El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado afirmó que en el Presupuesto de Egresos para 2010 se destinará 35 por ciento de los recursos para apoyar sectores sociales que no lo requieren y, en contraste, solamente 10 por ciento está dirigido a programas efectivos, como Oportunidades.
En su reporte semanal, el organismo, perteneciente al CCE, detalló que un billón 150 mil pesos se dirigen a rubros como Procampo, crédito a la palabra, subsidio eléctrico residencial y en gasolinas, así como pensiones del IMSS y del ISSSTE.
“Aunque en servicios personales se reduce su participación en el gasto total, el costo de las pensiones se eleva significativamente para representar 16.5 por ciento del total del gasto, lo cual es mayor que el 14.6 por ciento aprobado para 2009”, indica el documento.
Según el CEESP, en el caso de la inversión se aprecia una disminución en los recursos que se le destinarán en 2010, de tal forma que vuelve a ser un rubro de ajuste, cuando debería ser al contrario, pues incrementar la inversión productiva del sector público detonaría la inversión privada con un resultado más eficiente en la generación de empleos y reducción de la pobreza.
De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Hacienda, el mayor aumento en el gasto será para desarrollo social, de tal forma que su participación dentro del gasto total será de 45.2 por ciento, lo que representa un aumento de 1.4 puntos porcentuales respecto a 2009.
En contraste, el gasto para desarrollo económico, orden, seguridad y justicia y funciones de gobierno se reduce.
“Aunque el hecho de que aumente el gasto social resulta favorable a primera vista, se debe señalar que es posible que una importante cantidad de estos recursos se sigan canalizando a grupos que no lo necesitan a través de los numerosos programas sociales, los cuales, son altamente regresivos”, abundó.
De los pocos programas que sí tienen un efecto en sectores de bajos ingresos, destaca además de Oportunidades, el de Piso Firme, Desayunos del DIF, Apoyo para adultos mayores y Liconsa.
“Es evidente que la asignación de recursos no ha sido lo más eficiente, pues a pesar de los crecientes recursos que se destinan a educación, salud y seguridad, entre otros, los resultados siguen siendo pobres”, indica el documento.
Mantenemos niveles educativos bajos, la calidad de los servicios de salud deja mucho que desear y la inseguridad sigue siendo un problema grave, añadió.
En su reporte semanal, el organismo, perteneciente al CCE, detalló que un billón 150 mil pesos se dirigen a rubros como Procampo, crédito a la palabra, subsidio eléctrico residencial y en gasolinas, así como pensiones del IMSS y del ISSSTE.
“Aunque en servicios personales se reduce su participación en el gasto total, el costo de las pensiones se eleva significativamente para representar 16.5 por ciento del total del gasto, lo cual es mayor que el 14.6 por ciento aprobado para 2009”, indica el documento.
Según el CEESP, en el caso de la inversión se aprecia una disminución en los recursos que se le destinarán en 2010, de tal forma que vuelve a ser un rubro de ajuste, cuando debería ser al contrario, pues incrementar la inversión productiva del sector público detonaría la inversión privada con un resultado más eficiente en la generación de empleos y reducción de la pobreza.
De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Hacienda, el mayor aumento en el gasto será para desarrollo social, de tal forma que su participación dentro del gasto total será de 45.2 por ciento, lo que representa un aumento de 1.4 puntos porcentuales respecto a 2009.
En contraste, el gasto para desarrollo económico, orden, seguridad y justicia y funciones de gobierno se reduce.
“Aunque el hecho de que aumente el gasto social resulta favorable a primera vista, se debe señalar que es posible que una importante cantidad de estos recursos se sigan canalizando a grupos que no lo necesitan a través de los numerosos programas sociales, los cuales, son altamente regresivos”, abundó.
De los pocos programas que sí tienen un efecto en sectores de bajos ingresos, destaca además de Oportunidades, el de Piso Firme, Desayunos del DIF, Apoyo para adultos mayores y Liconsa.
“Es evidente que la asignación de recursos no ha sido lo más eficiente, pues a pesar de los crecientes recursos que se destinan a educación, salud y seguridad, entre otros, los resultados siguen siendo pobres”, indica el documento.
Mantenemos niveles educativos bajos, la calidad de los servicios de salud deja mucho que desear y la inseguridad sigue siendo un problema grave, añadió.
Antonio Hernández, Milenio, 16 de noviembre.
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