Emeteria Martínez logró reencontrarse con su hija Ada Marlen, a quien dejó de ver hace 21 años cuando salió de Honduras para migrar a Estados Unidos.
El reencuentro se logró la tarde del sábado en el albergue Casa de Migrantes San Juan de Dios, en Tultitlán, Estado de México.
Emeteria forma parte de la Caravana de Búsqueda de Centroamericanos Desaparecidos en su Tránsito por México, que desde 2002 ha llegado cada año al territorio nacional para denunciar la desaparición de migrantes y buscar pistas que lleven a conocer su paradero.
El 9 de agosto de 1989, Ada, de 17 años de edad entonces y madre de dos hijos, dejó su pueblo natal Yoro, en Honduras, para migrar a Estados Unidos, encontrar un trabajo y mantener a los pequeños y a su madre.
Sin embargo, desapareció en el camino. Dejó de tener contacto con Emeteria, quien desde entonces la ha buscado con su fotografía emplasticada.
Ada tiene 38 años y vive en Ecatepec, Estado de México.
De acuerdo con Marta Sánchez Soler, integrante del Movimiento Migrante Mesoamericano que acompaña la caravana en México, el reencuentro se logró gracias a que Jorge Luis, el hijo que Ada dejó en Honduras cuando partió, viajó a México para buscar a su madre, motivado por el coraje y esperanza de la abuela Emeteria.
Jorge Luis llegó hace más de un mes para seguir las pistas de su madre. El joven, ahora de 21 años -tenía meses de nacido cuando su madre lo dejó- logró contactar a su hermano, el otro hijo de Ada, quien nació en México y a quien Jorge Luis no conocía.
Entre las madres de la caravana ayer hubo una gran fiesta, por la emoción del reencuentro entre Emeteria y Ada.
"Nos da esperanza a todas para seguir la búsqueda de nuestros hijos, de nuestros familiares", comentó Sánchez Soler.
Sin embargo, la alegría también les dejó un poco de tristeza a otras madres, que quisieron ser ellas quienes abrazaran a sus hijos la tarde de ayer.
El reencuentro se logró la tarde del sábado en el albergue Casa de Migrantes San Juan de Dios, en Tultitlán, Estado de México.
Emeteria forma parte de la Caravana de Búsqueda de Centroamericanos Desaparecidos en su Tránsito por México, que desde 2002 ha llegado cada año al territorio nacional para denunciar la desaparición de migrantes y buscar pistas que lleven a conocer su paradero.
El 9 de agosto de 1989, Ada, de 17 años de edad entonces y madre de dos hijos, dejó su pueblo natal Yoro, en Honduras, para migrar a Estados Unidos, encontrar un trabajo y mantener a los pequeños y a su madre.
Sin embargo, desapareció en el camino. Dejó de tener contacto con Emeteria, quien desde entonces la ha buscado con su fotografía emplasticada.
Ada tiene 38 años y vive en Ecatepec, Estado de México.
De acuerdo con Marta Sánchez Soler, integrante del Movimiento Migrante Mesoamericano que acompaña la caravana en México, el reencuentro se logró gracias a que Jorge Luis, el hijo que Ada dejó en Honduras cuando partió, viajó a México para buscar a su madre, motivado por el coraje y esperanza de la abuela Emeteria.
Jorge Luis llegó hace más de un mes para seguir las pistas de su madre. El joven, ahora de 21 años -tenía meses de nacido cuando su madre lo dejó- logró contactar a su hermano, el otro hijo de Ada, quien nació en México y a quien Jorge Luis no conocía.
Entre las madres de la caravana ayer hubo una gran fiesta, por la emoción del reencuentro entre Emeteria y Ada.
"Nos da esperanza a todas para seguir la búsqueda de nuestros hijos, de nuestros familiares", comentó Sánchez Soler.
Sin embargo, la alegría también les dejó un poco de tristeza a otras madres, que quisieron ser ellas quienes abrazaran a sus hijos la tarde de ayer.
Daniela Rea, Reforma, 7 de noviembre.
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