Una ausencia que duele
MIAMI.— Hay días que José Machado se siente tan deprimido que se tira a llorar en el sofá de su pequeño apartamento, abrumado por la angustia que le provoca la ausencia de su madre, una nicaragüense deportada hace dos años por estar en Estados Unidos sin papeles. José, que acaba de cumplir 18 años, extraña decirle “hola” cada mañana, contarle cómo le fue en la escuela, darle un abrazo, comer lo que ella cocina, escuchar sus consejos. Quisiera que su mamá esté con él para su graduación de la secundaria, este mes.
Evelyn Rivera, de 24 años, no ve a su madre desde hace seis años, cuando la detuvieron por manejar sin licencia mientras la acompañaba en el automóvil rumbo al trabajo. Su sueño es volver a ir al cine, a su restaurante favorito y al parque con ella. Que vuelva desde Cali, Colombia.
Eddi Cristóbal también siente el peso de la ausencia de su madre. Cuando la repatriaron a Guatemala, hace cuatro años, le prometió cuidar a sus tres hermanitos y desde entonces intenta hacerlos reír siempre que lloran, lo que sucede casi a diario. Todos los días hablan con ella y aunque su tía los ha llevado a vivir con ella, extrañan a la mamá.
Al igual que José, Evelyn y Eddi, miles de chicos que han sido separados de sus padres confían en que sus familias se vuelvan a reunir si se aprueba una reforma migratoria que resuelva la situación de unos 11 millones de extranjeros que se cree están en el país sin papeles.
Como sus padres, algunos de estos chicos tampoco tienen papeles, otros son ciudadanos estadounidenses o residentes, pero a pesar de su diferente situación migratoria, todos comparten el mismo sufrimiento: han sido separados de sus padres, que llegaron en busca de un futuro mejor y se quedaron de manera ilegal.
Mientras el Senado debate un proyecto de reforma, estos chicos sueñan con abrazar a sus padres. “No hay nadie que pueda sustituirla. La persona que siempre va a estar incondicionalmente es la mamá. Eso no se puede reemplazar”, aseguró Machado. “Estoy confiando, optimista. Prefiero que ella se quede acá y poder decirle ‘hola’ todos los días. Extraño la comida, me hace falta una persona en casa que me pregunte como te fue hoy, una persona para contarle todas las cosas y confiar. Tener el amor en la casa”, dijo el joven en una entrevista en un modesto apartamento que renta con ayuda estatal.
Quienes fueron deportados deben esperar tres años para regresar al país si su estancia ilegal fue de menos de 180 días y 10 años si se quedaron más de seis meses. Los padres o esposos de los repatriados pueden pedir un waiver (exención) si son ciudadanos estadounidenses. El apartado 245 B (c) (6) del proyecto de ley de reforma que analiza en Senado incluye también a los hijos entre quienes pueden solicitar el waiver para sus padres, y contempla a los residentes legales, no solo a los ciudadanos.
“Si este proyecto se convierte en ley, va a ser maravilloso para muchas personas”, dijo el abogado de inmigración Erwin Díaz Solís.
La idea de volver a ver a su madre, Rufina, encandila a Cristóbal. “Ella me dijo que tenía que ser fuerte y no dejar que mis hermanos lloraran y yo le dije que iba a cuidar de ellos todo lo que pudiera”, dijo el adolescente al recordar la conversación que mantuvo con su madre antes de que se fuera a la cárcel.
La mamá de José Machado, Melba Sosa, deportada hace casi dos años, emigró ilegalmente a España. Vive en Bilbao. Tras seis meses con una familia sustituta, José obtuvo la residencia. Podría viajar a ver a su madre, pero no tiene dinero para el pasaje ni puede hacer nada para que su madre vuelva. Pero todo cambiaría si se aprueba la ley migratoria.
Gisela Salomón, El Universal, 3 de junio.
Reforma Migratoria Medios México lunes, 3 de junio de 2013 0 comentarios
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