Convergencia, PT y PSD, en riesgo de perder registro

Por las nuevas normas que se estrenan este año, los partidos pequeños padecen ya extremas dificultades para mantener su registro nacional.

Los llamados partidos emergentes están impedidos, por las recientes reformas constitucionales y su ley respectiva, para que les trasladen votos los partidos grandes, aun cuando establezcan alianzas parciales o totales.

La reducción de recursos financieros para campañas, que es para todos los partidos, será muy drástica para los pequeños.

Además de todo ello habrá una vigilancia extrema del Instituto Federal Electoral para que no utilicen recursos provenientes de fuentes no autorizadas.

Así, en ese panorama, los partidos pequeños requieren obtener al menos 700 mil votos en los comicios federales para refrendar su registro nacional, y varios no podrán conseguirlo.

En el riesgo extremo está el Partido Socialdemócrata (PSD); el segundo que entró a ese rango es el Partido del Trabajo (PT) al perder un segmento importante de sus grupos fundadores. Y muy cercano al riesgo se encuentra el partido Convergencia, que a pesar de tener 10 años de fundado una sola vez ha competido solo con sus siglas (2003) y apenas obtuvo 605 mil 156 votos.

MILENIO Diario revisó la trayectoria electoral de todos los partidos en los años de renovación de una de las cámaras del Congreso federal y consultó analistas del Centro de Documentación, Información y Análisis de la Cámara de Diputados y de Conciudadanos por la Democracia, quienes coinciden con dirigentes de PRD, PT y PSD en que en 2009 el nuevo modelo de competencia pondrá a prueba a todos los partidos y en especial a los pequeños, que buscan desesperadamente la identidad que les permita sobrevivir.

Nuevo modelo

El financiamiento para campañas se disminuyó sustancialmente. En los comicios intermedios de 2003 esos recursos fueron de casi de 2 mil 422 millones de pesos, cantidad igual a los gastos de operación que tuvieron 11 partidos entonces. Ahora, el recurso electoral es sólo de 30 por ciento del gasto de operaciones, ascenderá a unos 830 millones, de acuerdo con datos del IFE.

Una segunda y gran restricción es el acceso libre a medios de difusión electrónica. Para los comicios presidenciales de 2006, según el análisis de Ciro Murayama, la contratación libre fue más que abusiva: del total del gasto electoral los partidos pagaron casi 95 por ciento para radio y televisión (unos mil 900 millones de pesos), sin contar lo que el IFE no pudo documentar y lo que contrataron particulares.

Ahora, el artículo 41 constitucional dice: “Los partidos políticos en ningún momento podrán contratar o adquirir, por sí o por terceras personas, tiempos en cualquier modalidad de radio y televisión”. Ese derecho será ejercido en los tiempos del Estado, además controlado y eventualmente contratado por el IFE.

La tercera gran restricción es a las alianzas, que podrán hacerse como coaliciones totales o parciales pero sólo para proponer candidatos y programas comunes. Esto es, que ya no se podrán prorratear porcentajes de votos; cada partido tiene que recibir los suyos en las boletas.

Mayores cotos a pequeños

Frente a las nuevas restricciones, los partidos pequeños son ya los más afectados, porque aun aliados tienen que conseguir sus propios votos y porque la distribución del financiamiento y del tiempo en medios electrónicos les deja, acusan, en absoluta desventaja .

El financiamiento para gasto electoral es contrastante. Del total (unos 827 millones), 30 por ciento se reparte equitativamente entre los ocho partidos y lo restante se distribuye según el porcentaje de votación registrado para cada uno. De esa manera, cada partido pequeño dispondrá del equivalente a un tercio de lo asignado a PRI y PRD, y un cuarto a lo del PAN.

Según proyecciones preliminares del IFE, se asignarán alrededor de 60 millones de pesos para Convergencia, Nueva Alianza y Socialdemócrata; de 65 a 70 millones para el Partido del Trabajo y el Verde, mientras que el PRD dispondrá de unos 140 millones, PRI 160 millones y PAN 230 millones de pesos.

La restricción se ahonda al repartir recursos a los candidatos, porque los órganos centrales de cada partido tomarán un alto porcentaje para cubrir diseño de imagen, impresión y distribución de propaganda (volantes, cartas, carteles, pendones, mantas), así como producción para radio y televisión.

De esa manera habrá casos de candidatos, por ejemplo de PT o PSD (que tienen débiles estructuras de operación y menor financiamiento externo), que contarán con unos 120 mil pesos para 90 días de proselitismo, 45 para precampaña y 45 de campaña; mil 330 pesos diarios. En contraste, los de y PRI o PRD tendrán, en promedio, 360 mil pesos (4 mil diarios) y los de PAN más de medio millón (unos 6 mil diarios), pero además mayores apoyos de sus órganos centrales en propaganda.

Por todo eso es que Jorge Carlos Díaz Cuervo, presidente nacional del Partido Socialdemócrata ,y José Narro Céspedes, de la coordinación nacional del Partido del Trabajo, convergen en que los partidos pequeños —ellos lo llaman emergentes—se enfrentan a un nuevo sistema de competencia electoral “que tiene como propósito principal instituir un sistema de tres partidos”, aun cuando se logren pactar alianzas que apoyen un poco a los pequeños.

Aspiraciones y realidades

En este escenario será muy difícil que los partidos pequeños logren mantener su registro. Para ello requieren conseguir, al menos, 700 mil sufragios en la probable participación de 35 millones de votantes. Lo que parece muy difícil según sus antecedentes y tendencias de votos, especialmente para los de izquierda.

Tres de estos partidos están colocados en una franja de riesgo, según los datos del Instituto Federal Electoral de las votaciones intermedias para diputados plurinominales en 1991, 1997 y 2003. Esta vez, ninguno tendrá desparrame de votos por alianza.

El primero es el Partido Socialdemócrata, que sólo ha competido en 2006 y apenas rebasó el tope para mantener su inscripción con 850 mil votos (2.05 por ciento) en comicios de participación superior a los 40 millones.

Otro en esa franja es el Partido del Trabajo (el más antiguo de los pequeños ). Ha conseguido 1.08 por ciento, 2.51 y 2.40 por ciento. Esto es, que por sí mismo apenas ha rebasado los 750 mil votos en una elección federal intermedia.

El otro en riesgo es Convergencia, que a pesar de tener 10 años de fundado, una sola vez ha competido con sus siglas (2003) y apenas obtuvo 2.26 por ciento del total (605 mil 156 votos).


Rogelio Hernández López, Milenio, 20 de enero.



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