El interés por ocupar la presidencia de la CNDH se incrementó a partir de 1999. En sus primeros años la comisión fue presidida por tres personas designadas por el presidente de la República: Jorge Carpizo (1990-93), Jorge Madrazo (1993-96) y Mireille Roccatti (1997-99). En esos tiempos tuvo algunos interinatos.
En 1999 ocurrió la reforma al artículo 102 constitucional, que le concedió mayor autonomía de gestión y presupuestaria, personalidad jurídica y patrimonio propios; elevó a rango constitucional la figura de consejero y estableció que el Senado, y ya no el Ejecutivo, designaría al titular.
Desde entonces creció más el interés por la presidencia de la CNDH. Según la Gaceta del Senado, los aspirantes finalistas en 1999 fueron ocho: Miguel Sarré, Luis de la Barreda, Luis Ponce de León, Guillermo Velasco Arzac, Benjamín Laureano, José Luis Pérez Canchola, Guadalupe Morfín y José Luis Soberanes, quien así comenzó su primero de dos ciclos, que se cumplen en noviembre de este año.
Se mueven
La CNDH es uno de los principales órganos ciudadanizados cuya sucesión es ya foco de conflictos. El principal es el IFE. Según el artículo 102 constitucional, el 16 de noviembre de 2009 debe darse el cambio, tanto de otros dos consejeros como del presidente. Formalmente, los trabajos en el Senado, según la ley de la CNDH, deberían iniciarse a fines de agosto con la convocatoria para auscultar a quienes aspiren al cargo, pero ese proceso ya se anticipó realmente.
Ahora, casi al finalizar mayo, ya sin 14 los aspirantes a suceder a Soberanes. Esta lista se conformó con los que han aparecido en notas y columnas de prensa y se ratificó en los círculos de organismos defensores de los derechos humanos, incluida la CNDH.
Del total, MILENIO pudo deslindar —tras conversaciones con interesados directos y/o apoyadores— que la mayor profusión de menciones se origina en cuatro instituciones que por presencia nacional, influencia en el tema, más los aliados probables serán, probablemente, los sitios donde surja el próximo ombudsman nacional.
En el primer rango, por la cantidad de menciones y argumentos sobre capacidad individual y aliados posibles, aparece Emilio Álvarez Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, quien resultó el más fuerte competidor de Soberanes en 2004.
Otro factor de fortaleza, comentan cercanos a él, es que su Consejo Consultivo fue reforzado recientemente y que sus integrantes apoyarían su postulación. Allí se encuentran Elena Azaola Garrido, Daniel Cazés, Santiago Corchera, Denise Dresser, Patricia Galeana, María de los Ángeles González Gamio, Clara Jusidman, Ernesto López Portillo, Carlos Ríos Espinosa y José Woldenberg.
Este último también es mencionado ,aunque no tan frecuentemente.. Empero, desde que cumplió como consejero presidente del Instituto Federal Electoral, Woldenberg aparece en medios de prensa, como “el mejor prospecto” para cargos donde se requiere del más alto consenso político. Y, en todos los casos él ha debido aclarar que nadie lo consultó para ser nominado.
En segundo orden, por el caudal de referencias, otro foco de promoción es el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, donde ha surgido la mayor cantidad de funcionarios de justicia (ombudsman, procuradores, jueces, ministros, etcétera).
Desde allí deambulan tres como los más “fuertes prospectos”: Miguel Carbonell, consejero de la CNDH, Diego Valadés y Luis Raúl González Pérez, en ese orden. Del instituto han salido algunas de las más acres críticas contra la gestión de Soberanes.
El tercer foco de referencias para “prospectos” es la misma CNDH, con cuatro nombres concurrentes. Quien acumula más versiones y argumentos, negativos o positivos, incluso entre la misma comisión es Raúl Plascencia, primer visitador general. Desde mayo su mención se ha acompañado de otros “posibles”: Javier Moctezuma Barragán, y Sadot Sánchez, quien fue el presidente de la comisión senatorial que ratificó a Soberanes en 2004. Mas en los círculos del Instituto de Investigaciones Jurídicas y en la Comisión de Derechos Humanos del DF se calcula que “el caballo negro de Soberanes es Mauricio Farah”.
El cuarto foco de promociones es la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De allí se refieren como “los más fuertes prospectos” a los ministros Mariano Azuela y Genaro Góngora Pimental, el único de todos que públicamente se ha declarado aspirante, pero condicionado una auscultación.
Además, hasta fines de mayo comenzaron las referencias de otros tres personajes en distintas columnas de prensa capitalinas, pero que su competencia fue calificada como “muy improbable” en los distintos sitios de seguimiento a la sucesión de la CNDH. En dos casos, Luis H. Álvarez, presidente la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, e Ignacio Morales Lechuga, su mención como “probables” toma como base el dicho de que son apreciados por Felipe Calderón o su esposa. El tercer “posible” de estos es Sergio Aguayo, del que se recuerda su actitud contraria a Soberanes.
