La Habana, 1º de mayo. Al encontrar elementos nuevos en la posición de Estados Unidos, Cuba estudia cuidadosamente cada paso del gobierno de Barack Obama, dijo hoy Fidel Castro, dos días después de que su hermano menor, el presidente Raúl Castro, ratificó su disposición a conversar con Washington con agenda abierta.
Horas después de ambos mensajes, la marcha principal por el primero de mayo recorrió la Plaza de la Revolución de La Habana, reclamando el cese del bloqueo, pero sin exhibir imágenes o carteles con calificativos contra el presidente y el gobierno de Estados Unidos, como era común en el pasado y fue la norma durante el gobierno de George W. Bush.
No puede decirse aún la última palabra sobre la evolución futura de la actual administración, dijo Fidel Castro en un artículo publicado este viernes en la prensa cubana. Hay elementos nuevos, tanto de carácter objetivo como subjetivo. Estudiamos y observamos cuidadosamente cada uno de sus pasos, aseguró.
Y luego trazó las coordenadas de la actitud cubana: No somos incendiarios como algunos imaginan, pero tampoco tontos que se dejan engañar fácilmente por los que creen que lo único importante en el mundo son las leyes del mercado y el sistema capitalista.
Raúl Castro había dicho el miércoles que seguía abierto a discutir todo con Estados Unidos, pero no a negociar asuntos internos ni el sistema político, y que no le tocaba a La Habana hacer gestos si seguía vigente el bloqueo.
Raúl Castro, durante el acto en la Plaza de la RevoluciónFoto Reuters
El presidente cubano, con guayabera blanca y sombrero, presenció el desfile de dos horas desde la tribuna principal de la plaza, junto con los comandantes Juan Almeida, Ramiro Valdés y Guillermo García; el líder de la central sindical, Salvador Valdés, y el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, el ex canciller nicaragüense Miguel D’Escoto.
En el único discurso, Salvador Valdés criticó a Washington por los efectos del férreo bloqueo económico que mantiene el gobierno (...) hace casi medio siglo, con la obsesiva y fracasada pretensión de destruir la revolución.
El viernes, el canciller Bruno Rodríguez descalificó la lista que difunde Estados Unidos de países patrocinadores del terrorismo, en la que aparece Cuba.
No reconocemos ninguna autoridad política ni moral al gobierno de Estados Unidos para (...) certificar buenas o malas conductas, dijo el ministro a la prensa, una reacción habitual ante esos informes, y calificó a Washington de delincuente internacional porque ha tenido un largo expediente de acciones de terrorismo de Estado, no sólo contra Cuba.
Gerardo Arreola, La Jornada, 2 de mayo.
Horas después de ambos mensajes, la marcha principal por el primero de mayo recorrió la Plaza de la Revolución de La Habana, reclamando el cese del bloqueo, pero sin exhibir imágenes o carteles con calificativos contra el presidente y el gobierno de Estados Unidos, como era común en el pasado y fue la norma durante el gobierno de George W. Bush.
No puede decirse aún la última palabra sobre la evolución futura de la actual administración, dijo Fidel Castro en un artículo publicado este viernes en la prensa cubana. Hay elementos nuevos, tanto de carácter objetivo como subjetivo. Estudiamos y observamos cuidadosamente cada uno de sus pasos, aseguró.
Y luego trazó las coordenadas de la actitud cubana: No somos incendiarios como algunos imaginan, pero tampoco tontos que se dejan engañar fácilmente por los que creen que lo único importante en el mundo son las leyes del mercado y el sistema capitalista.
Raúl Castro había dicho el miércoles que seguía abierto a discutir todo con Estados Unidos, pero no a negociar asuntos internos ni el sistema político, y que no le tocaba a La Habana hacer gestos si seguía vigente el bloqueo.
Raúl Castro, durante el acto en la Plaza de la RevoluciónFoto Reuters
El presidente cubano, con guayabera blanca y sombrero, presenció el desfile de dos horas desde la tribuna principal de la plaza, junto con los comandantes Juan Almeida, Ramiro Valdés y Guillermo García; el líder de la central sindical, Salvador Valdés, y el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, el ex canciller nicaragüense Miguel D’Escoto.
En el único discurso, Salvador Valdés criticó a Washington por los efectos del férreo bloqueo económico que mantiene el gobierno (...) hace casi medio siglo, con la obsesiva y fracasada pretensión de destruir la revolución.
El viernes, el canciller Bruno Rodríguez descalificó la lista que difunde Estados Unidos de países patrocinadores del terrorismo, en la que aparece Cuba.
No reconocemos ninguna autoridad política ni moral al gobierno de Estados Unidos para (...) certificar buenas o malas conductas, dijo el ministro a la prensa, una reacción habitual ante esos informes, y calificó a Washington de delincuente internacional porque ha tenido un largo expediente de acciones de terrorismo de Estado, no sólo contra Cuba.
Gerardo Arreola, La Jornada, 2 de mayo.
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