En la estrategia para triunfar en la elección presidencial de 2012, es crucial que el PRI avance y se consolide electoralmente en el Distrito Federal, asegura el candidato de ese partido a la jefatura delegacional de Coyoacán, Fausto Zapata Loredo, quien argumenta que la ciudad de México “es la mayor fuente de votación en el país”. Por ello, si se supera el millón de votos que logró aquí Beatriz Paredes Rangel en 2006, “será un dato mayor para la sucesión presidencial”.
Con una larga trayectoria en política, el abanderado priísta busca de nueva cuenta gobernar la demarcación que encabezó de 1989 a 1991, donde –afirma– hay mucha gente que conoce “las múltiples obras que se realizaron en ese periodo y que beneficiaron a miles de habitantes” de esta zona.
Hoy apuesta a que no sólo los “malos gobiernos” que ha tenido el PRD durante los últimos seis años en Coyoacán, sino también su amplia experiencia política y administrativa, le reditúen en un triunfo el próximo 5 de julio, y con ello aporte a ese necesario crecimiento que debe tener el PRI en toda la capital.
En entrevista con La Jornada, Zapata Loredo considera que en estas elecciones intermedias el PRD puede ser víctima de sus propios errores. “Es un partido que no escapa al destino de cualquier otro partido político: el poder desgasta, y el poder absoluto desgasta absolutamente, y para mal del PRD, el poder que tiene el PRD en la ciudad es todavía absoluto.”
Reconoce en su contrincante perredista, Raúl Flores, a una persona joven, con conocimiento amplio de la problemática de esta delegación, al igual que su otro adversario, el panista Obdulio Ávila, ambos también comprometidos con sus principios. Sin embargo, resalta que todavía les falta esa larga experiencia que a él le ha permitido dejar un legado en el sector público que todavía es recordado, por ejemplo, en amplios sectores de Coyoacán.
Incluso, a manera de anécdota recuerda: “tengo un programa de televisión en el Canal 34, y hace como año y medio –cuando no tenía la menor idea de que iba a ser candidato– invité a Obdulio Ávila al programa, y a la salida de la grabación me dijo, ‘oye, Fausto, quiero ser delegado de Coyoacán, ayúdame’. Le dije, ‘¿cómo?’, y me respondió: ‘acompáñame a algunas de mis giras’. Le dije que sí, pero le recordé que yo era del PRI y él del PAN, y dijo, ‘sí, pero tú dejaste muy buen recuerdo’. Espero que ahora que vea esto impreso no se desdiga...”
A sabiendas de que esta campaña será intensa, insiste en manifestar su respeto hacia sus oponentes y plantea más el debate de ideas que la descalificación. Por ello, convoca a Flores y Ávila a realizar a la brevedad un debate público en donde se presente a la sociedad la oferta política de cada uno.
Finalmente, lanza un mensaje a los electores de Coyoacán: “cuando estén en la casilla, antes de emitir su voto pregúntense: ¿vivimos hoy mejor que hace 12 años? ¿Podemos caminar por las calles de Coyoacán con más tranquilidad de lo que caminábamos hace 12 años? ¿Nuestros hijos pueden encontrar empleo con mayor facilidad hoy que hace 12 años? ¿Están las calles más limpias y las plazas más atractivas que hace 12 años? No, la verdad es que es un no rotundo”.
Con una larga trayectoria en política, el abanderado priísta busca de nueva cuenta gobernar la demarcación que encabezó de 1989 a 1991, donde –afirma– hay mucha gente que conoce “las múltiples obras que se realizaron en ese periodo y que beneficiaron a miles de habitantes” de esta zona.
Hoy apuesta a que no sólo los “malos gobiernos” que ha tenido el PRD durante los últimos seis años en Coyoacán, sino también su amplia experiencia política y administrativa, le reditúen en un triunfo el próximo 5 de julio, y con ello aporte a ese necesario crecimiento que debe tener el PRI en toda la capital.
En entrevista con La Jornada, Zapata Loredo considera que en estas elecciones intermedias el PRD puede ser víctima de sus propios errores. “Es un partido que no escapa al destino de cualquier otro partido político: el poder desgasta, y el poder absoluto desgasta absolutamente, y para mal del PRD, el poder que tiene el PRD en la ciudad es todavía absoluto.”
Reconoce en su contrincante perredista, Raúl Flores, a una persona joven, con conocimiento amplio de la problemática de esta delegación, al igual que su otro adversario, el panista Obdulio Ávila, ambos también comprometidos con sus principios. Sin embargo, resalta que todavía les falta esa larga experiencia que a él le ha permitido dejar un legado en el sector público que todavía es recordado, por ejemplo, en amplios sectores de Coyoacán.
Incluso, a manera de anécdota recuerda: “tengo un programa de televisión en el Canal 34, y hace como año y medio –cuando no tenía la menor idea de que iba a ser candidato– invité a Obdulio Ávila al programa, y a la salida de la grabación me dijo, ‘oye, Fausto, quiero ser delegado de Coyoacán, ayúdame’. Le dije, ‘¿cómo?’, y me respondió: ‘acompáñame a algunas de mis giras’. Le dije que sí, pero le recordé que yo era del PRI y él del PAN, y dijo, ‘sí, pero tú dejaste muy buen recuerdo’. Espero que ahora que vea esto impreso no se desdiga...”
A sabiendas de que esta campaña será intensa, insiste en manifestar su respeto hacia sus oponentes y plantea más el debate de ideas que la descalificación. Por ello, convoca a Flores y Ávila a realizar a la brevedad un debate público en donde se presente a la sociedad la oferta política de cada uno.
Finalmente, lanza un mensaje a los electores de Coyoacán: “cuando estén en la casilla, antes de emitir su voto pregúntense: ¿vivimos hoy mejor que hace 12 años? ¿Podemos caminar por las calles de Coyoacán con más tranquilidad de lo que caminábamos hace 12 años? ¿Nuestros hijos pueden encontrar empleo con mayor facilidad hoy que hace 12 años? ¿Están las calles más limpias y las plazas más atractivas que hace 12 años? No, la verdad es que es un no rotundo”.
Raúl Llanos Samaniego, La Jornada, 27 de mayo.
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