El 89% de los ciudadanos consultados coincidió en que sí hace falta una reforma política en México y únicamente 6% consideró que no es necesaria.
Al respecto, John M. Ackerman, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, aseguró: “El amplio consenso sobre la necesidad de una transformación política demuestra que existe un gran descontento entre la población sobre la forma de hacer política en el país. La coyuntura exige una acción legislativa histórica en la materia”.
Para José Antonio Caballero, especialista de la División de Estudios Jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), el ejercicio de opinión aplicado a 800 personas revela un distanciamiento de la ciudadanía con la clase política, por lo que es necesario garantizar que esta representación sea un mecanismo efectivo para la toma de decisiones en beneficio de toda la sociedad.
Cuando a los encuestados se les preguntó cuál debería ser el punto más importante de una reforma política en nuestro país, 9% manifestó que la inseguridad; 8%, mejorar la economía; 7%, generar honestidad política; 6%, incrementar el control de lo que hacen los políticos y 5%, combatir el desempleo.
Según José Antonio Caballero, lo anterior indica que el decálogo de Calderón ocupa un lugar marginal en los intereses del grueso de la población y la encuesta refleja un distanciamiento de la ciudadanía con la clase política.
“El interés por lo público prevalece, lo que se hace manifiesto es que el lenguaje que hablan unos simplemente no dice gran cosa a los otros. Siendo los otros la inmensa mayoría, no es cuestión menor tratar de encontrar el porqué”, afirmó el académico del CIDE.
Incluso, 78% de los entrevistados dijo no conocer la iniciativa del Presidente en la materia, y sólo 20% aseguró que sí.
Ackerman planteó que el hecho de que únicamente 2.8% de los entrevistados (14% del total que “conoce o ha oído hablar” de la iniciativa presidencial) pueda nombrar al menos una de las propuestas de Calderón, desnuda la falta de operación política del Ejecutivo a la hora de trabajar los detalles de la reforma.
Desde su perspectiva, estos datos confirman la sospecha de que “el principal propósito de la iniciativa fue generar una cortina de humo para distraer la atención sobre los temas del declive económico, el alza de precios y el evidente fracaso de la lucha contra el crimen organizado”.
Al enunciar los 10 puntos de la propuesta de reforma política presentada recientemente por el presidente Calderón, 90% de los encuestados respaldó la reducción del Congreso, 86% la introducción de la iniciativa ciudadana, 65% las candidaturas independientes, y con 53% y 50%, respectivamente, la reelección consecutiva de alcaldes y legisladores federales.
Pedro Salazar Ugarte, experto del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, aseguró que la encuesta “indica que a los mexicanos no les caen bien los políticos y, por lo mismo, apoyan visceralmente la reducción de los legisladores y secundan la iniciativa ciudadana”.
Desde su punto de vista, las propuestas “reman contra el sentido común en estos tiempos de antipolítica; la irrelevancia depende del mismo motivo. Lo que pasa es que no se diseñan los Estados siguiendo la opinión de los transeúntes.
“A Calderón le interesa que todos discutan su reforma política, pero no tiene un plan de acción específico en la materia ni un compromiso firme con los elementos de su iniciativa”, dijo Ackerman.
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