Beatriz Paredes, lideresa nacional del PRI, aseguró que no aprobarán una reforma política que pretenda debilitar al Poder Legislativo frente al Ejecutivo, y advirtió que tampoco pasarán las candidaturas independientes que tienen tras de sí a poderes fácticos y grupos de ultraderecha que quieren acceder al poder.
“El debate sobre las candidaturas independientes se tiene que ver no desde el ideal democrático de una sociedad civil ampliamente participativa, sino desde el hecho inusitado del hiperactivismo de los grupos de ultraderecha, que quizá crean que la confusión que impera en algunos temas los llevará a tomar el poder político. Desde el PRI, les decimos no pasarán”, estableció la presidenta nacional del tricolor, Beatriz Paredes.
Al arrancar los foros en el Senado sobre la reforma política, la líder del tricolor cuestionó la propuesta presidencial de esa reforma, al fustigar aquellas iniciativas que pretenden debilitar al Poder Legislativo con el pretexto de modernizarlo, y sostuvo que “esa no es la fórmula correcta”.
“El tufo del autoritarismo paradójicamente se deja sentir hasta en algunas de las iniciativas presentadas, que pretenden debilitar al Poder Legislativo, so pretexto de mayor agilidad para legislar”, acusó.
En presencia de todos los dirigentes partidistas, politólogos y coordinadores parlamentarios, Paredes Rangel criticó el discurso presidencial que “desacredita la trascendencia del pacto federal, confundiendo antipatías o prejuicios en relación con gobernadores con debilitamiento de los estados y municipios”; además, aseguró que la reforma del Estado debe ser federalista.
“La reproducción de un presidencialismo fuerte al estilo del régimen mexicano de la década de 1920 en adelante es una pretensión inviable, y vemos con enorme preocupación una tendencia del partido en el gobierno a partidizar la función pública en lugar de avanzar en la profesionalización, el servicio civil de carrera y la existencia de una administración pública neutra”, estableció.
De igual manera, la lideresa del PRI propuso aprovechar la reforma política para crear una Ley General de Partidos Políticos que revise su funcionamiento y, al mismo tiempo, manifestó el rechazo de su partido a la cédula de identidad que promueve el gobierno federal.
“Diré una vez más, aunque encuentre oídos sordos, que en el PRI consideramos inoportuna la pretensión de establecer la cédula de identidad”, recalcó
CODO A CODO. En su oportunidad, el dirigente nacional del PAN, César Nava, pidió a sus contrapartes no permitir que la agenda electoral obstaculice y menos condicione la reforma política y los cambios que el país necesita.
Asimismo, aseveró que su partido “no sólo respalda, sino que va codo con codo” con el presidente Felipe Calderón para concretar esta reforma política, pues insistió en que el país requiere de cambios profundos y adaptaciones que vayan moldeando un sistema político que es perfectible.
En tanto el líder nacional del PRD, Jesús Ortega, acusó que hay “un país sin rumbo, que se encuentra a la deriva y vacío, sin expectativas”, por lo que planteó un nuevo pacto nacional que posibilite el cambio de régimen político y rumbo económico del país.
“En estos días, la clase política se encuentra ante una disyuntiva: esperamos a que la desesperanza se convierta en conflicto social, en estallido social o abrimos la posibilidad de las grandes reformas que le den rumbo al país y certidumbre a la gente”, advirtió.
“El debate sobre las candidaturas independientes se tiene que ver no desde el ideal democrático de una sociedad civil ampliamente participativa, sino desde el hecho inusitado del hiperactivismo de los grupos de ultraderecha, que quizá crean que la confusión que impera en algunos temas los llevará a tomar el poder político. Desde el PRI, les decimos no pasarán”, estableció la presidenta nacional del tricolor, Beatriz Paredes.
Al arrancar los foros en el Senado sobre la reforma política, la líder del tricolor cuestionó la propuesta presidencial de esa reforma, al fustigar aquellas iniciativas que pretenden debilitar al Poder Legislativo con el pretexto de modernizarlo, y sostuvo que “esa no es la fórmula correcta”.
“El tufo del autoritarismo paradójicamente se deja sentir hasta en algunas de las iniciativas presentadas, que pretenden debilitar al Poder Legislativo, so pretexto de mayor agilidad para legislar”, acusó.
En presencia de todos los dirigentes partidistas, politólogos y coordinadores parlamentarios, Paredes Rangel criticó el discurso presidencial que “desacredita la trascendencia del pacto federal, confundiendo antipatías o prejuicios en relación con gobernadores con debilitamiento de los estados y municipios”; además, aseguró que la reforma del Estado debe ser federalista.
“La reproducción de un presidencialismo fuerte al estilo del régimen mexicano de la década de 1920 en adelante es una pretensión inviable, y vemos con enorme preocupación una tendencia del partido en el gobierno a partidizar la función pública en lugar de avanzar en la profesionalización, el servicio civil de carrera y la existencia de una administración pública neutra”, estableció.
De igual manera, la lideresa del PRI propuso aprovechar la reforma política para crear una Ley General de Partidos Políticos que revise su funcionamiento y, al mismo tiempo, manifestó el rechazo de su partido a la cédula de identidad que promueve el gobierno federal.
“Diré una vez más, aunque encuentre oídos sordos, que en el PRI consideramos inoportuna la pretensión de establecer la cédula de identidad”, recalcó
CODO A CODO. En su oportunidad, el dirigente nacional del PAN, César Nava, pidió a sus contrapartes no permitir que la agenda electoral obstaculice y menos condicione la reforma política y los cambios que el país necesita.
Asimismo, aseveró que su partido “no sólo respalda, sino que va codo con codo” con el presidente Felipe Calderón para concretar esta reforma política, pues insistió en que el país requiere de cambios profundos y adaptaciones que vayan moldeando un sistema político que es perfectible.
En tanto el líder nacional del PRD, Jesús Ortega, acusó que hay “un país sin rumbo, que se encuentra a la deriva y vacío, sin expectativas”, por lo que planteó un nuevo pacto nacional que posibilite el cambio de régimen político y rumbo económico del país.
“En estos días, la clase política se encuentra ante una disyuntiva: esperamos a que la desesperanza se convierta en conflicto social, en estallido social o abrimos la posibilidad de las grandes reformas que le den rumbo al país y certidumbre a la gente”, advirtió.
Alejandro Páez, Crónica, 26 de enero.
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