En 1999 ocurrió la reforma al artículo 102 constitucional, que le concedió mayor autonomía de gestión y presupuestaria, personalidad jurídica y patrimonio propios; elevó a rango constitucional la figura de consejero y estableció que el Senado, y ya no el Ejecutivo, designaría al titular.
Desde entonces creció más el interés por la presidencia de la CNDH. Según la Gaceta del Senado, los aspirantes finalistas en 1999 fueron ocho: Miguel Sarré, Luis de la Barreda, Luis Ponce de León, Guillermo Velasco Arzac, Benjamín Laureano, José Luis Pérez Canchola, Guadalupe Morfín y José Luis Soberanes, quien así comenzó su primero de dos ciclos, que se cumplen en noviembre de este año.
Se mueven
La CNDH es uno de los principales órganos ciudadanizados cuya sucesión es ya foco de conflictos. El principal es el IFE. Según el artículo 102 constitucional, el 16 de noviembre de 2009 debe darse el cambio, tanto de otros dos consejeros como del presidente. Formalmente, los trabajos en el Senado, según la ley de la CNDH, deberían iniciarse a fines de agosto con la convocatoria para auscultar a quienes aspiren al cargo, pero ese proceso ya se anticipó realmente.
Ahora, casi al finalizar mayo, ya sin 14 los aspirantes a suceder a Soberanes. Esta lista se conformó con los que han aparecido en notas y columnas de prensa y se ratificó en los círculos de organismos defensores de los derechos humanos, incluida la CNDH.
Del total, MILENIO pudo deslindar —tras conversaciones con interesados directos y/o apoyadores— que la mayor profusión de menciones se origina en cuatro instituciones que por presencia nacional, influencia en el tema, más los aliados probables serán, probablemente, los sitios donde surja el próximo ombudsman nacional.
En el primer rango, por la cantidad de menciones y argumentos sobre capacidad individual y aliados posibles, aparece Emilio Álvarez Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, quien resultó el más fuerte competidor de Soberanes en 2004.
Otro factor de fortaleza, comentan cercanos a él, es que su Consejo Consultivo fue reforzado recientemente y que sus integrantes apoyarían su postulación. Allí se encuentran Elena Azaola Garrido, Daniel Cazés, Santiago Corchera, Denise Dresser, Patricia Galeana, María de los Ángeles González Gamio, Clara Jusidman, Ernesto López Portillo, Carlos Ríos Espinosa y José Woldenberg.
Este último también es mencionado ,aunque no tan frecuentemente.. Empero, desde que cumplió como consejero presidente del Instituto Federal Electoral, Woldenberg aparece en medios de prensa, como “el mejor prospecto” para cargos donde se requiere del más alto consenso político. Y, en todos los casos él ha debido aclarar que nadie lo consultó para ser nominado.
En segundo orden, por el caudal de referencias, otro foco de promoción es el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, donde ha surgido la mayor cantidad de funcionarios de justicia (ombudsman, procuradores, jueces, ministros, etcétera).
Desde allí deambulan tres como los más “fuertes prospectos”: Miguel Carbonell, consejero de la CNDH, Diego Valadés y Luis Raúl González Pérez, en ese orden. Del instituto han salido algunas de las más acres críticas contra la gestión de Soberanes.
El tercer foco de referencias para “prospectos” es la misma CNDH, con cuatro nombres concurrentes. Quien acumula más versiones y argumentos, negativos o positivos, incluso entre la misma comisión es Raúl Plascencia, primer visitador general. Desde mayo su mención se ha acompañado de otros “posibles”: Javier Moctezuma Barragán, y Sadot Sánchez, quien fue el presidente de la comisión senatorial que ratificó a Soberanes en 2004. Mas en los círculos del Instituto de Investigaciones Jurídicas y en la Comisión de Derechos Humanos del DF se calcula que “el caballo negro de Soberanes es Mauricio Farah”.
El cuarto foco de promociones es la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De allí se refieren como “los más fuertes prospectos” a los ministros Mariano Azuela y Genaro Góngora Pimental, el único de todos que públicamente se ha declarado aspirante, pero condicionado una auscultación.
Además, hasta fines de mayo comenzaron las referencias de otros tres personajes en distintas columnas de prensa capitalinas, pero que su competencia fue calificada como “muy improbable” en los distintos sitios de seguimiento a la sucesión de la CNDH. En dos casos, Luis H. Álvarez, presidente la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, e Ignacio Morales Lechuga, su mención como “probables” toma como base el dicho de que son apreciados por Felipe Calderón o su esposa. El tercer “posible” de estos es Sergio Aguayo, del que se recuerda su actitud contraria a Soberanes.
Rogelio Hernández López, Milenio, 28 de mayo.
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