“La producción se mantiene en declive y la situación podría empeorar”, opinó este martes Ricardo Aguilar, analista de Invex Grupo Financiero.
Una opinión similar expresaron Julián Cubero y Cecilia Posadas, analistas de BBVA Bancomer: “es probable que para los próximos meses continúe una dinámica negativa” en la actividad industrial.
Este miércoles, la Secretaría de Hacienda y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) darán a conocer el dato sobre el comportamiento del producto interno bruto (PIB) en el primer trimestre de 2009. Desde hace varias semanas, las propias autoridades hacendarias y el Banco de México han anticipado una caída de entre 7 y 8 por ciento para el periodo, respecto de marzo de 2008, que de confirmarse sería la mayor desde la crisis de 1995. En ese año, durante el segundo trimestre, el PIB tuvo una contracción a tasa anual de 9.2 por ciento, la mayor ocurrida hasta entonces. Ese es el piso.
El indicio de que la recesión en México tiene una magnitud no prevista por la Secretaría de Hacienda, que cuando comenzó la crisis trivializó el efecto sobre la economía, fue dado el lunes pasado, cuando el Inegi reportó una caída de la producción industrial que no tenía precedente desde 1995, cuando el PIB tuvo su mayor caída en seis décadas.
En el primer trimestre de este año, para ubicar en su magnitud la caída en la producción industrial, el volumen de la producción se encuentra en un nivel similar al que tuvo en 2004.
La producción industrial de México reportó su mayor caída trimestral de los últimos 13 años, al registrar un desplome anual de 9.9 por ciento en el primer trimestre de 2009, de acuerdo con lo informado por el Inegi el lunes anterior. Esta caída es comparable a la de 10.7 por ciento del tercer trimestre de 1995.
“La producción se mantiene en declive y la situación podría empeorar. A pesar de que en Estados Unidos algunos indicadores parecieran moderar sus caídas, es muy probable que los datos para México registren un deterioro adicional en los siguientes meses, debido a que la recesión llegó al país casi un año después de que golpeó a la economía estadunidense”, apuntó Ricardo Aguilar, analista de Invex.
En el caso mexicano, la actividad industrial, y particularmente la manufacturera, han mostrado en los últimos años un comportamiento prácticamente sincrónico con la producción industrial en Estados Unidos.
“El panorama empeora si al retraso en la recuperación de México respecto de Estados Unidos se incorpora el efecto que pudo haber ocasionado el paro de actividades en algunos estados del país debido a la contingencia sanitaria” de finales de abril y principios de mayo, añadió el analista de Invex. Aguilar estimó que en abril ocurrirá una caída cercana a 16 por ciento en la producción industrial. Para mayo, dijo, la caída podría ser todavía más severa como consecuencia del freno de actividades por el brote de influenza.
Otro factor que abonará en un menor dinamismo de la actividad productiva está relacionado con los paros técnicos en algunos sectores de la industria, obligados por la menor demanda en la industria automotriz de exportación.
Apreciación del peso
El peso mexicano cerró el martes con una apreciación de 1.35 por ciento, al ganar 17 centavos a 12.93 pesos por dólar a la compra y 12.94 a la venta en su valor referencial a 48 horas, su mejor nivel en seis meses.
El repunte se dio al aumentar las esperanzas de una recuperación de la economía estadunidense, tras conocerse una petición de los principales bancos de ese país para devolver al gobierno los fondos de un rescate financiero.
El peso se negoció entre 12.87 y 13.08 por dólar, también ayudado por el comportamiento positivo de la bolsa mexicana. Por el contrario, la moneda mexicana perdió 12 centavos respecto al euro, que cerró en 18.12 pesos. (reuters y Notimex)
Roberto González Amador, La Jornada, 20 de mayo.
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