El sector inmobiliario perdió mil millones de pesos por concepto de rentas en la ciudad de México el mes pasado, a raíz de la crisis económica, la falta de liquidez de algunos inquilinos para hacer frente al pago correspondiente y la desocupación en promedio de 28 mil viviendas y 43 mil oficinas, afirmó el director del Instituto de Administradores de Inmuebles (IAI), Alejandro Kuri Peheres.
La cartera vencida del sector, precisó, “no está en su peor momento, con 8 por ciento en promedio, aun cuando en abril fue de 20 puntos, pero si no buscamos soluciones creativas para que nuestros inquilinos puedan resolver su problema de falta de recursos, y mantener la ocupación de nuestros inmuebles, las cosas pueden complicarse hacia finales de año, cuando podrían concretarse los primeros lanzamientos”, advirtió el directivo.
Un primer reflejo de esta problemática se tendrá hacia finales de mes, como resultado de la emergencia sanitaria por la influenza, que derivó en una caída de los ingresos de la gente y la pérdida de sus empleos, en algunos casos, por lo que “vamos a resentir el golpe, que será el más complicado de muchos años, aunque lo peor está por venir, dadas las expectativas financieras de las autoridades, por lo que debemos actuar con rapidez y evitar un daño mayor en el sector”, señaló.
En entrevista, explicó que lo más importante de concientizar a los inquilinos que “lo peor que pueden hacer en este momento es esconderse y enfrentar un juicio de desalojo”, el cual se inicia cuando se presenta un retraso en el pago de la renta durante tres meses seguidos, y lleva a dos instancias: una demanda normal y una apelación, que en términos reales dura hasta cuatro meses, para que el juez libre la sentencia correspondiente.
A ello se suman ciertos términos para proceder al lanzamiento, pues la ley vigente protege a los inquilinos, por lo cual “no se puede ganar la primera instancia de un juicio y sacar a la gente a la calle, porque se convertiría en un problema social terrible, pero si la cosa empeora este mes, sí podríamos tener una ola de lanzamientos hacia fin de año, pero por lo pronto no es la opción. Aunado a que significaría un gasto adicional para la persona que está rentando el inmueble porque las inmobiliarias carecen de servicios legales propios para presentar dichos juicios”, agregó.
Acuerdo, para evitar pleito
La cartera vencida de las 40 inmobiliarias que atienden el 80 por ciento del mercado de arrendamiento, calculado en un millón 200 mil inmuebles, entre viviendas, oficinas, comercios e industria, es de 8 por ciento, por lo cual “no es grave, pero sí puede complicarse, así que buscamos llegar a buenos acuerdos con nuestros inquilinos antes de que se conviertan en pleitos, y derive en un incremento en el costo de las rentas, que oscilan entre 3 mil y 4 mil pesos mensuales, en inmuebles habitacionales.
Hoy día la desocupación de viviendas es baja, con 4 por ciento en promedio, porque es un artículo de primera necesidad, pero la de oficinas aumentó a 9 por ciento, porque muchas empresas están recortando sus gastos y los espacios que ocupaban de más no los necesitan, al bajar su número de operaciones y empleados, por lo que “de un año para acá ha habido un mayor número de oficinas vacías, que se concentran en las zonas más fuertes, como son Reforma, Santa Fe e Insurgentes”, destacó.
La cartera vencida del sector, precisó, “no está en su peor momento, con 8 por ciento en promedio, aun cuando en abril fue de 20 puntos, pero si no buscamos soluciones creativas para que nuestros inquilinos puedan resolver su problema de falta de recursos, y mantener la ocupación de nuestros inmuebles, las cosas pueden complicarse hacia finales de año, cuando podrían concretarse los primeros lanzamientos”, advirtió el directivo.
Un primer reflejo de esta problemática se tendrá hacia finales de mes, como resultado de la emergencia sanitaria por la influenza, que derivó en una caída de los ingresos de la gente y la pérdida de sus empleos, en algunos casos, por lo que “vamos a resentir el golpe, que será el más complicado de muchos años, aunque lo peor está por venir, dadas las expectativas financieras de las autoridades, por lo que debemos actuar con rapidez y evitar un daño mayor en el sector”, señaló.
En entrevista, explicó que lo más importante de concientizar a los inquilinos que “lo peor que pueden hacer en este momento es esconderse y enfrentar un juicio de desalojo”, el cual se inicia cuando se presenta un retraso en el pago de la renta durante tres meses seguidos, y lleva a dos instancias: una demanda normal y una apelación, que en términos reales dura hasta cuatro meses, para que el juez libre la sentencia correspondiente.
A ello se suman ciertos términos para proceder al lanzamiento, pues la ley vigente protege a los inquilinos, por lo cual “no se puede ganar la primera instancia de un juicio y sacar a la gente a la calle, porque se convertiría en un problema social terrible, pero si la cosa empeora este mes, sí podríamos tener una ola de lanzamientos hacia fin de año, pero por lo pronto no es la opción. Aunado a que significaría un gasto adicional para la persona que está rentando el inmueble porque las inmobiliarias carecen de servicios legales propios para presentar dichos juicios”, agregó.
Acuerdo, para evitar pleito
La cartera vencida de las 40 inmobiliarias que atienden el 80 por ciento del mercado de arrendamiento, calculado en un millón 200 mil inmuebles, entre viviendas, oficinas, comercios e industria, es de 8 por ciento, por lo cual “no es grave, pero sí puede complicarse, así que buscamos llegar a buenos acuerdos con nuestros inquilinos antes de que se conviertan en pleitos, y derive en un incremento en el costo de las rentas, que oscilan entre 3 mil y 4 mil pesos mensuales, en inmuebles habitacionales.
Hoy día la desocupación de viviendas es baja, con 4 por ciento en promedio, porque es un artículo de primera necesidad, pero la de oficinas aumentó a 9 por ciento, porque muchas empresas están recortando sus gastos y los espacios que ocupaban de más no los necesitan, al bajar su número de operaciones y empleados, por lo que “de un año para acá ha habido un mayor número de oficinas vacías, que se concentran en las zonas más fuertes, como son Reforma, Santa Fe e Insurgentes”, destacó.
Laura Gómez Flores, La Jornada, 19 de mayo.
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