En la Plaza de la Ciudadela, custodiada por militares con armas largas, el Mandatario pidió se guardara un minuto de silencio en memoria de los elementos caídos, cuyos nombres mencionó. El rostro de Calderón Hinojosa se endureció cuando la banda militar interpretó la Marcha Fúnebre del compositor Fernando Villalpando.
"Sabemos bien que estos cobardes asesinatos pretenden amedrentar al Estado y a la sociedad. Pretenden paralizar y detener la acción del Estado mexicano en contra de la criminalidad. Son consecuencia de la contundencia de los golpes que las Fuerzas Armadas han dado a las organizaciones criminales que han provocado una merma en sus estructura tanto funcional como económica", planteó.
"Por eso estamos decididos a llevar esta lucha en todas sus consecuencias: a la violencia del crimen responderemos con la acción firme del Estado. No daremos un paso atrás en esta lucha ni habrá tregua ni cuartel para los evidentes enemigos de la Patria", advirtió el Mandatario mexicano.
Tras reclamar la intervención de todos los mexicanos para dar la batalla en contra de la delincuencia, Calderón apremió a denunciar a los que cometen crímenes.
"Porque el enemigo no debe tener cobijo ni protección de la sociedad, de ningún tipo, (y) quien los apoye y solape también estará traicionando a México", agregó en su discurso.
En ese tono, el Presidente afirmó que, en aras de garantizar la seguridad de los mexicanos, el Estado mantendrá los operativos anticrimen en todo el territorio, pues, lejos de ser intimidadas, las Fuerzas Armadas "están más que determinadas a cumplir con su deber" con la seguridad de la población.
Para el Ejecutivo, lo que representará el triunfo en el combate al crimen organizado "será la unión de todos los mexicanos".
Tras reconocer la "valentía y lealtad" con que las Fuerzas Armadas y distintas policías se han conducido, el Presidente dijo que los ocho militares ejecutados en Chilpancingo lucharon "como héroes y como héroes serán recordados, (pues) murieron con dignidad, protegían los valores de la Patria, defendiendo a las familias mexicanas".
En la ceremonia, el Presidente Calderón estuvo acompañado por los Secretarios de Marina y de Educación Pública, Francisco Saynez y Josefina Vázquez Mota, así como por el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, César Duarte.
Durante la ceremonia conmemorativa del 193 aniversario luctuoso de José María Morelos y Pavón, Calderón afirmó que, desesperada por los golpes que ha recibido, la criminalidad recurre a actos de barbarie para intentar preservar sus intereses.
En la Plaza de la Ciudadela, custodiada por militares con armas largas, el Mandatario pidió se guardara un minuto de silencio en memoria de los elementos caídos, cuyos nombres mencionó. El rostro de Calderón Hinojosa se endureció cuando la banda militar interpretó la Marcha Fúnebre del compositor Fernando Villalpando.
"Sabemos bien que estos cobardes asesinatos pretenden amedrentar al Estado y a la sociedad. Pretenden paralizar y detener la acción del Estado mexicano en contra de la criminalidad. Son consecuencia de la contundencia de los golpes que las Fuerzas Armadas han dado a las organizaciones criminales que han provocado una merma en sus estructura tanto funcional como económica", planteó.
"Por eso estamos decididos a llevar esta lucha en todas sus consecuencias: a la violencia del crimen responderemos con la acción firme del Estado. No daremos un paso atrás en esta lucha ni habrá tregua ni cuartel para los evidentes enemigos de la Patria", advirtió el Mandatario mexicano.
Tras reclamar la intervención de todos los mexicanos para dar la batalla en contra de la delincuencia, Calderón apremió a denunciar a los que cometen crímenes.
"Porque el enemigo no debe tener cobijo ni protección de la sociedad, de ningún tipo, (y) quien los apoye y solape también estará traicionando a México", agregó en su discurso.
En ese tono, el Presidente afirmó que, en aras de garantizar la seguridad de los mexicanos, el Estado mantendrá los operativos anticrimen en todo el territorio, pues, lejos de ser intimidadas, las Fuerzas Armadas "están más que determinadas a cumplir con su deber" con la seguridad de la población.
Para el Ejecutivo, lo que representará el triunfo en el combate al crimen organizado "será la unión de todos los mexicanos".
Tras reconocer la "valentía y lealtad" con que las Fuerzas Armadas y distintas policías se han conducido, el Presidente dijo que los ocho militares ejecutados en Chilpancingo lucharon "como héroes y como héroes serán recordados, (pues) murieron con dignidad, protegían los valores de la Patria, defendiendo a las familias mexicanas".
En la ceremonia, el Presidente Calderón estuvo acompañado por los Secretarios de Marina y de Educación Pública, Francisco Saynez y Josefina Vázquez Mota, así como por el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, César Duarte.
Mayolo López, Reforma, 23 de diciembre.
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