La caravana de familiares de hondureños que desaparecieron en su intento por llegar a Estados Unidos inició ayer en Tapachula, Chiapas, sin la presencia de ninguna autoridad del Consulado del Gobierno de Honduras.
"No sé si les da pena que los familiares tengan que venir hasta acá a buscarlos y que ellos no hayan hecho nada en conjunto con las autoridades mexicanas para encontrarlos, pero no hubo ninguna autoridad de ese país", externó en entrevista telefónica Rubén Figueroa, activista en derechos humanos que acompaña a las 11 madres y 2 padres.
De acuerdo con Figueroa, los migrantes centroamericanos en México no solamente son amenazados por el crimen organizado sino también por la indiferencia de sus Gobiernos ante los riesgos que aquí enfrentan.
"Por eso, llamamos a las autoridades consulares a que se sumen a este gran esfuerzo, a que hagan visible la problemática que sufren sus ciudadanos en nuestro territorio, indicó.
Alrededor de las 11:00 horas los familiares de los 500 desaparecidos expusieron durante un par de horas fotografías de sus hijos en el zócalo de Tapachula, donde se concentraron unos 200 lugareños.
Algunos padres, señaló, recibieron referencias de haber visto a sus seres queridos.
"No entraron más en detalle, pero su esperanza se reflejó con lágrimas en sus ojos", comentó Rubén Figueroa.
Posteriormente, los familiares acudieron a la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM), donde por primera vez se les autorizó el ingreso y platicaron a lo largo de una hora y media con centroamericanos ahí retenidos.
"Fue un buen acto del Instituto", señaló el activista en derechos humanos.
Por la tarde, partieron rumbo a la ciudad de Arriaga y de ahí saldrán hoy hacia Ixtepec, Oaxaca.
"No sé si les da pena que los familiares tengan que venir hasta acá a buscarlos y que ellos no hayan hecho nada en conjunto con las autoridades mexicanas para encontrarlos, pero no hubo ninguna autoridad de ese país", externó en entrevista telefónica Rubén Figueroa, activista en derechos humanos que acompaña a las 11 madres y 2 padres.
De acuerdo con Figueroa, los migrantes centroamericanos en México no solamente son amenazados por el crimen organizado sino también por la indiferencia de sus Gobiernos ante los riesgos que aquí enfrentan.
"Por eso, llamamos a las autoridades consulares a que se sumen a este gran esfuerzo, a que hagan visible la problemática que sufren sus ciudadanos en nuestro territorio, indicó.
Alrededor de las 11:00 horas los familiares de los 500 desaparecidos expusieron durante un par de horas fotografías de sus hijos en el zócalo de Tapachula, donde se concentraron unos 200 lugareños.
Algunos padres, señaló, recibieron referencias de haber visto a sus seres queridos.
"No entraron más en detalle, pero su esperanza se reflejó con lágrimas en sus ojos", comentó Rubén Figueroa.
Posteriormente, los familiares acudieron a la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM), donde por primera vez se les autorizó el ingreso y platicaron a lo largo de una hora y media con centroamericanos ahí retenidos.
"Fue un buen acto del Instituto", señaló el activista en derechos humanos.
Por la tarde, partieron rumbo a la ciudad de Arriaga y de ahí saldrán hoy hacia Ixtepec, Oaxaca.
Verónica Sánchez, Reforma, 1º de noviembre.
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