La Habana, 31 de octubre. Hablaba Luiz Inacio Lula da Silva en la apertura de una oficina comercial brasileña en La Habana, cuando hizo un giro para apoyar sin rodeos a Barack Obama: “De la misma forma en que Brasil eligió a un metalúrgico, Bolivia eligió a un indígena, Venezuela a Chávez y Paraguay a un obispo, creo que será extraordinario que, en la economía más grande del mundo, un negro sea electo presidente de Estados Unidos”.
Claro, se apresuró a moderar las cosas: es solamente “mi opinión”, la decisión es de los estadunidenses. “Pero pienso que en todo el mundo existe una puntita de alegría, en la mente silenciosa de cada uno de nosotros”.
Lula concluyó hoy su visita de unas 24 horas a Cuba, en la que se entrevistó con Fidel Castro, alejado de la vida pública por enfermedad desde julio de 2006. Esta misma tarde el ex mandatario difundió un artículo en que reprodujo parte de una carta que había enviado al presidente brasileño.
En esa carta, Castro dijo a Lula que el próximo jefe de la Casa Blanca “necesita sentir una fuerte presión” del tercer mundo, demandando soluciones en las que participen todos, no sólo un grupo de países. “Las naciones más ricas necesitan desesperadamente que los pobres consuman, de lo contrario se paralizarían sus centros productores de bienes y servicios”.
Castro señaló que habló casi dos horas con Lula, quien le explicó su obra de gobierno. El líder cubano dijo que agradeció al visitante el apoyo político y económico brasileño a la isla “y le recalqué el papel decisivo desempeñado por Venezuela, una nación latinoamericana en desarrollo, y su presidente, en los días más críticos del periodo especial (la crisis que estalló a principios de la década pasada) y hoy, cuando el bloqueo imperialista se ha recrudecido y nuestro país ha sufrido el azote destructor de dos huracanes”.
Lula y el presidente Raúl Castro inauguraron la oficina de la Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones de Brasil. Ahí el visitante anunció que el mandatario cubano asistirá a la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo, el 16 y 17 de diciembre, en Salvador de Bahía.
Será el primer viaje internacional del menor de los hermanos Castro, desde que asumió el cargo en febrero pasado.
El líder brasileño consideró esa cita como “el primer encuentro en la historia de nuestro continente en que vamos a reunirnos los países de América Latina y el Caribe sin interferencia de ningún otro continente ni de ninguna otra gran potencia”.
Luego hilvanó sus temas para pedir que el próximo presidente estadunidense termine el “bloqueo inexplicable” contra Cuba.
Lula terminó evocando la crisis financiera y dijo que organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, “de la manera en que están funcionando, no sirven para nada”, por lo que debería buscarse una nueva regulación multilateral, en la cual América Latina pueda “sacar provecho” de la situación, en lugar de “quedarnos llorando”.
Claro, se apresuró a moderar las cosas: es solamente “mi opinión”, la decisión es de los estadunidenses. “Pero pienso que en todo el mundo existe una puntita de alegría, en la mente silenciosa de cada uno de nosotros”.
Lula concluyó hoy su visita de unas 24 horas a Cuba, en la que se entrevistó con Fidel Castro, alejado de la vida pública por enfermedad desde julio de 2006. Esta misma tarde el ex mandatario difundió un artículo en que reprodujo parte de una carta que había enviado al presidente brasileño.
En esa carta, Castro dijo a Lula que el próximo jefe de la Casa Blanca “necesita sentir una fuerte presión” del tercer mundo, demandando soluciones en las que participen todos, no sólo un grupo de países. “Las naciones más ricas necesitan desesperadamente que los pobres consuman, de lo contrario se paralizarían sus centros productores de bienes y servicios”.
Castro señaló que habló casi dos horas con Lula, quien le explicó su obra de gobierno. El líder cubano dijo que agradeció al visitante el apoyo político y económico brasileño a la isla “y le recalqué el papel decisivo desempeñado por Venezuela, una nación latinoamericana en desarrollo, y su presidente, en los días más críticos del periodo especial (la crisis que estalló a principios de la década pasada) y hoy, cuando el bloqueo imperialista se ha recrudecido y nuestro país ha sufrido el azote destructor de dos huracanes”.
Lula y el presidente Raúl Castro inauguraron la oficina de la Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones de Brasil. Ahí el visitante anunció que el mandatario cubano asistirá a la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo, el 16 y 17 de diciembre, en Salvador de Bahía.
Será el primer viaje internacional del menor de los hermanos Castro, desde que asumió el cargo en febrero pasado.
El líder brasileño consideró esa cita como “el primer encuentro en la historia de nuestro continente en que vamos a reunirnos los países de América Latina y el Caribe sin interferencia de ningún otro continente ni de ninguna otra gran potencia”.
Luego hilvanó sus temas para pedir que el próximo presidente estadunidense termine el “bloqueo inexplicable” contra Cuba.
Lula terminó evocando la crisis financiera y dijo que organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, “de la manera en que están funcionando, no sirven para nada”, por lo que debería buscarse una nueva regulación multilateral, en la cual América Latina pueda “sacar provecho” de la situación, en lugar de “quedarnos llorando”.
Gerardo Arreola, La Jornada, 1º de noviembre.
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