Prepara el IFE su posible desaparición, aun sin que se apruebe la reforma política


En medio de la incertidumbre generada por la indefinición en las negociaciones de la reforma política, en el Instituto Federal Electoral (IFE), ya se proyectan acciones de lo que se espera será un proceso de transición que duraría entre dos y cinco meses, de concretarse la transformación en instituto nacional electoral (INE).
Sin embargo, de entrada se ha pactado no discutir la inminente sucesión de Leonardo Valdés Zurita hasta que concluya su gestión, el próximo 30 de octubre.
Aún se tienen previstas dos o tres sesiones del Consejo General para desahogar algunos puntos urgentes, entre ellos la aprobación de las reformas estatutarias del PAN y del nuevo modelo de credencial para votar, pues el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revocó el recién avalado.
No obstante, en lo que es uno de los principales pendientes, la redistritación, todo apunta a que se dejará de herencia a la nueva integración del IFE o, en su caso, al INE, debido a que el PRD ha incorporado en la negociación de la reforma electoral un cambio en la base para la conformación de distritos, pues si ahora está sustentada en información del censo poblacional, propone que se conforme a partir del padrón.
Las indefiniciones tanto en la reforma electoral como en la designación del sustituto de Sergio García Ramírez, y junto a ello la incertidumbre sobre el nombramiento de quienes entrarán en lugar de los cuatro consejeros que concluyen el 30 de octubre, han obligado al IFE a hacer previsiones, pues al quedar sólo cuatro consejeros, se deberá reconformar la operación.
En principio, el acuerdo es no abordar el tema de la necesaria designación de un nuevo presidente hasta el 31 de octubre. Con base en los precedentes jurídicos de cuando prácticamente se obligó a la renuncia de Luis Carlos Ugalde, ante la inminencia de su remoción, se estima que como entonces, cuando los ocho consejeros eligieron a Andrés Albo como presidente sustituto, en esta ocasión, los cuatro que permanezcan (Benito Nacif, Marco Antonio Baños, María Marván y Lorenzo Córdova) elegirían al presidente.
Sin embargo, entre las decisiones que comienzan a adoptarse es evitar que haya salidas en las direcciones ejecutivas del IFE y mantener sin cambios la operación de los módulos de atención ciudadana, a efecto de “mandar un mensaje de normalidad”.
Obligadamente, el IFE deberá restructurar la conformación de las comisiones, pero en forma extrema, porque en condiciones normales están integradas por tres consejeros cada una y el presidente no participa en ninguna. Al quedar cuatro consejeros, con la exclusión del presidente, el resto deberían conformarlas.
Las gestiones de Valdés Zurita, Francisco Guerrero, Macarita Elizondo y Alfredo Figueroa concluyen este 30 de octubre. Desde hace unas semanas, el escenario de que no habría nombramientos de los sustitutos en los tiempos constitucionales era casi una certeza, por lo que se han realizado las revisiones de criterios jurídicos sobre la viabilidad de operar sólo con cuatro consejeros y la validez de sus decisiones en ese periodo, que se estima pueda concluir en marzo próximo.

Alonso Urrutia, La Jornada, 16 de octubre.

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