En entrevista con EL UNIVERSAL, el coordinador de la fracción parlamentaria del PRI en el Senado asegura que para que este gobierno “navegue con rumbo” hace falta una propuesta integral que diga lo que se quiere para el México de los próximos 50 años y no únicamente para lo siguientes cinco.
Además, así como ha destacado, lo que su grupo parlamentario no quiere que venga en la propuesta del gobierno en reforma energética (privatización, reforma constitucional y contratos de riesgo), en esta ocasión plantea lo que sí quiere: autonomía de gestión de Pemex, consejo nacional de hidrocarburos para tomar decisiones estratégicas, nueva fórmula para garantizar la transparencia y combatir la corrupción en la empresa y liberar a Pemex del excesivo pago de impuestos.
Por los tiempos que le restan al actual periodo de sesiones del Congreso de la Unión —nueve sesiones—, ve difícil que en el mes de abril se pueda desahogar un proyecto de esa magnitud, porque requiere una etapa de maduración y consulta, “para que nadie se llame engañado y que nadie engañe a los demás”.
Los análisis y opiniones que lo pintan como uno de los políticos más influyentes y clave en las transformaciones en el país, determinante en el Congreso de la Unión y en su partido, según sus palabras, sólo lo hacen sonreír y explica que quizá estas valoraciones ligeras se deban a la capacidad de su grupo parlamentario para concretar y operar muchas de las decisiones, a diferencia de lo que nada más son imaginativos.
Nunca. Por el contrario, he visto en ocasiones su molestia porque la discusión y el debate vayan en ese sentido, que existan denuncias que no tienen ningún soporte dentro de la realidad.
El trabajo del grupo parlamentario del PRI en el Senado es tan importante que hoy, ante la crispación de ánimos, ante la polarización de posiciones que existe entre la derecha y la izquierda, podemos ser el vínculo o el vehículo que logre armonizar a ambos y sacar algo que le ayude al país.
Me hace sonreír, solamente sonreír.
Hay una gran dosis de ligereza en el análisis. Quizá algunos se equivocan en sacar esas conclusiones y es porque están observando en el grupo parlamentario del PRI en el Senado y en mi persona una capacidad de poder concretar cosas, de operar muchas de las decisiones.
Hay una gran diferencia entre los que son imaginativos y entre los que son creativos. Los que se imaginan las cosas hablan mucho, pero nunca las concretan. Y los creativos no nada más se las imaginan, sino que las hacen realidad.
Siento que eso ya forma parte de la picaresca y la especulación política; cuando se hace un análisis de esa naturaleza nunca se llega a profundizar en cómo funciona el sistema político mexicano y el presidencialismo en México; el Senado es el contrapeso del Poder Ejecutivo, como lo es también la Cámara de Diputados.
Estamos dispuestos a recorrer la ruta de las reformas, a través de los acuerdos y el diálogo, que beneficien a los mexicanos, que combatan la pobreza.
Y esto creo que le sirve mucho a un gobierno que no termina de asentarse, que va transitando entre la falta de propuestas y algunos escándalos de sus componentes.
Creo que la falta de rumbo es porque no se ha hecho una propuesta integral de qué es lo que quiere este gobierno para el México de los próximos 50 años, no para los próximos cinco años, que es cuando fenece esta administración.
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