Cometen fraude contra indígenas

Se instalan en regiones indígenas y se presentan como financieras populares u operadoras de cajas de inversión; convencen a las familias de invertir sus ahorros con la promesa de multiplicarlos y luego desaparecen…

Son empresas “fantasma” dedicadas a cometer fraudes contra personas de bajos recursos, en especial de origen indígena. Su modo de operación ha sido documentado por organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos.

Hasta ahora, su presencia ha sido acreditada en estados como Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Morelos.

“Si inviertes mil, en seis meses te regresaremos seis mil”, le dijeron a José Peralta, habitante de la comunidad guerrerense de Chiepetepec. Vendió algunas cabras para juntar el dinero y jamás lo recuperó, porque la supuesta compañía se esfumó.

A Octavio Sánchez, de Tuxtepec, Oaxaca, le ofrecieron un seguro de vida por una aportación única de mil pesos. Lo engañaron.

A Justiniana Martínez, de la localidad oaxaqueña de Tlaxiaco, también le pidieron mil 500 pesos para una pensión, la cual gestionarían con el gobierno estatal. “Será de por vida y, después de un año, recibirá dos mil pesos mensuales”, le prometieron. Dos semanas después de entregar el dinero, encontró vacío el local de la “gestora”.

El Centro de Derechos Humanos de La Montaña, Tlachinollan, ha documentado esta farsa en los casos de Cooperativa Tlapaneca de Abasto Popular, cuya sede fue Tlapa, Guerrero.

Además, Finatlax S.A. de C.V., que operaba en Tlaxiaco y Tuxtepec, Oaxaca; y en la región indígena de Morelos.

Teos: Productos Amor, la cual informó haber sido creada en Veracruz, defraudó a habitantes de las comunidades de Metlatónoc, Cochoapa, Atlamajalcingo del Monte, Tlapa, Chiepetepec, entre otras de la Montaña guerrerense.

“Miles de indígenas han sido defraudados por cooperativas hechizas, que han logrado amasar millones de pesos con la complicidad de gobiernos municipales y estatales, que por su indolencia nunca han verificado su situación legal”, denunció.

En el caso de la Cooperativa de Abasto Popular, reportó que “desde el mes de septiembre familias engañadas siguen plantadas en el domicilio de la defraudadora, sin encontrar una respuesta por parte de las autoridades competentes, para dar con ella y exigir que reintegre el dinero robado”.

Más de 40 mil personas fueron afectadas, por un monto de alrededor de 140 millones de pesos.

En torno a Finatlax, sólo se sabe que el pasado 18 de diciembre fueron detenidos el dueño y el representante legal de la empresa, presuntamente por el delito de fraude.

“En enero, Productos Amor enfrentará el mismo problema de liquidez con los miles de socios que tiene en la Montaña. Mientras tanto, nadie se hace responsable para investigar a las redes que se han asentado en la región indígena y que lucran con el dinero que, con gran trabajo, la gente ha podido ahorrar”, dice Tlachinollan.

Entre sus anzuelos, están la instauración de cajas de ahorro y la inversión del dinero recaudado para compra de terrenos y materiales de construcción; para medicinas; para maquila de medicamentos naturistas; para edificación de consultorios médicos y para la compra de semillas.

Las principales víctimas son mujeres y ancianos.

“En dos meses tenía que darles dos mil pesos, y en menos de medio año recibiría lo triple, así que vendí mis animalitos y confié en ellos, al final me quedé sin nada, pobre y abandonada”, es el testimonio de Josefa Benítez, de 76 años y originaria de Cochoapa El Grande.
Daniel Blancas Madrigal, Crónica, 11 de enero.

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