El joven tiene 21 años de edad, estudia el tercer año de medicina en la población de Jagüey Grande (150 kilómetros al este de La Habana) y procede de un estado del norte de México, dijo a la televisión el director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, Manuel Santín, pero no identificó al paciente ni precisó su actual ubicación.
Hasta esta noche el gobierno cubano no había respondido a la petición de México de identificar al estudiante y señalar su ubicación para facilitarle asistencia consular, informó a La Jornada una fuente de la embajada mexicana.
El paciente regresó de sus vacaciones en México el 26 de abril con síntomas de afección respiratoria, igual que otro de sus compañeros, indicó Santín. Empeoró el 2 de mayo, con fiebre de 38 grados, tos, secreción nasal y náuseas. Fue atendido en la escuela y el 3 de mayo se le tomaron muestras para el estudio virológico.
Santín explicó que se hicieron tres tipos de pruebas en el Instituto de Enfermedades Tropicales Pedro Kouri, que confirmaron la presencia del virus, y se repitieron para ratificar el diagnóstico. El Ministerio de Salud Pública difundió el caso el 11 de mayo.
El funcionario dijo que el joven mexicano ya no tenía síntomas al quinto día de tratamiento.
Otros 13 estudiantes mexicanos que habían regresado del país presentaron síntomas gripales y también evolucionan favorablemente al recibir “tratamiento profiláctico” con el mismo antiviral, indicó Santín.
Agregó que dentro de ese grupo se han hecho pruebas, sin que se haya confirmado ningún otro caso.
También en la televisión, el viceministro de Salud Pública, Luis Estruch, dijo que Cuba tiene suficiente cantidad de Tamiflu para usarlo en los casos indicados, pero no para vender al público.
“Aquí no va a faltar un recurso humano para enfrentar la epidemia, si desgraciadamente la tuviéramos que enfrentar”, subrayó. “Aquí no faltará un recurso material a nadie, un respirador mecánico, una terapia intensiva, un medicamento, un suero, un elemento necesario. Esto está, lo tenemos listo, preparado.”
Informó que hoy empezaron a instalarse sensores de temperatura en las dos terminales del aeropuerto de La Habana que reciben vuelos internacionales. A los pilotos de los aviones que aterrizan se les pide que reporten si traen algún enfermo a bordo, mientras que los pasajeros hacen su propia declaración, para un eventual seguimiento durante su estancia en el país.
“Se está trabajando fuerte” en el control sanitario en las marinas y en los puertos, agregó el viceministro, pero no mencionó la suspensión del enlace aéreo entre Cuba y México, que ya cumplió dos semanas.
Estruch dijo que en la isla “no hay pánico, no hay epidemia, pero puede haberla. El mundo no va a escapar a un problema que todo indica que va a hacia una pandemia”.
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