En Diputados, 7 “delfines” de gobernadores

La Cámara de Diputados es, en este 2010, la base de por lo menos siete candidatos priístas a gobiernos estatales, avalados y apoyados en todo momento por sus gobernadores.

Son los llamados “delfines” de los gobernadores de Veracruz, Oaxaca, Tamaulipas, Durango, Quintana Roo, Puebla e Hidalgo, que a seis meses de haber protestado como diputados federales tendrán que dejar su encargo legislativo para buscar ser gobernadores.

A diferencia del PAN y PRD, en San Lázaro las baterías electorales están cargadas para el PRI.

En el resto de las bancadas no figuran candidatos con verdaderas posibilidades de ganar una gubernatura, el PAN no tiene ningún legislador que se prevea pida licencia para contender, lo mismo en el PRD.

En cambio, en esas dos bancadas sus diputados buscarán presidencias municipales, son por lo menos una veintena de legisladores los que competirán por alcaldías.

En San Lázaro, el PRI tiene 237 de los 500 diputados que la conforman, su recuperación electoral le permitió espacios de políticos cercanos a los gobernadores listos para sucederlos.

Es el caso de Javier Duarte, quien es el elegido por el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, para ocupar su cargo en este 2010.

Duarte pertenece a comisiones privilegiadas en materia económica, y aunque no se le ha visto seguido en la tribuna, hace trabajo territorial en su estado.

A Duarte se le conoce porque es cercano a la élite empresarial veracruzana, además de ser joven y ser apoyado por el PRI.

Por Oaxaca, el actual gobernador Ulises Ruiz ha dado su voto de confianza —no público— a Eviel Pérez, actual diputado y coordinador del resto de legisladores de la entidad del PRI.

Pérez se maneja cauteloso en San Lázaro y aunque tiene competencia interna en el PRI, se sabe que es el candidato de Ruiz, incluso a pesar de la opinión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de su partido, que ante la posibilidad de una alianza en Oaxaca del PAN y PRD han propuesto la selección de un aspirante cercano a la población más que al primer mandatario estatal.

En Tamaulipas, el gobernador Eugenio Hernández le dio un espaldarazo al diputado Rodolfo Torre, quien fuera secretario de Salud del estado y ocupa en San Lázaro la coordinación de los legisladores tamaulipecos.

Torre es amigo de Hernández, así lo ubican sus compañeros. Es un legislador cauteloso, asiste a todas las reuniones de trabajo y no busca la atención de los medios de comunicación.

En Quintana Roo, Roberto Borge es considerado el sucesor de Félix González, aunque la competencia interna en el PRI estatal es fuerte.

Una competencia muy reñida

Los diputados que pueden contender para ser mandatarios estatales fueron removidos de sus cargos anteriores, casi siempre en los gabinetes, para darles una curul en la Cámara baja y con ello garantizarles un toque más ciudadano, además de gozar del tiempo para su trabajo territorial.

En Durango, el diputado apuntalado por su gobernador, Ismael Hernández, es Jorge Herrera.

El legislador está a cargo del resto de los legisladores priístas del estado, y ocupa un lugar en comisiones económicas, es decir, estuvo al frente de la negociación presupuestal para este 2010.

En Puebla, el diputado Francisco Jiménez se alista para obtener la candidatura a la gubernatura de su estado, actualmente comparte curul con la hermana de Mario Marín, Julieta Marín.

En Hidalgo, también disputará la candidatura a la gubernatura, Alma Viggiano, quien ha hecho trabajo de base entre los sectores priístas, pero enfrenta una posible alianza del PAN y PRD.

En este 2010 casi todos los estados que van a cambiar de gobernador están en manos del PRI, y en muchos las encuestas prevén que sigan bajo el mandato de estas siglas, aunque en la mesa esta la negociación de una alianza de PAN y PRD en Oaxaca e Hidalgo.

Los diputados que se enfilan a las gubernaturas tendrán que solicitar licencia a sus cargos a partir de febrero y marzo de este año.

Sólo Héctor Murguía, de Chihuahua, pidió licencia en diciembre para competir por la candidatura del PRI a la gubernatura de la entidad, pero su antecesor en San Lázaro, César Horacio Duarte le ganó.

Las licencias se solicitan por entre 15 y 45 días, según la convocatoria local, sus requisitos y el trabajo que requieran hacer en sus estados.

La mesa directiva de la Cámara baja no convoca al diputado suplente, se quedan las curules vacías, y sólo si ganan las candidaturas formalizan su retiro indefinido del trabajo parlamentario, de lo contrario regresan como si nada.

Quienes presiden comisiones o coordinaciones estatales sí pierden sus espacios, ya que siempre deben estar ocupados.

En San Lázaro no hay “candados” ni reglas que les obligue a quedarse en una curul, por el contrario, desde que conforman las listas de candidatos uninominales y plurinominales para una nueva legislatura, se prevén los suplentes quienes pueden ocupar la silla de ejecutivos estatales
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El Universal, 23 de enero.

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