La sociedad civil debe involucrarse en la lucha anticrimen, sostienen especialistas

Existen “similitudes en todo el mundo en cuanto a las acciones de la mafia y su pretensión de vincularse con el poder”; además, si bien es diferente el surgimiento y comportamiento de los mafiosos napolitanos y los capos mexicanos, en la lucha contra el crimen organizado no basta la acción de policías y militares, es necesario el involucramiento de la sociedad civil, señalaron Franco Avicolli y Marco Bellineri, integrantes del Instituto Italiano de Cultura, al dar a conocer la realización en México del encuentro internacional Legalidad, delincuencia organizada y sociedad civil: historia y problemas.

En conferencia de prensa realizada en la ciudad de México, Avicolli resaltó que una de las pretensiones del seminario será proponer a distintas instituciones la creación de un centro de estudios jurídicos en materia de combate al crimen organizado italo-mexicano, como el Poder Judicial de la Federación, el Instituto Nacional de Ciencias Penales, la Cátedra UNESCO sobre Narcotráfico, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso, México) y la Universidad del Claustro de Sor Juana.

En la presentación del encuentro internacional, que se realizará del 5 al 7 de noviembre, en el que participarán Giancarlo Caselli y Antonio Ingroia, procuradores general de Turín y antimafia de Palermo, respectivamente, entre otros especialistas, se mencionó que los grupos mafiosos han crecido en ciertas regiones de Italia y en otras regiones del mundo debido a que el Estado no ha tenido la suficiente presencia ni ha cubierto los satisfactores sociales, por lo que en esas comunidades ha permeado la cultura de la ilegalidad como parte de la vida cotidiana.

Karina Ansolabehere, representante de Flacso México, señaló que conocer la experiencia italiana ayudará a especialistas de otras naciones a contrastar la realidad y los métodos de combatir el crimen organizado desde distintas perspectivas.

En ese contexto, se mencionó que este foro servirá para conocer cómo es que la delincuencia organizada se presenta con características estrechamente vinculadas con la economía y con mecanismos capaces de alterar las reglas de la libre competencia y la negociación, ya que los integrantes del crimen organizado “cuestionan los principios e instituciones del Estado con consecuencias evidentes en la vida civil y en las estructuras que reglamentan su existencia”.

Gustavo Castillo García, La Jornada, 1º de noviembre.