El padre Alejandro Solalinde acudirá este jueves al Senado a exigir que no se apruebe la Ley de Migración, a la que consideró “un recalentado de la Ley SB1070, también conocida como Ley Arizona”.
El defensor de los derechos del migrante dijo no extrañarse de esa doble moral o sensibilidad del gobierno mexicano, pues lo que piensa para su frontera norte no es lo mismo que para su frontera sur.
“El gobierno se quejaba de la Ley Arizona y está haciendo lo mismo. Estamos importando una ley”, indicó el también coordinador Pastoral de la Movilidad Humana de la Diócesis de Oaxaca.
En entrevista para Crónica, el fundador del albergue Hermanos en el Camino, ubicado en Ixtepec, Oaxaca, comentó que no todo el contenido de la Ley de Migración es malo, ya que con ésta se flexibiliza la expedición de papeles, la regularización migratoria será más expedita y el Instituto Nacional de Migración (INM) tendrá más acotaciones.
Sin embargo se mostró preocupado por dos artículos en particular: el 26 y el 103.
El primero, explicó, da amplia discrecionalidad a la Policía Federal (PF) para actuar en verificaciones migratorias en cualquier parte y dado los antecedentes de la PF, augura ser una policía migratoria permanente, lo que no ayuda eliminar la corrupción y abusos en los derechos humanos.
En tanto que el Artículo 103, continuó, refiere una penalización a los que brindamos ayuda humanitaria a los testigos y víctimas. Ahora, en lugar de darnos un apoyo, nos quieren multar si es que se van y no se quedan a su proceso.
“En pocas palabras nos señala como responsables de que no escapen y podríamos ser acusados de obstrucción de la justicia”, enfatizó.
Aclaró que de aprobarse aún se puede hacer algo a través de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) quien puede vetarla mediante la declaración de inconstitucionalidad por estar en contra de los derechos humanos.
Solalinde Guerra hizo un llamado a la unidad por los migrantes y trabajar cada quien desde el lugar que le corresponde.
“Quiero hacer un llamado al pueblo, al gobierno federal para reflexionar sobre los derechos humanos de los migrantes porque también hay que pensar en la situación de los mexicanos que se encuentran en la misma situación en otros países y les son atropellados sus derechos. Tenemos que unirnos para responder mejor y hacer cada quien lo que le toca”, enfatizó.
Dennis A. García, La Crónica, 24 de febrero.
El defensor de los derechos del migrante dijo no extrañarse de esa doble moral o sensibilidad del gobierno mexicano, pues lo que piensa para su frontera norte no es lo mismo que para su frontera sur.
“El gobierno se quejaba de la Ley Arizona y está haciendo lo mismo. Estamos importando una ley”, indicó el también coordinador Pastoral de la Movilidad Humana de la Diócesis de Oaxaca.
En entrevista para Crónica, el fundador del albergue Hermanos en el Camino, ubicado en Ixtepec, Oaxaca, comentó que no todo el contenido de la Ley de Migración es malo, ya que con ésta se flexibiliza la expedición de papeles, la regularización migratoria será más expedita y el Instituto Nacional de Migración (INM) tendrá más acotaciones.
Sin embargo se mostró preocupado por dos artículos en particular: el 26 y el 103.
El primero, explicó, da amplia discrecionalidad a la Policía Federal (PF) para actuar en verificaciones migratorias en cualquier parte y dado los antecedentes de la PF, augura ser una policía migratoria permanente, lo que no ayuda eliminar la corrupción y abusos en los derechos humanos.
En tanto que el Artículo 103, continuó, refiere una penalización a los que brindamos ayuda humanitaria a los testigos y víctimas. Ahora, en lugar de darnos un apoyo, nos quieren multar si es que se van y no se quedan a su proceso.
“En pocas palabras nos señala como responsables de que no escapen y podríamos ser acusados de obstrucción de la justicia”, enfatizó.
Aclaró que de aprobarse aún se puede hacer algo a través de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) quien puede vetarla mediante la declaración de inconstitucionalidad por estar en contra de los derechos humanos.
Solalinde Guerra hizo un llamado a la unidad por los migrantes y trabajar cada quien desde el lugar que le corresponde.
“Quiero hacer un llamado al pueblo, al gobierno federal para reflexionar sobre los derechos humanos de los migrantes porque también hay que pensar en la situación de los mexicanos que se encuentran en la misma situación en otros países y les son atropellados sus derechos. Tenemos que unirnos para responder mejor y hacer cada quien lo que le toca”, enfatizó.
Dennis A. García, La Crónica, 24 de febrero.
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