El deterioro de la economía mexicana en el 2009 será tal, que el Producto Interno Bruto (PIB) llegará a tener una contracción de hasta 1.8% y se perderán hasta 340,000 empleos, advirtió ayer el Banco de México (Banxico).
Al presentar el Programa Monetario 2009, el banco central admitió que a pesar del difícil panorama que enfrentará México este año, el margen para la política monetaria será muy limitado.
El balance de riesgos para la economía nacional, destacó, se ha incrementado debido a la agudización de la crisis financiera internacional y esto debe aprovecharse como un escenario para hacer las reformas estructurales que requiere el país.
“La desaceleración que venía presentando la economía mexicana durante el 2008 se acentuó a finales del año, a la vez que los riesgos a la baja para el crecimiento económico de este año se han elevado de forma importante”, afirmó.
Sobre la inflación, el banco revisó a la alza los rangos trimestrales en los que se podrían mover los precios al consumidor este año y espera que éstos se mantendrán por arriba de una tasa de 5% durante el primer semestre, aunque con una tendencia a la baja en la segunda mitad del ejercicio, para cerrar el 2009 por debajo de 4 por ciento.
Políticas de apoyo
Para darle mayor dinamismo a la demanda agregada en el país, detalló el banco central, se puede echar mano de una política fiscal más expansiva, mientras que en la medida que disminuyan las presiones inflacionarias se puede esperar un mayor relajamiento de la política monetaria.
Si embargo, enfatizó: “Las políticas que tienen como objetivo estimular la demanda agregada, deben de llevarse a cabo siempre bajo el criterio de no poner en riesgo la salud de las finanzas públicas y de respetar las restricciones de financiamiento que enfrenta la economía”.
Al presentar el Programa Monetario 2009, el banco central admitió que a pesar del difícil panorama que enfrentará México este año, el margen para la política monetaria será muy limitado.
El balance de riesgos para la economía nacional, destacó, se ha incrementado debido a la agudización de la crisis financiera internacional y esto debe aprovecharse como un escenario para hacer las reformas estructurales que requiere el país.
“La desaceleración que venía presentando la economía mexicana durante el 2008 se acentuó a finales del año, a la vez que los riesgos a la baja para el crecimiento económico de este año se han elevado de forma importante”, afirmó.
Sobre la inflación, el banco revisó a la alza los rangos trimestrales en los que se podrían mover los precios al consumidor este año y espera que éstos se mantendrán por arriba de una tasa de 5% durante el primer semestre, aunque con una tendencia a la baja en la segunda mitad del ejercicio, para cerrar el 2009 por debajo de 4 por ciento.
Políticas de apoyo
Para darle mayor dinamismo a la demanda agregada en el país, detalló el banco central, se puede echar mano de una política fiscal más expansiva, mientras que en la medida que disminuyan las presiones inflacionarias se puede esperar un mayor relajamiento de la política monetaria.
Si embargo, enfatizó: “Las políticas que tienen como objetivo estimular la demanda agregada, deben de llevarse a cabo siempre bajo el criterio de no poner en riesgo la salud de las finanzas públicas y de respetar las restricciones de financiamiento que enfrenta la economía”.
Alma Saavedra, El Economista, 28 de enero.
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