Durante la presentación del Diagnóstico: situación de Pemex, Kessel explicó que las previsiones de la paraestatal señalan que para 2012 el país tendrá un descenso en la producción de casi 800 millones de barriles diarios de petróleo.
Lo anterior equivale a una pérdida de casi 25 mil millones de dólares anuales, tomando el precio de cierre del viernes pasado, cuando el barril de la mezcla mexicana finalizó en 88.46 dólares.
Para 2018 se prevé un déficit de 1.5 millones de barriles diarios, más de 48 mil millones de dólares, esto a pesar de los altos niveles de inversión que han sido destinados para la paraestatal, ya que para 2008 se le aprobó un presupuesto de más de 200 mil millones de pesos.
Añadió que para 2021 México tendrá un déficit de producción equivalente a 1.8 millones de barriles de petróleo al día (58 mil millones de dólares), respecto a la plataforma de producción actual, situación que es el resultado de la declinación natural de los principales yacimientos como es el caso de Cantarell.
Según el diagnóstico, desde hace tres años se ha venido registrando un descenso en la producción, lo que ha implicado que en este periodo México dejó de obtener ingresos por alrededor de 10 mil millones de dólares al año, “casi tres veces el presupuesto anual del programa oportunidades” del gobierno federal.
La Secretaría de Energía y el director general de la paraestatal, Jesús Reyes Heroles, coincidieron en que el mayor problema que enfrenta la empresa no es sólo financiero, si no de tipo operativo, tecnológico y de capacidad de ejecución, que le ha generado una pérdida importante de “Oportunidades, expansión y aprovechamiento adicional de los recursos de hidrocarburos con que cuenta México”.
Lo que se refleja en una caída sistemática en la producción de crudo que se ha venido observando desde 2004.
“Si uno repasa todos estos elementos y otros muchos más que están en el diagnóstico, la verdad es que Pemex enfrenta una situación muy difícil en muchos aspectos (…), se están perdiendo oportunidades, pues la paraestatal ya está tarde en varias actividades, como trabajar en aguas profundas con mucho mayor intensidad que como lo viene haciendo hasta el momento”, dijo el director de la paraestatal.
El diagnóstico señala que Pemex tiene un reto en materia tecnológica, de capacidad de ejecución y de operación, por lo que “sería deseable” que fuera apoyado por terceros para expandir su infraestructura de transporte, almacenamiento y distribución de petrolíferos, por medio de ductos y no sólo de pipas.
Además de que contar con la flexibilidad suficiente para contratar, bajo esquemas que garanticen un óptimo desempeño, una mayor capacidad de ejecución y la incorporación de tecnología de punta como lo hacen las empresas petroleras, para que tenga la posibilidad de expandir su capacidad de refinación con inversión propia y complementaria.
Esto con el objetivo de “reducir significativamente la dependencia del exterior por la importación de gasolinas y refinados, sin sobrecargar su deuda ni afectar la contribución de Pemex a las finanzas públicas”.
Retrocede cinco posiciones
Petróleos Mexicanos pasó de ser la sexta empresa petrolera más importante del mundo durante 2000 a la undécima en 2007, a pesar de los altos niveles de inversión con los que cuenta la paraestatal.
El Diagnóstico: situación de Pemex señala que todos los países que cuentan con empresas petroleras nacionales las han fortalecido permitiendo esquemas modernos y efectivos de colaboración con terceros.
Esto debido al inicio de la declinación de los principales yacimientos petroleros y a la disminución de las reservas de hidrocarburos desde mediados de los años ochenta y que para 2007 registraron una caída de 5.1 por ciento, por lo que actualmente, contamos con reservas probadas solamente para 9.2 años.
Es decir, la extracción en tierra y en aguas someras no es suficiente, Pemex tendrá que aventurarse en aguas profundas si es que se quiere garantizar en los próximos años la misma producción de hidrocarburos con que actualmente cuenta y, sobre todo, incrementarla para financiar el desarrollo acelerado del país.
Para lo cual la titular de la Secretaría de Energía, Georgina Kessel, y Jesús Reyes Heroles, director general de la paraestatal, urgieron en la necesidad de modernizar el marco regulatorio de la paraestatal y eliminar diversas restricciones para dotarlo de las herramientas necesarias que le permitan elevar su capacidad de ejecución y administración, “sin ceder soberanía ni la propiedad sobre los hidrocarburos”.
Nota de Nayeli González, Milenio Diario, 31 de marzo.
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