Caracas y Bogotá escalan tensión

BUENOS AIRES.— Los dos principales pasos fronterizos entre Venezuela y Colombia permanecían cerrados ayer, luego del asesinato el domingo, en la región, de dos miembros de la Guardia Nacional de Venezuela, en el marco de una crisis bilateral que lleva varios meses y que no deja de escalar.
Las clases y la actividad comercial se suspendieron a un lado y al otro de la frontera, y las personas debieron movilizarse en barcazas por el río, como única forma de mantener una mínima comunicación en una zona vital para el comercio de esa región, donde desde que se desató la crisis bilateral los empresarios y comerciantes “llevamos perdidos más de 4 millones de dólares”, según el presidente de Fedecamaras (el gremio que agrupa a los empresarios) de Táchira, José Roso.

Anoche, mientras el vicepresidente de Venezuela, Ramón Carrizales, volvió a señalar que el ataque contra los dos militares vino “de paramilitares colombianos y miembros de la oposición” en un intento por “desestabilizar a la revolución”, se anunció la detención de Johan Manuel Mora, venezolano de 20 años, como presunto autor de los asesinatos.

“Es explosiva la situación en la frontera. Ya lo era antes de esta escalada por la falta de cooperación de ambos países, y ahora está peor porque estamos viviendo el peor momento de las relaciones entre ambos países en muchos años”, advirtió el analista Carlos Romero a EL UNIVERSAL.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, responsabilizó al “paramilitarismo” procedente de Colombia por el “vil asesinato” de dos efectivos militares.

Durante un consejo de ministros, transmitido parcialmente por la televisión estatal VTV, el mandatario dijo que las acciones paramilitares en la frontera colombiano-venezolana forman parte del “plan del imperio, de la burguesía criolla y de la burguesía colombiana” para “desestabilizar” el gobierno “revolucionario” y socialista.

Chávez también acusó a Estados Unidos de permitir el tráfico de drogas para evitar que millones de consumidores estadounidenses caigan en la locura, ya que, argumentó, el nivel de adictos es tal que hasta en la Casa Blanca se consume cocaína. “Si tú le cortas eso (los estadounidenses) se vuelven locos, explota esa sociedad. Ellos lo ven más bien como una necesidad”, dijo el mandatario. (Con información de agencias)

José Vales corresponsal, El Universal, 4 de noviembre.