El petróleo, retos tecnológicos


Si como dice George Baker, director de Mexico Energy Intelligence, el punto de partida de cualquier reforma energética es el restablecimiento de la figura legal del interés privado sobre el aceite mineral lo que se necesita es más interés de Petróleos Mexicanos por su desarrollo.
No es para menos, señala, hay un interés real de transnacionales por participar de las reservas de hidrocarburos de México ya sea por un porcentaje de su producción mediante contratos de riesgo.
“Hay que esperar la nueva reforma energética que enfrenta la necesidad de demostrar que Pemex no se privatiza, en todo caso que se moderniza y fortalece pero en realidad puede ceder parte importante de la renta petrolera”, dijo.
Parte de la reforma es encontrar los cómo hacer las cosas. Para Carlos Morales, director de Pemex Exploración y Producción, el mayor reto es implementar técnicas de recuperación secundaria y rebasar el actual nivel de 40% que se tiene.
Es decir, de cada 100 barriles que se pueden extraer sólo se sacan 40 sobre todo si por que cada vez es más difícil descubrir nuevos yacimientos por lo que sería mejor conseguir las soluciones tecnológicas necesarias para reducir riesgos y costos y elevar la eficiencia.
Morales dice que se busca fortalecer la inversión en desarrollo tecnológico pero falta aún definir cómo porque, además, son yacimientos no convencionales.
Las cuentas que hace la Comisión Nacional de Hidrocarburos es que por recuperación secundaria se añadan 1.5 millones de barriles la producción diaria. Hoy en día se tienen en el subsuelo cerca de 200 mil millones de barriles de reserva.
El costo que se calcula es de 50 dólares por barril y para explotarlo se necesita que esté por arriba de los 150 dólares.
En realidad es un asunto de inversiones que se podrían detonar a partir de una reforma energética, asunto que ya se discute en varios lugares. Por ejemplo, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) calcula que México requiere niveles de inversión superiores a 25% del PIB para crecer a más de 5%.
Para elevar el ritmo de crecimiento de la economía mexicana es fundamental potenciar la inversión y controlar el gasto público, el asunto es hacendario y, curiosamente, el CEESP no toca el tema de los impuestos y derechos que paga Pemex, aunque plantea que se lleve a cabo una reforma que permita inversión privada.
Según la Asociación Mexicana de Geólogos Petroleros el futuro tecnológico está también en el desarrollo de los campos de shale gas y shale oil ya que el potencial estimado es de más de 60 mil millones de barriles de crudo en México.
Su exploración, desarrollo y explotación es una oportunidad en el corto plazo, señaló Jorge Mendoza Amuchastegui, director de Exploración y Producción del Instituto Mexicano del Petróleo.
Hoy las apuestas de los investigadores están en el enfoque tecnológico que se puede desarrollar a partir de la exploración y explotación que sea financiada por el Proyecto Conacyt-Sener pero el riesgo es que se minimice el gasto de capital.
Asimismo, el uso y reúso del agua es un tema tecnológico a resolver, donde el establecimiento de la línea ambiental permitirá conocer, para las dos áreas mencionadas, los márgenes para una operación eficiente y ambientalmente amigable.
Vinicio Suro Pérez, director del IMP dice que “para que México alcance 1% del PIB en gasto público en investigación hacia 2018, se requieren inversiones, recursos humanos y más ejes de desarrollo”.
El aparato científico mexicano requiere de una urgente necesidad de formación de nuevos investigadores y de construir más centros de investigación y desarrollo tecnológico, para hacer que la economía crezca y, en ese sentido, tanto el IMP como Pemex ven en la tecnología una verdadera palanca para generar valor, tanto económico como ambiental y social.
Luis Carriles, El Universal, 6 de junio.

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