CIUDAD IXTEPEC, Oax.- El sacerdote y defensor de los derechos humanos de los migrantes, Alejandro Solalinde Guerra, pidió a las autoridades proteger el albergue Hermanos en el Camino y a su equipo de colaboradores, luego de recibir amenazas de muerte de parte del grupo delictivo Los Zetas.
"Yo estoy bajo medidas cautelares y es mi obligación moral informar de lo que está pasando; además, personal de Brigadas Internacionales de Paz me acompañan. Sin embargo, ya informé a la Pastoral de la Movilidad Humana, a la Secretaría de Gobernación y a la CNDH para que tomen cartas en el asunto y veamos en qué forma pueden proteger al albergue, a mi equipo y a mi persona", externó en entrevista.
El pasado viernes, el coordinador diocesano de la Pastoral de la Movilidad Humana dio a conocer que, de acuerdo con uno de sus informantes, Los Zetas están molestos debido a que los migrantes retardan su estadía en el albergue fundado por él, además de que los indocumentados han optado por otras rutas ante la información que se les brinda acerca de los secuestros.
"Están enojados porque les retenemos su 'mercancía', les quitamos clientes cautivos para ellos, pero, para nosotros, son personas. Estamos viendo la tragedia humanitaria. Siempre me he preguntado ¿hasta cuándo van aguantar ellos?", indicó.
Solalinde fundó el albergue en febrero de 2007 luego de que, durante diciembre de 2006 y enero de 2007, se registraran en la región los primeros casos de secuestros de migrantes.
Actualmente atiende de 300 a 500 centroamericanos por semana, cifra que se duplica en los primeros meses del año.
Como parte de su labor, el sacerdote ha presentado más de 50 denuncias por casos de asaltos, secuestros y violaciones a migrantes que involucran a bandas delictivas y policías estatales y federales.
Solalinde enfrentó en julio de este año una denuncia por parte del Instituto Nacional de Migración por tráfico de menores. En 2008, las autoridades municipales de Ciudad Ixtepec lo acusaron de proteger a migrantes violadores e intentaron quemar el albergue.
Pese a que le han ofrecido escoltas, el sacerdote los ha rechazado, por lo que junto, con la Iglesia, tratarán de seguir llevando hasta las últimas consecuencias el servicio que se da a los migrantes.
"Es una situación delicada. Claro que estoy preocupado, una amenaza de esas no es cualquier cosa. Como humano puedo sentir miedo, pero por la fe no. Voy a seguir adelante, no me voy a echar para atrás pase lo que pase. Para eso nos ha mandado el señor", agregó.
El fin semana arribó al albergue un visitador de la CNDH para dar seguimiento a la denuncia.
Martha Izquierdo corresponsal, Reforma, 15 de noviembre.
"Yo estoy bajo medidas cautelares y es mi obligación moral informar de lo que está pasando; además, personal de Brigadas Internacionales de Paz me acompañan. Sin embargo, ya informé a la Pastoral de la Movilidad Humana, a la Secretaría de Gobernación y a la CNDH para que tomen cartas en el asunto y veamos en qué forma pueden proteger al albergue, a mi equipo y a mi persona", externó en entrevista.
El pasado viernes, el coordinador diocesano de la Pastoral de la Movilidad Humana dio a conocer que, de acuerdo con uno de sus informantes, Los Zetas están molestos debido a que los migrantes retardan su estadía en el albergue fundado por él, además de que los indocumentados han optado por otras rutas ante la información que se les brinda acerca de los secuestros.
"Están enojados porque les retenemos su 'mercancía', les quitamos clientes cautivos para ellos, pero, para nosotros, son personas. Estamos viendo la tragedia humanitaria. Siempre me he preguntado ¿hasta cuándo van aguantar ellos?", indicó.
Solalinde fundó el albergue en febrero de 2007 luego de que, durante diciembre de 2006 y enero de 2007, se registraran en la región los primeros casos de secuestros de migrantes.
Actualmente atiende de 300 a 500 centroamericanos por semana, cifra que se duplica en los primeros meses del año.
Como parte de su labor, el sacerdote ha presentado más de 50 denuncias por casos de asaltos, secuestros y violaciones a migrantes que involucran a bandas delictivas y policías estatales y federales.
Solalinde enfrentó en julio de este año una denuncia por parte del Instituto Nacional de Migración por tráfico de menores. En 2008, las autoridades municipales de Ciudad Ixtepec lo acusaron de proteger a migrantes violadores e intentaron quemar el albergue.
Pese a que le han ofrecido escoltas, el sacerdote los ha rechazado, por lo que junto, con la Iglesia, tratarán de seguir llevando hasta las últimas consecuencias el servicio que se da a los migrantes.
"Es una situación delicada. Claro que estoy preocupado, una amenaza de esas no es cualquier cosa. Como humano puedo sentir miedo, pero por la fe no. Voy a seguir adelante, no me voy a echar para atrás pase lo que pase. Para eso nos ha mandado el señor", agregó.
El fin semana arribó al albergue un visitador de la CNDH para dar seguimiento a la denuncia.
Martha Izquierdo corresponsal, Reforma, 15 de noviembre.
0 Responses to "Demanda Solalinde protección"
Publicar un comentario