Luego de pelear con intensidad por el reparto de recursos del presupuesto, cuando obtienen los fondos que quieren... no los usan.
Y es que el subejercicio es un mal recurrente del Gobierno federal que año con año se presenta en dependencias y organismos públicos sin que Hacienda proporcione las razones del porqué ni el Legislativo ejerza su facultad de control, advierten analistas.
Son recursos que no se ejercen tal y como está marcado en el calendario de gasto. Y, pese a ello, cada año se piden más y más fondos.
Por ejemplo, para 2010 se propone un aumento de 6 por ciento en términos reales respecto al estimado para el cierre de 2009, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda.
Según el Informe de Finanzas Públicas de Hacienda, entre enero y septiembre de este año, el Gobierno registra un subejercicio de 8 mil 605 millones de pesos, monto que, de acuerdo con la ley, será reasignado o subsanado en los meses siguientes.
Pero, considerando los primeros nueve meses de cada año, de 2006 a 2009 el subejercicio sumó 53 mil 669 millones de pesos.
Esto equivale al presupuesto completo de la Secretaría de Desarrollo Social o a una tercera parte del gasto total para superar la pobreza.
Para Juan Sherwell, economista y director de la Maestría en Finanzas del Tecnológico de Monterrey, esto demuestra el problema que tiene el sector público para administrar sus recursos, pues pide más de lo que gasta.
"Se gasta donde no se debe y, en ocasiones, al final del año se hacen compras innecesarias o remodelaciones de oficinas para no retener recursos", explicó.
Tal fue el caso del IFE, que en las últimas semanas del año pasado realizó una remodelación de sus instalaciones para cumplir con el presupuesto asignado.
Para Fundar, centro de análisis e investigación en finanzas públicas, lo más preocupante es que los recursos no se ejercen en las áreas para las que estaban destinados y que, en teoría, son prioritarios para el País, como combate a la pobreza, salud, infraestructura y campo.
La Secretaría de Hacienda detalla que, al cierre de septiembre, la SEP y Agricultura reportan los subejercicios más amplios con más de 2 mil millones de pesos cada una; le siguen la SCT con más de mil 400 millones, y la SSP, con 997 millones.
En tanto, el proyecto de infraestructura de seguridad pública ha gastado 13 por ciento de su presupuesto, y el Programa de Desarrollo de Instrumentos para la Prevención del Delito, 25.4.
Otros ejemplos de subejercicio: el Seguro Popular ha gastado 47.5 por ciento de su presupuesto, por lo que, en los últimos tres meses, tendría que ejercer más de 50 por ciento; en tanto, el Proyecto de Infraestructura Económica de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento ha usado sólo el 17.6 por ciento.
Y es que el subejercicio es un mal recurrente del Gobierno federal que año con año se presenta en dependencias y organismos públicos sin que Hacienda proporcione las razones del porqué ni el Legislativo ejerza su facultad de control, advierten analistas.
Son recursos que no se ejercen tal y como está marcado en el calendario de gasto. Y, pese a ello, cada año se piden más y más fondos.
Por ejemplo, para 2010 se propone un aumento de 6 por ciento en términos reales respecto al estimado para el cierre de 2009, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda.
Según el Informe de Finanzas Públicas de Hacienda, entre enero y septiembre de este año, el Gobierno registra un subejercicio de 8 mil 605 millones de pesos, monto que, de acuerdo con la ley, será reasignado o subsanado en los meses siguientes.
Pero, considerando los primeros nueve meses de cada año, de 2006 a 2009 el subejercicio sumó 53 mil 669 millones de pesos.
Esto equivale al presupuesto completo de la Secretaría de Desarrollo Social o a una tercera parte del gasto total para superar la pobreza.
Para Juan Sherwell, economista y director de la Maestría en Finanzas del Tecnológico de Monterrey, esto demuestra el problema que tiene el sector público para administrar sus recursos, pues pide más de lo que gasta.
"Se gasta donde no se debe y, en ocasiones, al final del año se hacen compras innecesarias o remodelaciones de oficinas para no retener recursos", explicó.
Tal fue el caso del IFE, que en las últimas semanas del año pasado realizó una remodelación de sus instalaciones para cumplir con el presupuesto asignado.
Para Fundar, centro de análisis e investigación en finanzas públicas, lo más preocupante es que los recursos no se ejercen en las áreas para las que estaban destinados y que, en teoría, son prioritarios para el País, como combate a la pobreza, salud, infraestructura y campo.
La Secretaría de Hacienda detalla que, al cierre de septiembre, la SEP y Agricultura reportan los subejercicios más amplios con más de 2 mil millones de pesos cada una; le siguen la SCT con más de mil 400 millones, y la SSP, con 997 millones.
En tanto, el proyecto de infraestructura de seguridad pública ha gastado 13 por ciento de su presupuesto, y el Programa de Desarrollo de Instrumentos para la Prevención del Delito, 25.4.
Otros ejemplos de subejercicio: el Seguro Popular ha gastado 47.5 por ciento de su presupuesto, por lo que, en los últimos tres meses, tendría que ejercer más de 50 por ciento; en tanto, el Proyecto de Infraestructura Económica de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento ha usado sólo el 17.6 por ciento.
Arturo Rivero, Reforma, 16 de noviembre.
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