En su visita a este país, además de hacer esta advertencia en relación con el operativo en Michoacán, fue felicitado de nuevo –ahora de manera personal—por su homólogo colombiano, el conservador Álvaro Uribe, por la “deportación” de Miguel Ángel Beltrán Villegas, señalado como miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El gobernante del país sudamericano calificó a Beltrán de “embajador del terrorismo”.
De hecho, Uribe dejó los reflectores a su huésped en el quinto Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo, donde el presidente mexicano dio el discurso de clausura mientras era acompañado por su anfitrión.
Ahí el michoacano culpó con insistencia a la incapacidad, miedo o cooptación de la autoridad de ser el origen de la gran mayoría de los actos criminales vinculados con el terror.
Sin aludir abiertamente a la detención y el arraigo de servidores públicos y alcaldes en Michoacán, expresó que “es grave que el terror se apodere de los gobernantes y, entonces, eso los paralice y haga que el que tiene la capacidad y la fuerza del deber para enfrentar el crimen, simplemente haga la mirada a un lado y deje a la pobre gente a su suerte”.
En el teatro Metropolitano de esta ciudad, la cual en los años 80 y 90 fue una de las más violentas del mundo por la lucha entre bandas de narcotraficantes, paramilitares, guerrilleros y sicarios, Calderón propuso que el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas avance en la estructuración de una convención general contra el terrorismo internacional.
Fueron reiteradas sus críticas a la parálisis de los gobiernos ante el despliegue territorial de la delincuencia, por lo cual abogó por romper esa situación que permite la impunidad.
“Es hora también de hablar de cómo las autoridades debemos vencer el miedo y la parálisis para poder derrotar de una vez por todas los actos de terror”, de corrupción y de violencia.
Y retomó un pronunciamiento hecho en el congreso para asegurar que es necesario estar unidos con el fin de “ser fuertes en contra de los crueles, para no terminar siendo crueles en contra de los débiles”.
Ante familiares y víctimas de secuestro y “terrorismo”, entre los que se encontraban representantes de México como Nelson Vargas, Isabel Miranda de Wallace y María Elena Morera, Calderón hizo un parangón entre su lucha contra la delincuencia y las acciones que emprenden otros gobiernos de América Latina para combatir el terrorismo.
Reprochó que los “violentos” generen terror en la sociedad y en las autoridades. Puso de ejemplo las explosiones ocurridas el 15 de septiembre en Morelia, Michoacán, lo mismo que el secuestro de un concejal en Colombia.
Esto último, en referencia a que horas antes irrumpió un grupo de las FARC en las sedes de la alcaldía y el palacio de justicia del municipio de Garzón, departamento de Huila, razón que esgrimió el gobierno de Calderón para suspender su comparecencia ante los medios de comunicación después de un encuentro bilateral.
Por eso, prometió que seguirá trabajando para “romper el círculo vicioso de impunidad, miedo, crimen”, porque la peor tragedia es que un buen número de bandas no sólo no sean combatidas, sino alimentadas e integradas por los propios policías.
Intercambio de elogios
Al recibir a Calderón en su casa de Medellín, Uribe le dedicó palabras de elogio, porque lejos de que México viva un momento difícil por la lucha contra la delincuencia, afirmó, “está en un momento espléndido” gracias a la batalla que libra Calderón.
En cuanto a la expulsión de Beltrán, ocurrida la semana pasada, la cual ha generado protestas de académicos y una demanda de explicación por la Universidad Nacional Autónoma de México, Uribe dijo a Calderón: “No nos cansaremos de agradecerle” por esta acción.
Sin referirse a Miguel Ángel Beltrán por su nombre, sino por el “alias Jaime Cienfuegos”, señaló que no honra ni a Colombia ni a México que alguien funja como profesor y estudie un doctorado en sociología cuando en realidad lo que hace es estimular los explosivos, los secuestros y el narcotráfico.
Se declaró gustoso de trabajar en coordinación con Calderón en la lucha contra el crimen, y dijo: “necesitamos su triunfo, porque México para nosotros, su gobierno, el presidente Calderón, son referentes de lo que queremos: modelos con seguridad, con libertades democráticas, con confianza de inversión (...) avanzando en construcción de cohesión social”.
De hecho, se vislumbra una nueva gira de Calderón por Colombia en agosto para cumplir una visita de Estado con el fin de inaugurar la 22 Feria Internacional del Libro de Bogotá y el pabellón de México, y Uribe a su vez estará en México el segundo semestre del año para participar en la Cumbre Regional sobre el Problema Mundial de las Drogas, Seguridad y Cooperación.
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