En el onceavo mes de 2009 las remesas enviadas por los emigrantes mexicanos en el extranjero se ubicaron en mil 495.06 millones de dólares, cifra que implica una caída de 14.4 por ciento como consecuencia de la debilidad económica que enfrenta Estados Unidos, país dónde se ubica la principal fuente de generación de recursos.
El comportamiento observado en noviembre fue mejor al de octubre del año pasado, cuando se observó la mayor disminución en la historia desde que se tiene registro de ese indicador por Banco de México, ya que en el décimo mes de 2009 se observo una reducción de 35.8 por ciento.
“Luego de que en octubre se materializara la peor caída en la historia de las remesas, noviembre indica que las caídas comienzan a moderarse, aunque continúan en niveles sustancialmente menores a los observados en años anteriores (cuando el indicador se caracterizaba por un continuo dinamismo)”, comentaron analistas de Ixe.
Sin embargo, 2009 será el peor año en términos de crecimiento para las remesas desde 1996 a partir de que se tienen datos del indicador, ya que a noviembre se reporta una caída de 16 por ciento al sumar 19 mil 621.1 millones de dólares, y según expectativas de los especialistas, luego de que se dé a conocer el dato de diciembre la reducción alcanzará un 14 por ciento anual.
Los analistas agregaron que aun cuando los últimos datos del mercado laboral de Estados Unidos sugieren recuperación (siendo el último en dar señales de mejoría en la economía norteamericana debido al rezago que lo caracteriza), los mexicanos continúan siendo golpeados por la falta de empleo, y no han podido reactivar el envío de remesas a sus familiares.
“El reinicio de la contratación de trabajadores en Estados Unidos y la consecuente creación de empleos para los trabajadores hispanos será el único catalizador que podrá reactivar el envío de recursos en 2010”, explicaron.
Con el retroceso de noviembre, las remesas hilan su decimotercera caída consecutiva, siendo 2009 el peor año para este indicador en su historia.
Para las familias mexicanas el impacto ha sido severo, aunque en buena parte del año, la depreciación del peso mexicano logró atenuar el impacto sobre su poder de compra, ya que en términos de pesos las remesas continuaron creciendo.
Pese a esto, a partir de octubre este comportamiento se ha revertido, y el tipo de cambio ha dejado de constituir un soporte para el poder adquisitivo de los receptores, lo que hace aún más urgente su recuperación en 2010.
“Las remesas enmascaran el verdadero problema de México: la falta de buenos empleos. Los cambios pendientes en materia laboral siguen siendo necesarios, siendo ésta la solución en manos de los mexicanos”, comentaron los especialistas.
El comportamiento observado en noviembre fue mejor al de octubre del año pasado, cuando se observó la mayor disminución en la historia desde que se tiene registro de ese indicador por Banco de México, ya que en el décimo mes de 2009 se observo una reducción de 35.8 por ciento.
“Luego de que en octubre se materializara la peor caída en la historia de las remesas, noviembre indica que las caídas comienzan a moderarse, aunque continúan en niveles sustancialmente menores a los observados en años anteriores (cuando el indicador se caracterizaba por un continuo dinamismo)”, comentaron analistas de Ixe.
Sin embargo, 2009 será el peor año en términos de crecimiento para las remesas desde 1996 a partir de que se tienen datos del indicador, ya que a noviembre se reporta una caída de 16 por ciento al sumar 19 mil 621.1 millones de dólares, y según expectativas de los especialistas, luego de que se dé a conocer el dato de diciembre la reducción alcanzará un 14 por ciento anual.
Los analistas agregaron que aun cuando los últimos datos del mercado laboral de Estados Unidos sugieren recuperación (siendo el último en dar señales de mejoría en la economía norteamericana debido al rezago que lo caracteriza), los mexicanos continúan siendo golpeados por la falta de empleo, y no han podido reactivar el envío de remesas a sus familiares.
“El reinicio de la contratación de trabajadores en Estados Unidos y la consecuente creación de empleos para los trabajadores hispanos será el único catalizador que podrá reactivar el envío de recursos en 2010”, explicaron.
Con el retroceso de noviembre, las remesas hilan su decimotercera caída consecutiva, siendo 2009 el peor año para este indicador en su historia.
Para las familias mexicanas el impacto ha sido severo, aunque en buena parte del año, la depreciación del peso mexicano logró atenuar el impacto sobre su poder de compra, ya que en términos de pesos las remesas continuaron creciendo.
Pese a esto, a partir de octubre este comportamiento se ha revertido, y el tipo de cambio ha dejado de constituir un soporte para el poder adquisitivo de los receptores, lo que hace aún más urgente su recuperación en 2010.
“Las remesas enmascaran el verdadero problema de México: la falta de buenos empleos. Los cambios pendientes en materia laboral siguen siendo necesarios, siendo ésta la solución en manos de los mexicanos”, comentaron los especialistas.
Cinthya Bibian, Milenio, 5 de enero.
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