SINGAPORE.— La Presidencia de la República matizó la acusación lanzada por Felipe Calderón Hinojosa al sector empresarial, por el tema del paquete fiscal, y le tendió la mano del diálogo para sacar adelante las reformas que el país necesita para impulsar el crecimiento económico.
Por segunda ocasión en un menos de mes, el primer mandatario cambia de opinión ante la acometida empresarial. El 28 de octubre denunció en Puerto Vallarta, Jalisco, que grandes consorcios no pagan los impuestos que por ley deben realizar.
Ante el reproche del sector empresarial que le respondió que sí pagan, el mandatario suavizó —dos días después— su crítica: “la abrumadora mayoría” sí tributa.
En un comunicado emitido ayer, el gobierno federal explicó al empresariado del país que el proceso de discusión intenso quedará atrás una vez que la Cámara de Diputados concluya con su responsabilidad de discutir el Presupuesto de Egresos de la Federación 2010.
El boletín fechado en Los Pinos refirió que “el gobierno federal refrenda su disposición y propuesta a las organizaciones empresariales, sindicales y a todo el sector productivo del país a buscar por la vía del diálogo la construcción de un acuerdo que permita al país impulsar el crecimiento económico y la generación de empleos”.
Tema complejo
El jueves, Calderón ofreció una conferencia de prensa en el avión presidencial, en su traslado a Singapur para participar en la cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, en la que acusó al sector empresarial de frenar un mejor paquete fiscal.
El Consejo Coordinador Empresarial eludió en principio responder a esta declaración.
“Las opiniones vertidas tanto del sector privado y del gobierno federal, sobre el proceso legislativo de discusión y aprobación de la ley de ingresos, llevado a cabo por el Congreso de la Unión, son expresión de la complejidad de los temas abordados, de la libertad de expresión y de la necesidad de conducir de manera razonada y constructiva ese diálogo nacional”, argumentó Presidencia.
En el comunicado de cinco párrafos admitió que la discusión de las finanzas públicas es un proceso legislativo tan complejo por naturaleza controversial e imposible que transcurra exento de una discusión intensa, no sólo en el Congreso sino en la opinión pública.
Para el gobierno federal la conclusión de la discusión del paquete fiscal para 2010 debe ser vista por los actores sociales y económicos, y por las autoridades de los distintos poderes y órdenes de gobierno, “como una oportunidad para reflexionar y dialogar, sobre bases constructivas, respecto de las reformas que el país necesita para crecer y generar empleos”.
Por segunda ocasión en un menos de mes, el primer mandatario cambia de opinión ante la acometida empresarial. El 28 de octubre denunció en Puerto Vallarta, Jalisco, que grandes consorcios no pagan los impuestos que por ley deben realizar.
Ante el reproche del sector empresarial que le respondió que sí pagan, el mandatario suavizó —dos días después— su crítica: “la abrumadora mayoría” sí tributa.
En un comunicado emitido ayer, el gobierno federal explicó al empresariado del país que el proceso de discusión intenso quedará atrás una vez que la Cámara de Diputados concluya con su responsabilidad de discutir el Presupuesto de Egresos de la Federación 2010.
El boletín fechado en Los Pinos refirió que “el gobierno federal refrenda su disposición y propuesta a las organizaciones empresariales, sindicales y a todo el sector productivo del país a buscar por la vía del diálogo la construcción de un acuerdo que permita al país impulsar el crecimiento económico y la generación de empleos”.
Tema complejo
El jueves, Calderón ofreció una conferencia de prensa en el avión presidencial, en su traslado a Singapur para participar en la cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, en la que acusó al sector empresarial de frenar un mejor paquete fiscal.
El Consejo Coordinador Empresarial eludió en principio responder a esta declaración.
“Las opiniones vertidas tanto del sector privado y del gobierno federal, sobre el proceso legislativo de discusión y aprobación de la ley de ingresos, llevado a cabo por el Congreso de la Unión, son expresión de la complejidad de los temas abordados, de la libertad de expresión y de la necesidad de conducir de manera razonada y constructiva ese diálogo nacional”, argumentó Presidencia.
En el comunicado de cinco párrafos admitió que la discusión de las finanzas públicas es un proceso legislativo tan complejo por naturaleza controversial e imposible que transcurra exento de una discusión intensa, no sólo en el Congreso sino en la opinión pública.
Para el gobierno federal la conclusión de la discusión del paquete fiscal para 2010 debe ser vista por los actores sociales y económicos, y por las autoridades de los distintos poderes y órdenes de gobierno, “como una oportunidad para reflexionar y dialogar, sobre bases constructivas, respecto de las reformas que el país necesita para crecer y generar empleos”.
Jorge Ramos enviado, El Universal, 14 de noviembre,
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