Aceptó que el Ejército continuará al frente de la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, que su retorno a los cuarteles tomará “mucho tiempo” y será paulatino.
Calderón, quien el martes 1 de diciembre cumple tres años de su arribo al poder, consideró que la acción del hampa “es una problemática de la región, que rebasa a la región”, porque ocurre también en países como Colombia, donde se producen drogas para ser consumidas en Estados Unidos o en Europa.
“No es justo que América ponga los muertos y Estados Unidos o Europa los consumidores”, dijo Felipe Calderón, en entrevista con la agencia EFE.
El mandatario admitió que es imposible acabar con las drogas, pero que el objetivo de su gobierno es “liberar a la ciudadanía” del crimen organizado.
Aseguró que en los tres años que le restan de su administración, pretende recuperar para el Estado mexicano “la capacidad de controlar, de mandar, de imponer su propia ley en beneficio de los ciudadanos”.
Impedirá intimidación
En 2006, cuando asumió la Presidencia, recordó que se encontró con la existencia de una organización criminal que estaba “afectando la vida de las familias, (...) extorsionando, secuestrando, intimidando a las sociedades y cobrando derechos de piso”.
Calderón advirtió que no se dejará intimidar por amenazas o chantajes del narcotráfico ni de otros sectores, y dijo no tener “ninguna preocupación” sobre su seguridad.
“Decidí vivir al máximo mi vida sin reparar en costos o riesgos” y “entré en política porque es una manera de servir”, afirmó el mandatario, quien se declaró muy satisfecho con su trabajo y lo realizado en su vida.
Respecto del regreso a los cuarteles de los cerca de 45 mil soldados que combaten al narco en las entidades más conflictivas, explicó que “el proceso será paulatino y tomará mucho tiempo”.
Respecto a las advertencias de algunos sectores sobre la posibilidad de un estallido social por el alza de la pobreza y la crisis en el país, el mandatario aseguró que no espera ningún “sobresalto”, y dijo que México “está preparado para cualquier eventualidad”.
Los tres años
El presidente Felipe Calderón iniciará la segunda parte de su mandato sexenal en plena resaca de la crisis económica mundial, y en medio de confrontaciones políticas por temas como la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), el combate al narcotráfico y el desempleo.
Alberto Aziz, politólogo del Centro de Investigación y Estudios en Antropología Social, considera que Calderón perdió aliados, entre ellos, al empresariado, al que acusó de eludir el pago de impuestos y de orquestar un complot a su propuesta fiscal.
“El gobierno se ha ido aislando, se ha ido quedando solo. Ha fracturado alianzas y a aliados muy importantes en el trayecto de estos primeros tres años. Se redujo ya la lista de aliados con los que inició”, comentó Aziz.
Dijo que cuando uno se pelea con sus aliados sin una alternativa es como dispararse en los pies. “Eso pasa con Calderón”.
El grupo de panistas cercano del jefe del Ejecutivo con el que arrancó su gestión, prácticamente quedó desmantelado.
El principal de ellos, Juan Camilo Mouriño, perdió la vida en un avionazo el 4 de noviembre de 2008.
Luego salieron de Los Pinos, Dionisio Pérez Jácome, quien se hizo cargo de la Subsecretaría de Hacienda, y Gerardo Ruiz Mateos, a quien se le asignó la cartera de Economía.
Al interior de la residencia presidencial también se hicieron ajustes. Patricia Flores Elizondo se hizo cargo de la Oficina de la Presidencia, y Alejandra Sota, de los discursos del Presidente.
En este lapso tuvo que echar mano de gente fuera de su círculo cercano al llamar a Fernando Gómez Mont para ocupar la Secretaría de Gobernación. A Germán Martínez lo retiró de la Secretaría de la Función Pública, para darle la dirección del PAN, lo que resultó contraproducente al fracasar en las elecciones del 5 de julio.
Una de las bajas que registró su gabinete en este periodo fue la de Luis Téllez. El ex secretario de Comunicaciones y Transportes cayó en marzo tras verse implicado en un escándalo de llamadas telefónicas, en una de ellas reconocía que extrañaba al PRI.
Sin Congreso
La derrota electoral del 5 de julio dejó al presidente Felipe Calderón sin Congreso y sin margen de maniobra para las “reformas necesarias”, según expresó en sus discursos.
En el Senado, la figura de Gustavo Madero, coordinador de la bancada del PAN, se vio eclipsada ante Manlio Fabio Beltrones, líder de los senadores priístas, por lo que su presencia no pesa más allá de sus recurrentes y llamativas declaraciones para descalificar lo mismo a legisladores europeos que al premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, quien criticó las medidas adoptadas por Calderón ante la crisis.
El golpe mayor lo tuvo en la Cámara de Diputados, donde el PRI es mayoría y le ha obligado a ceder más allá de sus propios deseos, como ocurrió con el paquete económico 2010. De nada sirve que en el Senado esté el secretario general del partido, José González Morfín, y en la Cámara de Diputados el presidente panista, César Nava, pues no logran cuajar acuerdos con priístas.
Aún así, Aziz destaca algunas reformas logradas por Calderón en su primer trienio, como la fiscal (con el IETU), la electoral (que redujo el gasto de partidos),y el régimen de pensiones y del ISSSTE, por citar algunas.
En materia económica a Calderón tampoco le fue bien. Apenas el tercer trimestre de 2009 tuvo un crecimiento discreto, pero falta el cuarto que muestre la tendencia del fin de la recesión.
Rolando Cordera, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que contrario a lo ofrecido como candidato, Felipe Calderón no ha sido capaz de impulsar a la economía mexicana a una trayectoria de crecimiento, como lo ha hecho Brasil.
Calderón declaró: “Estoy cumpliendo apenas tres años y tengo toda la voluntad y el empeño y no pienso pasar, así como un Presidente más”.
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