No obstante, y aunque con un retraso en sus actividades públicas pactadas, ambos mandatarios acudieron a la clausura del V Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, foro desde el cual el jefe del Ejecutivo mexicano advirtió: “No hay ninguna razón política para frenar la lucha contra el crimen”, y aseguró que su gobierno está absolutamente determinado a romper las redes de corrupción tanto en el nivel federal como en los gobiernos locales.
“Sé que atentar contra las instituciones de cobertura y complicidad del crimen tiene costos y genera resistencias”, dijo, al tiempo que reiteró la disposición de su gobierno a pagar el costo porque así lo exigen los mexicanos.
Como parte de su discurso, el presidente Calderón se refirió al atentado perpetrado por las FARC en el municipio de Garzón. “Aquí, en esta querida tierra colombiana, el miedo se pretende infundir desde la cobardía, del asalto, del levantamiento o del secuestro de algún concejal”.
Es grave, dijo, “que el terror persista y grave que se apodere de la gente, pero más grave es que el terror se apodere de los gobernantes y los paralice, y entonces salga que quien tiene la fuerza y la capacidad y el deber deje a la pobre gente a su suerte”.
Luego continuó: “A través del desplante grotesco de la impunidad y la violencia, el crimen organizado ha sentado sus reales y escala en la jerarquía social y política de muchas comunidades en México y en América latina y eso no lo podemos permitir”.
Acompañado en el presidium por su anfitrión Álvaro Uribe, el mandatario señaló que la peor tragedia que podemos tener “es que un buen número de bandas, no sólo no son combatidas, sino que son alimentadas e integradas por los propios integrantes de policías y cuerpos encargados de darles justicia a los ciudadanos, que en lugar de garantizar su libertad atentan contra ella”.
Ante miles de víctimas del terrorismo provenientes de todos los países, añadió: “Por eso también hemos lanzado un programa para formar, así nos tome el tiempo que nos tenga que tomar, nuevas generaciones de policías profesionales y honestos”.
Calderón Hinojosa dijo que no se puede permitir que el terror, el miedo que infunde, se apodere de los pueblos, “se apodere de la gente, se apodere de los gobiernos que deben defender a los pueblos.
“No podemos permitir que por miedo o por razones políticas o por ninguna razón cese, disminuya o se detenga la actividad del gobernante para combatir a los criminales”.
En alusión al secuestro, dijo que “el frente que más duele a nuestra gente de las expresiones del terror en México es el secuestro; el secuestro es por supuesto un acto de terror. Es un acto cruel y deleznable que no sólo afecta a la persona que los vive directamente, sino que daña a las familias y las comunidades”.
La clave para los gobernantes, expuso, es romper el miedo y la parálisis dado que la gran mayoría de los actos criminales vinculados al terror obedecen a la incapacidad de la autoridad o del miedo de la autoridad, o de la cooptación de ésta, para cumplir con su deber.
Destacó que cada vez son más los casos en que la sociedad misma es blanco de la agresión abierta de la delincuencia y la criminalidad.
“Hoy en México, en América Latina, cientos de víctimas son secuestradas y muchas asesinadas; se siguen dando casos de cobardía como ocurrió en nuestro México con el lanzamiento de granadas en medio de una multitud que celebraba el día patrio”, señaló el mandatario.
En su afán de impulsar una convención internacional contra el terrorismo, anunció que a partir de ayer México asume la presidencia del Comité Interamericano contra el Terrorismo.
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