Ante la discrecionalidad en el uso de los recursos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), incluidos el salario y las prestaciones de su presidente, diputados de diversos partidos se pronunciaron por reducir los salarios de los funcionarios del organismo y solicitar una auditoría de desempeño.
"Con respeto a la autonomía de la CNDH, se recomienda un ejercicio de austeridad profunda que lleve a la revisión de las partidas presupuestales, para que con ello se reasignen recursos a los rubros fundamentales de su gestión. En especial se destaca la necesidad de disminuir la percepción de los servidores públicos que desempeñan cargos de dirección", indica el dictamen sobre el presupuesto de 2010 de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara baja.
El priista Rubén Ignacio Moreira, presidente de la comisión, destacó que en el dictamen se planteó además que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) lleve a cabo una evaluación el desempeño de la CNDH.
"Pedimos una auditoría de desempeño para ver si el número de sus servidores públicos corresponde a lo que requiere un organismo encargado de la defensa de los derechos humanos", comentó en entrevista.
Recalcó que la CNDH es un órgano autónomo con patrimonio y personalidad jurídica propias y que lo único que los diputados pueden hacer es solicitarle que se ajuste a la austeridad.
"Lo que debemos hacer primero es la auditoría. En segundo lugar, creo que ellos tienen que hacer una reflexión sobre el nivel de sus sueldos y sus prestaciones", apuntó.
REFORMA publicó ayer que el nuevo ombudsman nacional, Raúl Plascencia, ganará en un año 2 millones 252 mil pesos y que, además, se cubrirán con recursos públicos su membresía al Sam's Club y gastos para su "desarrollo personal y cultural" por 93 mil pesos.
Dado que la comisión legislativa solicitó la auditoría cuando todavía no se conocía quien sería el nuevo presidente de la CNDH, la diputada perredista Enoé Uranga hará una nueva propuesta.
"Es indispensable una auditoría, dado que se trata del mismo equipo, de la misma camada de burócratas, que están al frente de la comisión", indicó.
"Cuando sacamos el dictamen aún no sabíamos quién iba a estar a cargo de la CNDH. Estoy solicitando que, dado que quien estará al frente ya mostró lo que puede dar, que el presupuesto se corresponda a la pobreza de sus resultados. Y entonces sí, que se haga la auditoría para que se revise a fondo todo el manejo de los recursos".
Por su parte, la panista Rosi Orozco, secretaria de la Comisión de Derechos Humanos, expresó su confianza en que Plascencia se ajustará a un presupuesto austero.
"Cuando (el nuevo ombudsman) supo que había esta reducción de más de 100 millones de pesos (en el presupuesto de la CNDH) la actitud que supe que tuvo fue la de que él se iba a adaptar a esta austeridad que estamos pretendiendo todos", señaló.
"He visto una muy buena actitud respecto a ese cambio, a esa austeridad, a adaptarse, a sujetarse a controles de transparencia".
"Con respeto a la autonomía de la CNDH, se recomienda un ejercicio de austeridad profunda que lleve a la revisión de las partidas presupuestales, para que con ello se reasignen recursos a los rubros fundamentales de su gestión. En especial se destaca la necesidad de disminuir la percepción de los servidores públicos que desempeñan cargos de dirección", indica el dictamen sobre el presupuesto de 2010 de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara baja.
El priista Rubén Ignacio Moreira, presidente de la comisión, destacó que en el dictamen se planteó además que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) lleve a cabo una evaluación el desempeño de la CNDH.
"Pedimos una auditoría de desempeño para ver si el número de sus servidores públicos corresponde a lo que requiere un organismo encargado de la defensa de los derechos humanos", comentó en entrevista.
Recalcó que la CNDH es un órgano autónomo con patrimonio y personalidad jurídica propias y que lo único que los diputados pueden hacer es solicitarle que se ajuste a la austeridad.
"Lo que debemos hacer primero es la auditoría. En segundo lugar, creo que ellos tienen que hacer una reflexión sobre el nivel de sus sueldos y sus prestaciones", apuntó.
REFORMA publicó ayer que el nuevo ombudsman nacional, Raúl Plascencia, ganará en un año 2 millones 252 mil pesos y que, además, se cubrirán con recursos públicos su membresía al Sam's Club y gastos para su "desarrollo personal y cultural" por 93 mil pesos.
Dado que la comisión legislativa solicitó la auditoría cuando todavía no se conocía quien sería el nuevo presidente de la CNDH, la diputada perredista Enoé Uranga hará una nueva propuesta.
"Es indispensable una auditoría, dado que se trata del mismo equipo, de la misma camada de burócratas, que están al frente de la comisión", indicó.
"Cuando sacamos el dictamen aún no sabíamos quién iba a estar a cargo de la CNDH. Estoy solicitando que, dado que quien estará al frente ya mostró lo que puede dar, que el presupuesto se corresponda a la pobreza de sus resultados. Y entonces sí, que se haga la auditoría para que se revise a fondo todo el manejo de los recursos".
Por su parte, la panista Rosi Orozco, secretaria de la Comisión de Derechos Humanos, expresó su confianza en que Plascencia se ajustará a un presupuesto austero.
"Cuando (el nuevo ombudsman) supo que había esta reducción de más de 100 millones de pesos (en el presupuesto de la CNDH) la actitud que supe que tuvo fue la de que él se iba a adaptar a esta austeridad que estamos pretendiendo todos", señaló.
"He visto una muy buena actitud respecto a ese cambio, a esa austeridad, a adaptarse, a sujetarse a controles de transparencia".
Silvia Garduño, Reforma, 21 de noviembre.
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