El convaleciente ex presidente Fidel Castro dejó ayer las manos libres a los dirigentes cubanos para que adopten todas las decisiones que consideren requiere el país, sin estar condicionados por sus “eventuales reflexiones” de prensa, “mi gravedad” e incluso “mi muerte”.
En un nuevo comentario, Castro dijo haber “tenido el raro privilegio de observar los acontecimientos” mundiales durante mucho tiempo, y en tono enigmático agregó que esperaba “no disfrutar del tal privilegio” cuando termine el primer mandato presidencial de Barack Obama. El ex gobernante de 82 años agregó que había reducido sus reflexiones “para no interferir ni estorbar” en la toma de decisiones. “Yo estoy bien, pero insisto, ninguno de ellos (los actuales líderes) debe sentirse comprometido por mis eventuales reflexiones, mi gravedad o mi muerte”. En medios diplomáticos y observadores se estimaba hasta ayer que en sus comentarios de prensa sobre temas nacionales, el líder cubano establecía “lineamientos al gobierno, al Estado y al Partido Comunista que contradecían nuevas políticas”. En el segundo artículo de prensa escrito en las últimas 24 horas, Castro volvió a referirse a Obama y elogió su decisión de ordenar ayer el cierre de la cárcel abierta en Guantánamo. Esa decisión de Obama, dijo Castro, comienza a sembrar dudas a los que rinden culto al terror como instrumento irrenunciable de la política exterior de su país”. No obstante, se preguntó: “¿qué hará pronto, cuando el inmenso poder que ha tomado en sus manos sea absolutamente inútil para superar las insolubles contradicciones antagónicas del sistema (estadunidense)?”.
En un nuevo comentario, Castro dijo haber “tenido el raro privilegio de observar los acontecimientos” mundiales durante mucho tiempo, y en tono enigmático agregó que esperaba “no disfrutar del tal privilegio” cuando termine el primer mandato presidencial de Barack Obama. El ex gobernante de 82 años agregó que había reducido sus reflexiones “para no interferir ni estorbar” en la toma de decisiones. “Yo estoy bien, pero insisto, ninguno de ellos (los actuales líderes) debe sentirse comprometido por mis eventuales reflexiones, mi gravedad o mi muerte”. En medios diplomáticos y observadores se estimaba hasta ayer que en sus comentarios de prensa sobre temas nacionales, el líder cubano establecía “lineamientos al gobierno, al Estado y al Partido Comunista que contradecían nuevas políticas”. En el segundo artículo de prensa escrito en las últimas 24 horas, Castro volvió a referirse a Obama y elogió su decisión de ordenar ayer el cierre de la cárcel abierta en Guantánamo. Esa decisión de Obama, dijo Castro, comienza a sembrar dudas a los que rinden culto al terror como instrumento irrenunciable de la política exterior de su país”. No obstante, se preguntó: “¿qué hará pronto, cuando el inmenso poder que ha tomado en sus manos sea absolutamente inútil para superar las insolubles contradicciones antagónicas del sistema (estadunidense)?”.
Manuel Juan Somoza en La Habana, Milenio, 23 de enero.
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