Salvar bancos, no a los banqueros, recomiendan cuatro ex gobernantes

Ex gobernantes de Italia, España, Chile y Uruguay, Romano Prodi, Felipe González, Ricardo Lagos y Julio María Sanguinetti, coincidieron en que más allá de cualquier receta para sortear la crisis mundial, lo fundamental es actuar rápido, con medidas urgentes, de fast track.

“Hay que apurarse y apurarse, porque cada día en que aumenta el desempleo, cae el producto interno bruto y la situación es más difícil”, recomendó el ex primer ministro de Italia durante la realización del foro México ante la crisis, ¿qué hacer para crecer?, organizado por el Congreso de la Unión y realizado en el alcázar de Chapultepec.

Prodi resaltó que es necesario rescatar a los bancos, pero no a los banqueros, quienes deben asumir su responsabilidad. Con ese planteamiento coincidieron tanto Felipe González como Ricardo Lagos. “¿Por qué salvarlos a costa del endeudamiento público, es decir a costa del contribuyente?”.

El no salvar a los responsables de la emergencia financiera “me parece un principio básico de exigencia de responsabilidades por este desbarajuste en el que nos han metido”, resaltó por su parte el ex presidente del gobierno español.

Sanguinetti resaltó la necesidad de reformas para regular el mercado, con un Estado que vuelva a asumir su rol, “no el intervencionista que pretendía sustituir el esfuerzo privado, pero sí el Estado regulador que no adormece sino que estimula las iniciativas individuales y la espontaneidad de la sociedad”.

Felipe González lo definió de manera coloquial. Un Estado, dijo, como los cuerpos que se ven en la playa de Ipanema, sin un gramo de grasa, pero sin que se les vean los huesos. “Queremos un Estado que sea ágil, que responda a las necesidades y recupere la confianza de los ciudadanos”. A su vez, Prodi apuntó que esta crisis ha sido profundamente más grave por la falta de ética. No es cierto que el mercado se vaya a regular solo: “si no actuamos con energía, dentro de 10 o 15 años tendremos otra crisis”, alertó.

En el caso concreto de México, los ex gobernantes expusieron que el problema central que se padece es el desempleo, y consideraron prioritario proteger ocupaciones y salarios e impulsar la industrialización.

González resaltó que no debe olvidarse que en situaciones de emergencia “hay que saltar por encima de trabas burocráticas innecesarias”, y advirtió que no debe perderse el tiempo en discutir la responsabilidad de los gobiernos en esa crisis internacional globalizada, sino centrarse en cómo operar un paquete anticíclico, “teniendo en cuenta que en esas situaciones importa más, como diría (Carlos) Slim, el crecimiento de la masa salarial que el crecimiento del producto”.

No hay milagros...
El uruguayo Julio María Sanguinetti resaltó que no hay milagros para superar crisis financieras y económicas, pero aquellos países que lo han logrado, como Corea del Sur, luego de medio siglo de guerra, es porque pudieron “preparar a su gente y formar el capital humano necesario y prescindible para enfrentar los desafíos de un crecimiento profundamente competitivo”.

Romano Prodi, a su vez, hizo notar que México en los últimos años tuvo incrementos salariales negativos o muy bajos, y enfrenta serias dificultades para lograr una industria autónoma y fuerte, debido a que 80 por ciento de sus exportaciones van a Estados Unidos.

La salida de la crisis, anotó el ex mandatario, es una industria que abastezca al mercado interno, que exporte no sólo al vecino del norte, sino a todo el mundo.

Ante un auditorio conformado fundamentalmente por senadores, diputados y algunos dirigentes empresariales y académicos, el ex presidente del gobierno español, Felipe González, alertó también sobre “la tentación” de convertir el plan anticrisis en “una carta a los Reyes Magos”, en la que se condicione la participación a bajar, por ejemplo, impuestos.

Ese primer panel fue moderado por Carlos Elizondo Mayer-Serra, quien, en tono de broma, recordó a los ex presidentes –luego de su intervención inicial– que al responder a las preguntas podrían exponerse a que les aplicaran el artículo 33 constitucional. Felipe González no pasó por alto la alusión y recalcó que ese artículo se pensó por la presencia de Maximiliano en el país para evitar que los extranjeros decidieran sobre el destino de México.

Durante la inauguración del foro, los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, Gustavo Madero y César Duarte, respectivamente, destacaron que se trata de un espacio de reflexión, pero también sirve como base para la acción, a fin de atender la emergencia.

El senador perredista Carlos Navarrete, presidente del Instituto Belisario Domínguez, organizador del foro, parafraseó a Felipe González para advertir que “ante la magnitud de la crisis económica, el gobierno debe hacer mucho, pero no puede solo; pero todos los demás, sin el gobierno, poco podemos hacer. Por tanto, asumámoslo”.

Andrea Becerril, Víctor Ballinas y Enrique Méndez, La Jornada, 28 de enero.


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