SAN ANTONIO DEL TÁCHIRA.- Venezuela y Colombia se han olvidado de coordinar una estrategia para combatir a las mafias que controlan la seguridad y el contrabando en la frontera común.
Desde hace años, los comerciantes de la zona han pagado a los paramilitares para acabar con la delincuencia y, ahora, estos manejan también el negocio del contrabando de combustible.
En Venezuela, cada comerciante de San Antonio del Táchira, el paso más transitado de la frontera, paga a los "paras" hasta 600 dólares al mes por "su seguridad". Y las bases de taxis, más de 500.
A su vez, los taxis sirven a los "paras" para pasar el combustible al lado colombiano. Un litro de gasolina en Venezuela es 60 veces más barato que un litro de agua: cuesta unos 0.03 centavos de dólar. Pero,sólo con cruzar la frontera, aumenta 25 veces su valor.
Cuando la guardia venezolana arrecia los controles en la frontera, la escasez del combustible hace que el precio se dispare al doble, a lo que las mafias también han reaccionado. El jueves 29 de octubre, los "paras" repartieron panfletos con amenazas contra los guardias y una "invitación" a los comerciantes a cerrar sus negocios al día siguiente en señal de protesta. El viernes, San Antonio amaneció como en domingo, y el lunes siguiente, dos guardias venezolanos fueron asesinados.
Ayer, sin embargo, Colombia informó de un nuevo cierre en la frontera del lado venezolano, aunque esta vez no se reportaron protestas ni ataques.
Desde hace años, los comerciantes de la zona han pagado a los paramilitares para acabar con la delincuencia y, ahora, estos manejan también el negocio del contrabando de combustible.
En Venezuela, cada comerciante de San Antonio del Táchira, el paso más transitado de la frontera, paga a los "paras" hasta 600 dólares al mes por "su seguridad". Y las bases de taxis, más de 500.
A su vez, los taxis sirven a los "paras" para pasar el combustible al lado colombiano. Un litro de gasolina en Venezuela es 60 veces más barato que un litro de agua: cuesta unos 0.03 centavos de dólar. Pero,sólo con cruzar la frontera, aumenta 25 veces su valor.
Cuando la guardia venezolana arrecia los controles en la frontera, la escasez del combustible hace que el precio se dispare al doble, a lo que las mafias también han reaccionado. El jueves 29 de octubre, los "paras" repartieron panfletos con amenazas contra los guardias y una "invitación" a los comerciantes a cerrar sus negocios al día siguiente en señal de protesta. El viernes, San Antonio amaneció como en domingo, y el lunes siguiente, dos guardias venezolanos fueron asesinados.
Ayer, sin embargo, Colombia informó de un nuevo cierre en la frontera del lado venezolano, aunque esta vez no se reportaron protestas ni ataques.
El País y AP, Reforma, 13 de noviembre.
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