Maduro pide “el látigo de Chávez” para azotar a la nueva burguesía chavista

Por primera vez desde que empezara con Hugo Chávez el camino hacia un modelo socialista en Venezuela, el gobierno ha reconocido que la corrupción está corroyendo los cimientos que plantó el fallecido mandatario, y señaló que los culpables no son sólo los integrantes de la derecha tradicional — “apoyada siempre por los imperialistas”—, sino la nueva burguesía bolivariana (la “boliburguesía”, como la llama la oposición), nacida al calor del régimen heredado por Nicolás Maduro.

Para evitar que se derrumbe todo el edificio bolivariano, que Chávez dejó a medio construir con su prematura muerte, en 2012, el presidente Maduro presentó el lunes ante la Asamblea Nacional poderes especiales para gobernar de forma absolutista, como mínimo lo que queda de 2013 y todo el año 2014.

“Falsos chavistas”. El objetivo, como recalcó ayer, es recoger el “látigo” de Chávez y luchar contra el flagelo de la corrupción que identificó con el capitalismo, la oposición y, por primera vez de forma explícita, los “falsos chavistas”.

“Hay que recuperar el látigo de Chávez”, declaró Maduro, para que el socialismo sea “irreversible”.

Maduro no ocultó el fuerte calado económico para que le permitan legislar durante un año sin control parlamentario a fin de lograr “adecentar el país”.

“He venido a pedir poderes habilitantes durante un año para empezar temprano este año 2013 y empujar con fuerza todo el 2014 en las grandes tareas de combatir la corrupción, de adecentar el país y de hacer la revolución económica productiva”, dijo.

Aseguró que para quienes se sitúan en la “posición ideológica” de hacer “irreversible la vía venezolana al socialismo” la lucha contra la corrupción “es un asunto crucial, trascendente, de vida o muerte para la República Bolivariana”.

“Si la corrupción sigue reproduciéndose y perpetuando su lógica capitalista de destrucción, aquí no habrá socialismo”, dijo.

“Sectores privilegiados”. Maduro responsabilizó a los grupos de “sectores privilegiados” y “cofradías financieras” que buscan “volver al pasado”, y reiteró el argumento de una supuesta guerra económica, volviendo a asegurar que hay una persecución desde “el norte” contra él que apoya “la derecha” venezolana.

Sin embargo, reconoció problemas concretos: “El aparato productivo del país está siendo impactado de manera muy aguda por una serie de distorsiones como son la especulación, el acaparamiento, el contrabando, el mercado de divisas ilegal”, alertó.

“Ya basta, el tiempo pasa, tenemos que lograr que esa renta petrolera sea capturada para el desarrollo productivo de la economía y no para la especulación, para el chantaje, para el robo, para el enriquecimiento de grupos particulares que quieren controlar al poder político sea por la vía del disfraz rojo o por la vía de la burguesía parasitaria amarilla”, afirmó.

Maduro reconoció el surgimiento de “nuevo sector privilegiado, una nueva elite económica” adscrita al chavismo y que presentó como una “desviación” de la revolución bolivariana, mientras prometía mano dura contra los corruptos sean del color que sean.

La Crónica, 10 de octubre.