El gobierno de la Luiz Inacio Lula da Silva y la oposición brasileña se tiraron ayer los platos a la cabeza y se ensarzaron en una agria polémica tras el gigantesco apagón que dejó a más de 60 millones de brasileños a oscuras (y a muchos otros decenas de millones sin bombeo de agua corriente) desde la tarde del martes a la madrugada de ayer.
El peor apagón de la década dejó sin electricidad a los tres estados más poblados del país, Río de Janeiro, Minas Gerais y Sao Paulo, que con 40 millones de habitantes es el corazón financiero e industrial de Sudamérica.
Otros 18 estados de los 27 en los que se divide Brasil se quedaron sin luz durante cuatro horas.
En Paraguay, media hora. Parte de Paraguay también sufrió el corte, pero el suministro se restableció en media hora, lo que dejó aún más evidente las carencias de su vecino, el gigante sudamericano cuya imagen internacional tras conseguir los Juegos Olímpicos para Río de Janeiro en 2016 ha venido deteriorándose, especialmente por la guerra contra el narcotráfico en las favelas de la capital carioca.
Servicio normalizado. Las autoridades brasileñas normalizaron ayer el servicio de energía eléctrica, al tiempo que aseguraron que “descargas atmosféricas” por tormentas muy fuertes ocasionaron cortocircuitos que paralizaron a la central de Itaipú por primera vez desde su inauguración en 1982. Itaipú es la mayor hidroeléctrica del mundo y la comparten Brasil y Paraguay.
Piden explicaciones. Los principales líderes de los partidos opositores en el Congreso aprobaron llamar al ministro de Energía, Edison Lobao, para exigir una explicación, ya que consideran poco creíble que el apagón haya sido causado por problemas meteorológicos.
La vocera del gobierno en el Congreso, senadora Ideli Salvatti, afirmó que todos los ministros están dispuestos a asistir al Legislativo para ofrecer las aclaraciones que sean necesarias.
El gran apagón podría dañar seriamente la candidatura a las elecciones presidenciales de 2011 de Dilma Roussef, la elegida por Lula para que la suceda y anterior ministra de Energía, quien desde su cargo prometió que nunca se iban a repetir los apagones como los sucedidos en 2001 y que en comparación fueron mucho menores a los de ayer.
El peor apagón de la década dejó sin electricidad a los tres estados más poblados del país, Río de Janeiro, Minas Gerais y Sao Paulo, que con 40 millones de habitantes es el corazón financiero e industrial de Sudamérica.
Otros 18 estados de los 27 en los que se divide Brasil se quedaron sin luz durante cuatro horas.
En Paraguay, media hora. Parte de Paraguay también sufrió el corte, pero el suministro se restableció en media hora, lo que dejó aún más evidente las carencias de su vecino, el gigante sudamericano cuya imagen internacional tras conseguir los Juegos Olímpicos para Río de Janeiro en 2016 ha venido deteriorándose, especialmente por la guerra contra el narcotráfico en las favelas de la capital carioca.
Servicio normalizado. Las autoridades brasileñas normalizaron ayer el servicio de energía eléctrica, al tiempo que aseguraron que “descargas atmosféricas” por tormentas muy fuertes ocasionaron cortocircuitos que paralizaron a la central de Itaipú por primera vez desde su inauguración en 1982. Itaipú es la mayor hidroeléctrica del mundo y la comparten Brasil y Paraguay.
Piden explicaciones. Los principales líderes de los partidos opositores en el Congreso aprobaron llamar al ministro de Energía, Edison Lobao, para exigir una explicación, ya que consideran poco creíble que el apagón haya sido causado por problemas meteorológicos.
La vocera del gobierno en el Congreso, senadora Ideli Salvatti, afirmó que todos los ministros están dispuestos a asistir al Legislativo para ofrecer las aclaraciones que sean necesarias.
El gran apagón podría dañar seriamente la candidatura a las elecciones presidenciales de 2011 de Dilma Roussef, la elegida por Lula para que la suceda y anterior ministra de Energía, quien desde su cargo prometió que nunca se iban a repetir los apagones como los sucedidos en 2001 y que en comparación fueron mucho menores a los de ayer.
Agencis en Río de Janeiro, Crónica, 12 de noviembre.
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