SAN JOSÉ.— A pocos días de asumir la Presidencia de El Salvador, y en medio de la expectativa regional por el avance político de los partidos de izquierda en Centroamérica, Mauricio Funes tomó distancia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
El hoy presidente electo salvadoreño que fue postulado por el ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), notificó a Chávez que El Salvador “no” se unirá al bloque anti-Washington de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba) ni a Petrocaribe, aunque confía en que Caracas permita que San Salvador compre crudo venezolano bajo términos preferenciales.
Tras el triunfo de Funes en los comicios de marzo anterior, que convirtió al FMLN en la segunda ex guerrilla de América Latina y el Caribe que gana el poder en vía electoral, luego de los sandinistas en 2007 en Nicaragua, una tendencia regional fue apostar por un alineamiento salvadoreño con Chávez para reforzar el Alba y la alianza anti-Casa Blanca. Nicaragua y Honduras ya son parte del Alba, con Cuba, Bolivia, Venezuela y Dominica.
Pero los hechos apuntan en otro sentido. Funes, quien aceptó la candidatura del FMLN sin integrar su estructura histórica ni militar en un marxismo-leninismo radical, acaba de regresar de Venezuela, donde exhibió a Chávez sus cartas de juego.
En un mensaje al país que tranquilizó, por el momento, a la iniciativa privada de El Salvador, Mauricio Funes relató que a Chávez “no le he dicho que vamos a formar parte de Petrocaribe, ni que vamos a ingresar al Alba, ni siquiera he planteado la posibilidad.
“No hay ningún acuerdo, no adquirí ningún compromiso, llegué a enterarme de cómo funciona Petrocaribe y de la posibilidad de que Chávez pudiera mantener el precio preferencial (del petróleo) que hasta ahora ha mantenido” en la venta de crudo a Centroamérica y el Caribe, narró.
Con 17 países, Petrocaribe es la proyección regional del músculo petrolero del líder venezolano con el que gana influencia al suministrar crudo con crédito a largo plazo y bajos intereses.
Funes, quien asumirá el 1 de junio y terminará con 20 años de gobiernos consecutivos de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), dijo que su referente de la izquierda será el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.
Casado con la brasileña Wanda Pignato, su primer viaje internacional como presidente electo fue a Brasil. Su esposa representa en El Salvador al Partido de los Trabajadores (PT), de Lula.
El lazo comercial con Venezuela tampoco obliga a concesiones políticas, subrayó, al confirmar que la política exterior de su gobierno estará bajo su control personal. Funes ya anunció que El Salvador restablecerá relaciones diplomáticas con Cuba y dejará de ser el único país latinoamericano sin vínculos con La Habana.
“Las relaciones las tengo yo, directamente”, aseguró, al cerrar la posibilidad de que el FMLN le imponga el rumbo de la política internacional.
El hoy presidente electo salvadoreño que fue postulado por el ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), notificó a Chávez que El Salvador “no” se unirá al bloque anti-Washington de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba) ni a Petrocaribe, aunque confía en que Caracas permita que San Salvador compre crudo venezolano bajo términos preferenciales.
Tras el triunfo de Funes en los comicios de marzo anterior, que convirtió al FMLN en la segunda ex guerrilla de América Latina y el Caribe que gana el poder en vía electoral, luego de los sandinistas en 2007 en Nicaragua, una tendencia regional fue apostar por un alineamiento salvadoreño con Chávez para reforzar el Alba y la alianza anti-Casa Blanca. Nicaragua y Honduras ya son parte del Alba, con Cuba, Bolivia, Venezuela y Dominica.
Pero los hechos apuntan en otro sentido. Funes, quien aceptó la candidatura del FMLN sin integrar su estructura histórica ni militar en un marxismo-leninismo radical, acaba de regresar de Venezuela, donde exhibió a Chávez sus cartas de juego.
En un mensaje al país que tranquilizó, por el momento, a la iniciativa privada de El Salvador, Mauricio Funes relató que a Chávez “no le he dicho que vamos a formar parte de Petrocaribe, ni que vamos a ingresar al Alba, ni siquiera he planteado la posibilidad.
“No hay ningún acuerdo, no adquirí ningún compromiso, llegué a enterarme de cómo funciona Petrocaribe y de la posibilidad de que Chávez pudiera mantener el precio preferencial (del petróleo) que hasta ahora ha mantenido” en la venta de crudo a Centroamérica y el Caribe, narró.
Con 17 países, Petrocaribe es la proyección regional del músculo petrolero del líder venezolano con el que gana influencia al suministrar crudo con crédito a largo plazo y bajos intereses.
Funes, quien asumirá el 1 de junio y terminará con 20 años de gobiernos consecutivos de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), dijo que su referente de la izquierda será el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.
Casado con la brasileña Wanda Pignato, su primer viaje internacional como presidente electo fue a Brasil. Su esposa representa en El Salvador al Partido de los Trabajadores (PT), de Lula.
El lazo comercial con Venezuela tampoco obliga a concesiones políticas, subrayó, al confirmar que la política exterior de su gobierno estará bajo su control personal. Funes ya anunció que El Salvador restablecerá relaciones diplomáticas con Cuba y dejará de ser el único país latinoamericano sin vínculos con La Habana.
“Las relaciones las tengo yo, directamente”, aseguró, al cerrar la posibilidad de que el FMLN le imponga el rumbo de la política internacional.
José Meléndez corresponsal, El Universal, 24 de mayo.
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