Quito, 29 de marzo. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmó hoy que Colombia impide el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, porque con una actitud “insolente” Bogotá considera legítimo el ataque militar contra un campamento de la insurgencia colombiana en territorio ecuatoriano.
“Mientras sigan insistiendo en esas posturas no podremos reanudar relaciones diplomáticas con un gobierno de esa naturaleza”, declaró Correa en su programa semanal de radio. Calificó de “insolente” considerar legítima una incursión en otro país para perseguir y atentar contra lo que ellos llaman terroristas.
El pasado primero de marzo Colombia atacó un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador y mató a una veintena de personas, incluido el número dos del grupo guerrillero, Raúl Reyes, así como a cuatro estudiantes mexicanos, lo cual provocó que Quito rompiera lazos diplomáticos.
Correa también tildó de “peligro para la paz en la región” y “guerrerista” al ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, quien justificó la incursión en Ecuador como “una acción legítima de guerra”, y en relación con la muerte allí del ecuatoriano Franklin Aisalla, porque “estaba con las FARC en un nido terrorista”.
Correa, quien expresó apoyo a su homólogo boliviano Evo Morales ante los intentos separatistas que enfrenta, aseveró que Ecuador responderá el lunes de manera “contundente” pero pacífica, acorde con el derecho internacional, por los “atropellos” cometidos en su territorio por Colombia, tras los operativos militares en su frontera y su insolencia de justificar esos actos.
“Ya basta de ser agredidos, de ser víctimas de un problema que no es nuestro”, agregó, aunque no precisó cuál será la medida que adoptará ni ante qué instancias. Pero incluiría una postura respecto de la muerte de Aisalla, acusado por las autoridades colombianas de mantener vínculos con las FARC.
Los diferendos parecían haber sido superados dentro de la Organización de Estados Americanos y del Grupo de Río, pero el caso de Aisalla renovó la crisis. Correa dijo que al margen de si éste tenía lazos con las FARC, no podía ser asesinado por fuerzas extranjeras en Ecuador, sino ser juzgado en su país.
El cadáver de Aisalla fue llevado junto con el de Reyes por los uniformados colombianos a Bogotá, al ser confundido con el ideólogo rebelde colombiano Julián Conrado, siendo repatriado el jueves para ser sepultado el sábado por sus padres.
“Mientras sigan insistiendo en esas posturas no podremos reanudar relaciones diplomáticas con un gobierno de esa naturaleza”, declaró Correa en su programa semanal de radio. Calificó de “insolente” considerar legítima una incursión en otro país para perseguir y atentar contra lo que ellos llaman terroristas.
El pasado primero de marzo Colombia atacó un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador y mató a una veintena de personas, incluido el número dos del grupo guerrillero, Raúl Reyes, así como a cuatro estudiantes mexicanos, lo cual provocó que Quito rompiera lazos diplomáticos.
Correa también tildó de “peligro para la paz en la región” y “guerrerista” al ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, quien justificó la incursión en Ecuador como “una acción legítima de guerra”, y en relación con la muerte allí del ecuatoriano Franklin Aisalla, porque “estaba con las FARC en un nido terrorista”.
Correa, quien expresó apoyo a su homólogo boliviano Evo Morales ante los intentos separatistas que enfrenta, aseveró que Ecuador responderá el lunes de manera “contundente” pero pacífica, acorde con el derecho internacional, por los “atropellos” cometidos en su territorio por Colombia, tras los operativos militares en su frontera y su insolencia de justificar esos actos.
“Ya basta de ser agredidos, de ser víctimas de un problema que no es nuestro”, agregó, aunque no precisó cuál será la medida que adoptará ni ante qué instancias. Pero incluiría una postura respecto de la muerte de Aisalla, acusado por las autoridades colombianas de mantener vínculos con las FARC.
Los diferendos parecían haber sido superados dentro de la Organización de Estados Americanos y del Grupo de Río, pero el caso de Aisalla renovó la crisis. Correa dijo que al margen de si éste tenía lazos con las FARC, no podía ser asesinado por fuerzas extranjeras en Ecuador, sino ser juzgado en su país.
El cadáver de Aisalla fue llevado junto con el de Reyes por los uniformados colombianos a Bogotá, al ser confundido con el ideólogo rebelde colombiano Julián Conrado, siendo repatriado el jueves para ser sepultado el sábado por sus padres.
Nota de AFP, DPA y Reuters, La Jornada, 30 de marzo.
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