El proyecto de resolución presentado por Estados Unidos se abría ayer paso en medio de un conciliábulo errático y tedioso donde los gobiernos de Nicaragua y Honduras volvieron a insistir en la necesidad de revocar de forma inmediata la medida que en 1962 apartó a Cuba de la organización.
Ante estas posiciones encontradas, el presidente del Consejo Permanente, el canadiense Graeme Clark, suspendía por tercera ocasión en menos de un mes la reunión de su Consejo Permanente y sugería la creación de un grupo de trabajo para tratar de llegar a una posición de consenso para una eventual resolución sobre Cuba que será debatida durante la reunión que se celebrará en San Pedro Sula, Honduras, los días 2 y 3 de junio.
La primera reunión del grupo de trabajo se realizará hoy por la mañana en Washington, a menos de una semana de la asamblea en Honduras.
Las dificultades para alcanzar un consenso quedaban patentes en las tres iniciativas presentadas por EU, Honduras y Nicaragua, mientras el resto de países asistentes —México entre ellos—, se mantenían a la expectativa de unas negociaciones que podrían alargarse hasta la cita en San Pedro Sula.
En este sentido, el representante de Estados Unidos, Héctor Morales, adelantó que, si bien su país está “listo” para considerar el posible retorno de Cuba como miembro de pleno derecho a la OEA, este proceso no podrá obviar el compromiso de la OEA con la democracia.
“Esperamos el día en que Cuba pueda volver y participar de forma plena como Estado miembro”, pero para ello, insistió, tendrá que acatar todos los compromisos democráticos y valores y libertades fundamentales.
Apenas la semana pasada, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, definía la línea a seguir frente a Cuba durante una audiencia en el Congreso en la que advirtió que “cualquier esfuerzo por asegurar el retorno a la OEA, está en manos de Cuba”.
Las palabras de Clinton fueron una referencia a que el régimen de La Habana dé pruebas de su sinceridad y de su apertura liberando a los prisioneros políticos y respetando libertades fundamentales como la libertad de expresión.
Castro critica tortura
El ex presidente cubano Fidel Castro criticó como un “acto cobarde y vergonzoso” el empleo de la tortura por parte de las autoridades de seguridad estadounidenses en interrogatorios contra sospechosos de terrorismo, y aseguró que Cuba jamás ha recurrido a métodos similares.
“Por dolorosas que fuesen las acciones contra el pueblo de Estados Unidos el 11 de Septiembre de 2001, que todo el mundo condenó con energía, la tortura es un acto cobarde y vergonzoso que no puede ser jamás justificado" , afirmó Castro, de 82 años, en una nueva “Reflexión” publicada ayer.
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