Con tan sólo 25 años de edad y prácticamente recién llegado de Europa —donde estudió dos licenciaturas simultáneamente: Filosofía y Ciencia Política—, René Fujiwara va en caballo de hacienda a San Lázaro.
Su vida transcurre entre su oficina en la colonia Roma, donde despacha como presidente de la organización Alianza Joven —filial del Panal—, y vuelos que lo llevan, por ejemplo, directo a la protesta del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en Washington DC.
A ese viaje lo invitó el esposo de su mamá, el subsecretario de Educación Básica, Fernando González, a quien considera un “hermanito más”. Su papá es René Fujiwara Apodaca, subdirector de Atención al Derechohabiente del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
En días recientes se dio a conocer que buscas ser diputado por vía plurinominal.
Ahorita no se está considerando eso en Nueva Alianza. Los procesos están enfocados en precandidatos; hablar de lista plurinominal se me hace carente de sentido. A mí me da risa, yo no he visto esa lista.
Pero no me vas a decir que no saboreaste tu nombre cuando viste que se te estaba mencionando en el número uno de esta lista.
La verdad, no. Ni siquiera estoy acostumbrado a tratar con medios de comunicación.
¿Qué significa la maestra Elba Esther Gordillo en tu vida?
Es mi abuela, antes que nada. Antes, incluso, que lo que ustedes conocen.
¿Qué piensas de ella?
Es una razón de ejemplo.
¿Cómo ha influido en ti?
Es una gran influencia. Yo me acuerdo que siempre ha sido muy trabajadora. Ella siempre ha sido una maestra, no sólo de profesión, sino conmigo mismo. Mi perspectiva, mi visión parte de lo que es ella.
¿Cuál es la lección más importante que te ha dejado Elba Esther?
A ser congruente, a hacer lo mismo que digo y a no decir algo que no planeo hacer. Por eso a mí me gusta ser claro en lo que toco.
¿Qué le responderías a los detractores de Elba Esther Gordillo?
No es mi lugar venir a defender a mi abuela o a mi familia, porque yo tengo la certeza de que no han hecho nada malo o fuera de la ley.
Pero hay quienes la cuestionan.
Ella siempre ha sido una mujer congruente; ella siempre ha defendido los intereses que representa; siempre ha luchado por los maestros. Es una líder, no sólo en su rama, sino como mujer.
¿De qué platica una familia donde prácticamente todos sus integrantes son políticos?
De todo, lo que platica una familia: de mi hermano, de sus clases de violín, de que si entreno bien a mi perrita, una bulldog.
¿Nada más?
Yo creo que siempre existe esta perspectiva de que las familias políticas son máquinas calculadoras y que no hay emoción, y que en el momento que decides entrar en la política lo haces como un simple cálculo político o matemático o de intereses, pero no es así. Digamos que el caso es lo mismo que un dentista que tiene un hijo que quiere ser dentista.
¿Cómo te defines?
Soy bastante idealista; pero al mismo tiempo pragmático.
¿En qué sentido?
Pues las cosas no tienen que ser como son. Si reduces la política a listas plurinominales o candidatos no hay mucho margen de maniobra.
¿Cómo ves el país?
Es una dura realidad. Hay una crisis terrible, no se sabe para dónde va el país; si sales aquí igual te asaltan. Es una realidad dura.
Ahora que te estás involucrando más en la política, ¿qué le dirías al gobierno federal?
No es un mensaje para el gobierno federal, sino para todos: Se tiene que acabar con la criminalización de la juventud. Se tienen que abrir oportunidades porque —y lo digo con respeto al Presidente— un cambio genuino no va a venir de Los Pinos, sino de la sociedad.
¿Qué hacer con la corrupción?
Es un transtorno de la vida pública.
¿Dónde te ves en el futuro?
Impulsando programas para los jóvenes y contribuyendo con mi país.
¿Si te dan la candidatura la aceptarías?
Tendría que evaluarlo.
¿Está en tu mente San Lázaro?
Está en mi mente llegar a la Cámara de Diputados, abrir oportunidades para que otros jóvenes puedan llegar a la Cámara si les interesa.
¿Te descartas para la Cámara?
No me descarto, pero tampoco quiero empezar a hablar sobre algo de lo que no hay certeza. Si me preguntas en marzo sería un momento más adecuado para platicar de eso y tener respuestas más concretas.
Elena Michel, Milenio, 28 de enero.
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