Los empresarios hicieron campaña contra el paquete fiscal del gobierno federal y cerraron la posibilidad a la contribución de 2 por ciento para combatir la pobreza, afirmó el presidente Felipe Calderón, quien pidió que una vez aprobado el paquete económico para 2010, todos los actores se concentren en construir un acuerdo para tomar decisiones de fondo, y aseguró que su administración está dispuesta al diálogo.
A pregunta expresa de si teme que en la negociación presupuestal los gobiernos estatales manejen recursos destinados al programa Oportunidades, señaló: “sí, mi temor es que haya una reducción o una erosión del problema que haga nugatorio el enorme esfuerzo que estamos haciendo en el gobierno y que están haciendo los contribuyentes en que no produzca el efecto deseado de paliar o mitigar la pobreza extrema”.
Además, dijo que el PRI es el partido con la mayoría en el Congreso y que “lo que responsablemente debe hacerse es que cada quien asuma la responsabilidad de la representación que ostenta”, lo cual implica “que se tomen decisiones responsables con el país”.
Puntualizó que él no pretende eludir ninguna responsabilidad y sabe que es quien debe tomar decisiones y hacer propuestas, como la fiscal.
En entrevista concedida durante el vuelo que realiza a Singapur para participar en la Cumbre de Líderes de Asia-Pacífico, el presidente Calderón se refirió a la negociación del paquete fiscal en el Congreso: “la descalificación fue genérica, intensa, continua y eso, evidentemente, pudo haber debilitado también
las posibilidades de la contribución para el combate a la pobreza”.
Explicó que “probablemente la campaña contra el paquete, impulsada de manera espontánea, desde luego, por muchos sectores, pero de manera deliberada por el sector privado organizado en México, debilitó mucho las posibilidades de un paquete”.
Ahora, una vez aprobada la Ley de Ingresos, el mandatario lamentó el bajo nivel de diálogo en que se dio la negociación y que redujo la posibilidad de conciliar diferencias, al hacerlo “como escogió el sector privado, en el ámbito de la opinión pública, de manera muy intensa”.
Además, recordó que “no fue el gobierno el que inició esta polémica tan intensa de un mejor paquete fiscal, sino que fueron diversos actores”, mientras el sector privado descalificó la propuesta del gobierno, a pesar de que coincidía en varios puntos.
Si hubiera habido un ambiente más constructivo, agregó, los diputados y senadores del PRI y todos los partidos políticos “hubieran estado en posibilidad de impulsar acuerdos o decisiones mucho más aceptables para todos o mejor orientadas técnicamente, pero fue tal la presión y la descalificación”, que se generó un ambiente poco constructivo.
A pregunta expresa de si teme que en la negociación presupuestal los gobiernos estatales manejen recursos destinados al programa Oportunidades, señaló: “sí, mi temor es que haya una reducción o una erosión del problema que haga nugatorio el enorme esfuerzo que estamos haciendo en el gobierno y que están haciendo los contribuyentes en que no produzca el efecto deseado de paliar o mitigar la pobreza extrema”.
Además, dijo que el PRI es el partido con la mayoría en el Congreso y que “lo que responsablemente debe hacerse es que cada quien asuma la responsabilidad de la representación que ostenta”, lo cual implica “que se tomen decisiones responsables con el país”.
Puntualizó que él no pretende eludir ninguna responsabilidad y sabe que es quien debe tomar decisiones y hacer propuestas, como la fiscal.
En entrevista concedida durante el vuelo que realiza a Singapur para participar en la Cumbre de Líderes de Asia-Pacífico, el presidente Calderón se refirió a la negociación del paquete fiscal en el Congreso: “la descalificación fue genérica, intensa, continua y eso, evidentemente, pudo haber debilitado también
las posibilidades de la contribución para el combate a la pobreza”.
Explicó que “probablemente la campaña contra el paquete, impulsada de manera espontánea, desde luego, por muchos sectores, pero de manera deliberada por el sector privado organizado en México, debilitó mucho las posibilidades de un paquete”.
Ahora, una vez aprobada la Ley de Ingresos, el mandatario lamentó el bajo nivel de diálogo en que se dio la negociación y que redujo la posibilidad de conciliar diferencias, al hacerlo “como escogió el sector privado, en el ámbito de la opinión pública, de manera muy intensa”.
Además, recordó que “no fue el gobierno el que inició esta polémica tan intensa de un mejor paquete fiscal, sino que fueron diversos actores”, mientras el sector privado descalificó la propuesta del gobierno, a pesar de que coincidía en varios puntos.
Si hubiera habido un ambiente más constructivo, agregó, los diputados y senadores del PRI y todos los partidos políticos “hubieran estado en posibilidad de impulsar acuerdos o decisiones mucho más aceptables para todos o mejor orientadas técnicamente, pero fue tal la presión y la descalificación”, que se generó un ambiente poco constructivo.
Lorena López en Alaska, Milenio, 13 de octubre.
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