Chocan posturas por el impuesto a los refrescos

En la Cámara de Diputados se analizan posturas encontradas sobre el impacto que tendría aplicar un impuesto a los refrescos.

Contra el gravamen se han expresado legisladores, empresas refresqueras, productores de caña y hasta propietarios de tiendas de abarrotes.

Argumentan que se afectará a los trabajadores rurales que producen azúcar, generará más informalidad y no contribuirá a reducir la obesidad, principal objetivo del Gobierno federal al proponer el impuesto de un peso por litro.

La Unión Nacional de Productores de Caña de Azúcar (UNPCA), advirtió que el impuesto les daría el tiro de gracia, pues perderían ganancias en más de 400 mil toneladas del dulce.

Indicó que en los últimos cinco años disminuyó el consumo del azúcar per cápita, mientras que la obesidad sigue aumentando entre la población.

El diputado panista Víctor Serralde, presidente de la Comisión de Desarrollo Rural, rechazó el gravamen a las bebidas endulzadas y demandó políticas públicas que mejoren hábitos alimenticios y combatan la obesidad.

Dirigentes de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) expusieron a los legisladores que, aun cuando los refrescos sean más caros, no se disminuirán las calorías que consumen los mexicanos.

Al defender el impuesto de dos pesos por litro, el diputado perredista Fernando Zárate aseguró que no afectará a la industria cañera.

Explicó que gravar el azúcar, como piden las embotelladoras, afectaría a 100 por ciento de la industria de la caña, mientras que el impuesto a los refrescos impactaría al 25 por ciento de los productores de bebidas endulzadas.

Además, dijo, generalizar el impuesto al azúcar repercutiría en los costos de la canasta básica de alimentos.

Expuso que su bancada propondrá que en el Presupuesto de Egresos de 2014 se incluya una partida para proteger a los productores de caña.

"Gravar el azúcar en lugar del refresco, como proponen los empresarios, no ayuda a fortalecer la política de combate a la diabetes y a la obesidad, como sí se persigue con el impuesto al refresco", argumentó el legislador perredista, quien propuso aumentar el impuesto de un peso a dos pesos por litro.

Recordó que incluso organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y el Fondo Monetario Internacional recomiendan a los países aplicar políticas para prevenir y combatir la obesidad.

Claudia Salazar, Reforma, 13 de octubre.

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