Sufre traspié diálogo Colombia-FARC

BOGOTÁ.- La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) negó ayer que esté amenazando a sindicalistas a través de panfletos, tal como lo denunció la víspera el Presidente Juan Manuel Santos, y consideró que darle credibilidad a información falsa no muestra disposición para encontrar salidas al conflicto armado.

A través del blog pazfarc-ep.blogspot.com de la delegación guerrillera que lleva la negociación con el Gobierno de Santos en Cuba, el secretariado de la guerrilla aseguró ayer en un comunicado que no es política de las FARC amenazar, mucho menos a dirigentes sociales y sindicales.

"Ningún bloque o columna de nuestra organización en toda la geografía patria ha amenazado de muerte a Julio Roberto Gómez ni a ningún otro integrante de la dirección de la CGT (Confederación General del Trabajo)", mencionó el texto.

El domingo, Santos advirtió que estos supuestos panfletos pondrían en peligro los diálogos de paz, aunque confió en que los documentos sean apócrifos y que estén siendo circulados por alguien sólo para crear cizaña.

"Hay mucha gente que quiere envenenar el proceso (de paz)", dijo el domingo el Mandatario, detonando uno de los diferendos más graves entre el Gobierno colombiano y las FARC desde que comenzaron a negociar la paz en Cuba en noviembre de 2012.

Santos sostuvo que recibió copia del documento en el que supuestamente las FARC declaran objetivo militar a un grupo de dirigentes de la CGT, una de las principales centrales obreras de Colombia.

"Quien asesina sindicalistas en Colombia es el militarismo y el paramilitarismo oficial que practica la guerra sucia", se afirma en el comunicado de la guerrilla. "Darle credibilidad a un panfleto apócrifo no muestra disposición sincera a recorrer los difíciles caminos de la construcción de acuerdos para encontrar una salida diferente a la guerra", agrega.

Los panfletos habrían comenzado a circular el 31 de mayo, firmados por la red urbana Antonio Nariño de las FARC, y ahí se amenazaba a los directivos de la CGT, en especial a Julio Roberto Gómez, quienes son identificados como traidores de los intereses de los trabajadores.

"La CGT ha vendido su pensamiento y el liderazgo que los caracterizaba, a los intereses de la derecha recalcitrante que tanto mal le ha hecho a los pobres en el país", dice el documento.

La acusación se refiere al apoyo a los tratados de libre comercio que Colombia adelanta con varios países, así como a las políticas laborales y económicas de Santos.

Citado por la prensa local, Gómez declaró que no es la primera vez que las FARC amenazan a los líderes sindicales, aunque explicó que estaban a la espera de que las autoridades se pronunciaran sobre la veracidad de la carta.

Este episodio de tensión surge luego de que el 26 de mayo el Gobierno de Santos y las FARC alcanzaron en La Habana un acuerdo sobre el tema de una reforma agraria, el primero y probablemente más difícil de los cinco puntos de la agenda de negociaciones. Se tiene programado que los diálogos se reanuden el 11 de junio, cuando las partes analizarán la participación de la guerrilla en la escena política del país.

Reforma, 5 de juno.